I'm still trying everything to get you laughing at me
I'm still a believer, but I don't know why
I've never been a natural, all I do is try, try, try
I'm still on that trapeze
I'm still trying everything to keep you looking at me
Me siento en eje, pero también divago bastante. Es como si estuviera en el intermedio, en el casi-aterrizaje, todavia tambaleando pero encontrando el equilibrio. Más cerca que lejos, pero aún así lejos.
Siento que hay algo que estoy buscando, pero no sé que es. Sé que voy a encontrarlo en mí, asi que sigo buscando. No sé por donde, pero intento. O eso creo. ¿Lo estoy intentando?
Me siento como el huevo y la gallina. En esa rueda interminable de una cosa llevando a la otra, como la vida misma, que lejos de tener un sentido solo se sucede a sí misma interminablemente. Que secuencia, no? El estar vivo. Es solo respirar, comer, dormir, fijarte que no te pise el bondi cruzando la calle, sobrevivir, mantenerse con vida. Podemos irnos al plano de lo bonito e idealizado y decir que mantenerse con vida no es sentirse vivo Y SI, CLARO estoy de acuerdo 100 x 100 pero como se sale de la rueda?? Como se hace algo diferente para sentirte vivo si estamos constantemente en la sucesión de hechos que nos interpelan y que no podemos cambiar, en un mundo que lleva un ritmo tan acelerado que causa ansiedad y in this economy pues #tercermundista.
Estoy cansada de sentir que casi- llego siempre. Casi- casa. Casi- ahorros. Casi- independencia. Casi- todo. Será que estoy haciendo algo mal?
Se pusieron a pensar en que ir a ver a un bebé recién nacido es conocer a alguien que (si está el vínculo) probablemente veas crecer? Capaz a mi me suena a mucho por que después de una seca todo se vuelve más increíble, o quizá realmente este es el hecho más increíble al que podemos acceder como especie: creamos unos mini-otros que son una parte de nosotros replicada en ADN, que van a crecer y convertirse en alguien. Y más allá del fantástico hecho biológico que merece un capítulo aparte (o seA KE como que mi cuerpo es capaz de eso ¿? wtf), lo increíble de como vas a influir sobre ese mini-otro de manera permanente, para bien y mal, estando a cargo de que no muera, no se intoxique, en lo posible no sufra, pero que si aprenda, experimente, que sea feliz, y sano. Que nadie nunca logre lastimarlo, de ninguna forma, bajo ningún punto, siendo vos el principal escudo humano entre el mundo cruel y tu mini réplica. ¿No es increíble?
Quizá es la seca o quizá estoy tan sensible que lo siento mucho todo. Y no malinterpreten eh, estoy feliz. Lloro un montón (como justo ahora), a cada rato y en cualquier lado. Tengo una simple conversación casual con alguien sobre como mi primito más chico fue papá, y de repente tengo los ojos llenos de lágrimas. Que loca la vida, no? Estoy en un momento raro. Creo que me está pegando la edad (jajan't) y no para el lado malo, sino al contrario, me estoy dando cuenta que la vida es mucho más de lo que yo pensaba a los 20. Compleja y difícil de a momentos, monótona y rutinaria de a otros. Con días muy oscuros y horas llenas de luz. De ambas cosas, en rangos muy amplios, bien distribuidos. Así de ambiguo, así de rebuscado.
Hoy se cumplen 6 años de que alguien muy especial para mi se fue de este plano, y es fascinante como su partida me marcó tan significativamente de manera positiva. Verlo partir fue doloroso, pero no difícil. Nunca había sentido una perdida con tanta tranquilidad. Lo extraño tanto que se me cae el alma a los pies, pero al mismo tiempo siento la paz que se siente cuando las cosas suceden tal cual debían suceder. Te amo tío, vos me enseñaste que no hay nada más valioso que el presente. Hoy podría ser un día triste (y nada más) pero me emocioné por como la vida cambia y se recicla, me senté a escribir sobre como eso me sensibiliza e interpela, me dí ese rato para darme cuenta que estoy siendo muy feliz, que tengo mucha suerte por quienes me rodean y hacen las veces de red. Que contruí hasta el día presente un puente enorme hacía la vida que siempre quise, y resulta que ahora estoy acá, donde siempre había querido estar. Palmadita en la espalda y chinchin, es tuyo reina (asegurate de disfrutarlo)
Que loco esto de fumar porro, hace que termines escribiendo, vomitando en las teclas de este pixel de internet al que ya nadie lee y a nadie le importa, todo lo que estás viviendo y sintiendo, sin miedo.
Agradezco tanto la abundancia que disfruto.
Que dificil es ver la hoja en blanco y empezar, eh? Y por donde arranco? Exactamente eso mismo, pero en realidad no estoy hablando de la escritura, o tal vez sí, o quizá un poco de cada tema. Me cuesta empezar a escribir, claro. Pero también me cuesta empezar en general. A veces me abatato. (jaja que palabra divertida, cómo hicimos un verbo de una verdura? Abatatarse. Bueno, me distraje) Exactamente eso mismo, pero no estoy hablando de batatas.
Tengo un negocio propio. Es duro tenerlo in this economy pero ahí va, haciendo camino al andar. Me di cuenta hace poco que a veces voy hacia las cosas antes de estar preparada, y termino teniendo un negocio a cargo cuando en realidad la idea era tener una changa con las uñas. Lo que hizo que cometa muchos errores que podrían haberse evitado si hubiera tenido las herramientas que hice a los golpes. Pero la cosa es que ya no quiero que eso me pase porque es duro descubrir que la respuesta estaba escrita en ese libro que leíste cuando el error ya estaba cometido. Me gustaría poder anticiparme a todo porque no soporto equivocarme. Asi que tengo ansiedad y otros trastornos sin diagnosticar (o eso dice tiktok, jajan't).
Pero la cosa también es que cada día me hago más amiga mía, y me perdono por cometer errores haciendo mi mayor esfuerzo, por que lo que importa en realidad es que al final aprendí, no? No puedo distrerme mucho con mirada juzgadora de que mi proceso no haya sido perfecto, porque eso me distrae del objetivo final. Y cuando me voy por las ramas, la raíz pierde fuerza. Ah re. Pero si.
Me di cuenta también que tener una vida rutinaría, haciendo lo mismo cada día con horarios determinados hace que me sienta mejor. Yo, la que decía que la rutina la aburría. Creo que en realidad lo que pasaba en ese momento es que lo que me aburría era mi vida. Mi novio. Mi trabajo. Mis vínculos. Hoy todo tiene tanto brillo en sí mismo que no necesito mirar hacía el costado para ver que los demás tienen mejores vidas que la mía. Siento que por demasiado tiempo relegé mi felicidad en lo que a los demás los hacía felices. Porque yo los veía desde afuera y eso parecían, felices. Entonces creía que eso mismo haría que yo me sintiera igual. Pero no. Quizá desde afuera me veía feliz como esos que observaba pero en realidad carecía de sentir. Hasta que conocí a alguien que me hizo sentir hasta los huesos. A mí. Porque cuando decidí que no me importaba quien estuviera viendo, me permití conocerme. Tenía todo el día para llenar con algo que me gustara, porque estabamos en cuarentena. (jaja o sea WHATS viví una pandemia). Una que me permitió desechar lo que veía que les servía a los demás para hacer lugar a lo que yo tenía ganas de probar. Fuí tan profundo que me avergoncé, esa oscuridad era parte de mí. dseeeeeeeeeeeeeeewwwwwwwwwwwwfg (palabras del Doby que acaba de pasar por arriba de la compu jaja) Fui tan profundo que me gusté. Y comprendí que soy ambas partes por igual, que todo lo puedo pero también todo lo destruyo, y que solo depende de mí hacía donde dirijo la gran energía que cargo.
Asi que ahora que me escucho, me digo tantas cosas que a veces me aturdo. Pero también después de un rato, cuando el griterío se calma, la respuesta se vuelve tan genuina que es difícil no prestarle atención. Exactamente eso, con cada pequeña parte que constituye mi vida.
Me gustaría poder anticiparme a todo, pero eso sería cruel conmigo, que no tendría espacio para experimentar lo rico de los procesos. Con la gracia de sortear todo el sentir que eso pueda traer. Me gusta sentir. Es lo único que sé que voy a llevarme de este plano. Como esos recuerdos que se te graban a fuego en la memoría porque fuiste muy feliz. O muy triste. O porque te dió mucho miedo. O rabia. O emoción hasta las lágrimas.
Agradezco la abundancia que disfruto. La que yo misma creo con mis pensamientos y acciones.
(era tan simple, y yo me la compliqué tanto, jaja)
Toda la bronca que siento es el equivalente al dolor que me causó descubrir que me equivoqué. Quizá pensé que estas cosas fuera de la secundaria ya no sucedían, o que en el peor de los casos no iba a venir de alguien a quien senté a mi mesa, le presenté a mi familia y le confié mis secretos. ¿Cómo se puede ser tan conchuda? Si, no voy a cuidarme con las palabras. Estoy enojada.
Claro que podría haberlo dicho y conservar mi amistad al mismo tiempo que lo tenía a él, pero ¿de que me hubiera servido? Es lo que me digo de consuelo, porque en realidad creo que nunca quiso ser mi amiga ni mucho menos me quiso a mí. Y aunque lo intento no logro convencerme de que todo haya sido una vil mentira. ¿Lo fue? ¿Todo lo que me dijiste tantas veces sobre lo que sentías por mí era mentira? ¿Cómo puede alguien ser tan fría y calculadora?
Siento que nuestra pelea la inventaste, que un día yo me enojé por algo y fue la excusa perfecta para deshacerte de mi sin hacerte cargo de las verdaderas razones por las que me querías lejos. ¿Por qué no fuiste sincera? La verdad es que eso es lo que más me duele siempre: la mentira. Es tremendo lo que causa en mi que alguien me mienta o me engañe, logra que no quiera volver a brindarle la oportunidad de defraudarme a nadie más y esta vez siento que me gané un buen sacudón para no querer hacer amigas nuevas nunca más. Lo lograste, ya no confío.
Te detesto por lo que pasó. Me da tanta rabia haber creído en vos que no puedo verte con otros ojos que no sean los del odio total, pero por detrás eso solo esconde la tristeza que siento por la caída de la venda, por descubrir realmente lo que sos y que tan alejado esté de lo que yo creí.
¿Valió la pena? ¿Perderme a mí por tenerlo a él realmente valió la pena?
No necesito desearte el mal porque eso ya lo hiciste solita. Porque aunque no se mire atrás, al que sembró viento le espera una tempestad, y yo solo puedo pensar en el karma. El mismo que me sacó a las malas personas de mi vida y me abrió los ojos sobre en quienes realmente puedo confiar. Karma. No te olvides de esa palabra. Step by step from town to town. Eso y que ser sofisticada no se trata de como vistas ni a quien conoces, ni siquiera a la gente que pisas para llegar a donde querés. Por que ninguna cantidad de vestidos vintage puede darte dignidad.
Si no pongo un freno a mi mente, no estoy en presente
Estaba estudiando pero me dieron unas ganas muy grandes de escribir como lo hacía antes, por pura diversión, por pasar el rato, para archivar un nuevo casi libro que jamás verá unos ojos que no sean los míos. Uf, que poeta.
Ultimamente me siento tan cómoda conmigo misma que ya casi no tengo quejas que venir a poner en este espacio que siempre fue mi mayor descarga de frustrasiones. En algún tiempo creí que siendo feliz ya no podía ser creativa, que nada profundo llegaba, y después de mucho andar creo que al fín comprendo.
Innegable es que conocí las profundidades de la pérdida, el dolor, el vacío y la tristeza. Llegué profundo, más de lo que hubiera deseado. Y aún no puedo deducir cual fue exactamente el evento que me empujó al pozo cuando en realidad creo que fue una constante caída libre. Golpe duro, como cuando la espalda se encuentra por fín con el suelo húmedo y los pulpones expulsan hacia afuera todo el aire. Sonido seco. Recuerdo haberme hecho un bollito y llorado largas y amargas noches. Me dolía esa amiga, me dolía la adolesencia, me dolía sentirme sola estando rodeada de gente. Siempre me sentí sola. Lloré por lo perdido y por lo anhelado, lo que algún día, capaz, en una de esas... Y fue una seguidilla dura eh, sentí como me pegaban de todos lados y como todo era demasiado para alguien de 19 años. Faaaa amigo, 19 años. Era tan pequeña para haber lidiado con tanto.
Pero gracia' a lo que sea que nos puso en este lugar una ley universal del tiempo es que nada dura para siempre. Ni lo bueno, ni lo malo. Y con el mundo girando sin detenerse eventualmente el sol salió cada día y yo arrastré los pies con mis manos para no detenerme, quedarme, estancarme. La profundidad me había regalado la inmensidad que solo proporciona el conocimiento: ahora lo sabía, sabía lo profundo del dolor. Lo complejo de la pérdida. Lo crudo del vacío y la soledad. Aún hoy lo sé. Cuando estuviste ahí es imposible olvidarte de la marca que te dejó. (Para bien y para mal).
Lo que siguió fue el renaser y con él la nueva batalla: ¿y quien mierda se supone que soy? No soy la que era antes de la tristeza. Tampoco soy mi tristeza, ni las heridas que ella me hizo. ¿Qué, cómo, quién soy? Es gracioso como la respuesta estaba tan cerca que no podía verla con claridad. Y me costó dos años más de deambular perdida entender que se necesita un coraje muy grande para enfrentar lo que soy. Por que claro, toda aquella tristeza había calado tan hondo que me había mostrado una a una todas mis miserias. Todas esas partes a donde no llega el reflector, esas que escondo, las que no me gustan. No quise, y me enredé en pensar que podía recrear un papel sobre quien era yo. Uno que se basó principalente en gustar(les) a todxs. Yo sólo quería dejar de sentirme tan sola. Y como encontré dolor también encontré amor. Y compañerismo. Amistades que aún hoy conservo con mucho cariño. Y otras que se fueron en algún momento (y eso estuvo bien).
Empecé a ser "feliz". Tenía lo que había anhelado en mis días de profunda tristeza. Tenía un grupo grande de amigos que veía cada fin de semana. Tenía una relación con un chico lindo y bueno. Me recibía de la carrera que había estudiado por 5 años. Tenía el pelo siempre perfectamente planchado. Tenía plata para comprarme ropa y salir todo lo que se me antojara. Lo tenía todo y no tenía nada por que las cortinas de humo en realidad no se pueden tocar. Creía que escribir sobre ser feliz era imposible para mi por que cada vez que lo intentaba, la inspiración jamás llegaba. Leía mis escritos sobre amor a mi novio, o lo feliz que era de estudiar lo que estudiaba, o sobre mis proyectos y no se me movía un pelo. Era como leer una descripción nutricional del paquete de galletitas: chato, vacío, de reluciente plástico. Le faltaba algo y no me daba cuenta qué: le faltaba profundidad.
Hoy pienso a mi felicidad como un estado que desconozco completamente y descubro a cada paso. Existen profundidades en ser feliz que aún no se presentaron ante mí.
Finalmente me conocí y me gusté. Dando un giro 180 con mis proyectos de vida, dedicandome a lo que iba a ser sólo un hobby. Descubriendo pasiones que no sabía que tenía, cayendo en cuenta de lo real, tangible que puede ser todo. Las sensaciones en la piel, los sabores en la garganta. Lo placentero y lo que no tanto. Sin planificarlo para que les guste a los demás. Dejando que llegue lo que me apetece a mí. Solo a mí. Sin juzgar tales con los ojos de a quienes les caigo mal. Y entonces lo supe: nunca pude escribir sobre felicidad porque no conocía sus matices, sus colores, su profundidad. Hoy no hay nada que anhele en el frío espacio de mi habitación con la luz apagada porque todo lo convierto en metas sobre el escritorio bien iluminado. La ropa que me pongo me hace sentir fuerte y hermosa. El corte de pelo que tengo explora y expresa mi esencia. Por fín todo concuerda con lo que soy, con lo que siento adentro que realmente vibra conmigo. Por una vez y para siempre me conocí en todo explendor. Con lo hondo de la tristeza, con lo brillante de la alegría. Con mis partes bonitas y relucientes, y con el contrapeso de ello. Con todo.
Siete años pasaron.Ya no respiro llanto ni nostalgia.Me alegra el corazón saber que ahora estás bien.Se cumplen 7 y siempre arriba.Te quiero mucho.Yo también., amiga.
Tengo la mala costumbre de entrar a chusmear que dice de mí alguien que me consta que no le caigo bien. ¿Por qué lo hago? No sé, me gusta que me quieran, supongo. O quizá siempre me bardearon tanto por prejuicio que me volví un poco adicta. A veces los leo y me cago de risa porque en twitter hay muchas formas muy graciosas de bardear a alguien. Graciosas y creativas.
Y la verdad es que no sé bien si extraño a esa amiga que ya no es amiga (y que encima se caga de risa de mí) o si entro cada tanto a ver que tal su vida para volver a demostrarme por qué tomé la decisión que tomé. O quizá solo entro por que quizá en una de esas descubro que me equivoqué, o que cambiaron las cosas, o andá a saber que ando buscando...
Extraño la idea que me había hecho de vos, amiga. Porque para mí realmente lo eras.
Hace poco leí por ahí que lo que hagamos esta semana (debido a que no sé qué astros estan en conjunción en el cielo) es una determinación de lo que esperamos de los próximos 6 meses. Es decir, lo que entendí es más o menos así: tiene que ver con nuestro comportamiento, por tanto es un momento clave para cortar con los comportamientos que tenemos y no nos gustan de forma definitiva y, a su vez, es un buen momento para comenzar con aquellos que no tenemos pero que nos gustarían. Fuerte. La verdad es que hace rato vengo con uno de esos comportamientos un tanto impulsivo maniático que me quiero sacar de encima y que no pude. Es como mi droga de cabecera, por más que tuve temporadas de sobriedad cada tanto el vicio ataca y yo termino cuasi internada otra vez.
¿Alguna vez stackeaste? Yo soy la fuking ama. Encuentro lo que sea y de la forma que sea. Rompí los límites de la moral y llegué lejos pero LEJOS. Bajo métodos bastante reprochables de cualquier punto de vista vendí mi alma la diablo y obtuve a cambio información que no me sumaba en lo más mínimo pero que me hacía sentir en extremo poderosa. Es difícil explicarlo a quien no lo vive, pero si lo viviste estoy segura de que me entendiste perfecto. Te sentís enloquecer y no te importa. Sabés que cada paso que das te hunde más en el barro y aún así seguís avanzando porque lo que parecía una simple miradita a ver que onda termina en una orgía de información íntima y personal sobre alguien que en realidad tan bien no te cae y que te genera más inseguridades que empoderamiento.
Bueno, puede que esto último sea mi mirada personal. A mí me afecta el autoestima. Lejos de la sensación de poder lo que realmente sucede es que terminada la stalckeada tengo un montón de data sobre cosas con las que ahora me puedo comparar. Que opina sobre cada cosa, que viajes hace, con que frecuencia postea, que tan linda/fea sale en sus fotos, que corte de pelo se hizo, que música escucha, que instrumento toca, a que lugares sale, cómo se divierte, cómo es su cuerpo, cuantos me gusta tiene, que cosas le comentan sus seguidores, y montón de etc más por que la lista es larga y aburrida.
De eso quiero deshacerme, de mi necesidad de comparación. Quiero dejar atrás las ganas que siento de ver que hizo, con quien y en qué lugar. Quizá para ello necesite llegar a la raiz de por qué lo hago y por ello aún no me deshago del mal hábito... o quizá simplemente es un hábito arraigado y como tal me costará muchas recaídas salir de él. Lo cierto es que el pasado me llama a la puerta a cada rato y yo me enredo cada tanto con esa parte de mí que fué y ya no es pero que cada tanto reaparece y me tortura.
Y entre otras noticias que a nadie le importan: soñé con vos. No sé si lees esto alguna vez pero si lo haces quiero contarte que soñé que una angustia insoportable te torturaba, y en el sueño yo te abrazaba hasta que estabas mejor. Y aunque no estoy dispuesta a mandarte un mensaje para preguntarte cómo estás... de corazón espero que estés bien.
Intento no olvidarlo pero a veces me resulta tan pesado que quiero que el pensamiento desaparezca por completo. Cuando tengo días buenos, cuando estoy contenta y descanso al dormir, cuando mi cabeza no es un manojo de pensamientos sin ordenar, cuando el miedo y la preocupación no son una constante, ahí es cuando lo olvido. Olvido que también es parte de mí esa parte incontrolable que me tiene atada de manos y pies. No puedo escaparle, no puedo frenarla, no puedo hacerla desaparecer. Me consume, me atrapa, me recuerda que sigue en mí.
La angustia es el final, lo previo es lo peor. Uno tras otro los pensamientos se agalopan y me gritan, me gritan todo el tiempo en un volumen muy alto, tan alto que no puedo escuchar otra cosa. Todo está mal, todos te están atacando, todo está en tu contra. Sos insuficiente, sos inestable, sos insoportable. Nadie tiene ganas de bancar tus mambos, seguirte el juego, tenerte paciencia. ¿Quién querría? Si hasta vos estás cansada de vos misma, ¿Cómo no vas a cansar a los demás? Haces demasiado ruido, ocupas demasiado espacio, es que ¿Quién te entiende? No es válido lo que sentís si no podés explicarlo. A ver, ¿porqué estás tan mal? ¿Qué cosa tan grave te pasó? ¿Ninguna? ¿Entonces? Ni siquiera sos capaz de darte cuenta que nadie te quiere tanto como para bancarse tus lloriqueos una vez por semana. No es ansiedad, es que vos sos insoportable.
Entonces la angustia llega, justo después de estar todo un día con mi cabeza en mi contra, sin lograr que se quede callada. Y con la angustia llega también el llanto incesable, los temblores y calambres, la falta de aire en ocasiones, la sensación asfixiante que esto no tiene solución y nunca la tendrá. Que puedo estar mejor a veces, de a ratos, mientras lo que me pasa cotidianamente no active el mecanismo de defensa cruel que mi cabeza eligió para mí.
Dormir mal. Estar irritable. Sentir que si estuviera completamente sola nadie podría desestabilizar mi paz. Querer escapar, querer irme, a donde nadie me conozca, a donde no tenga que hablar con nadie. Quedarme encerrada en un huequito de una nueva casa, uno que no ocupe mucho espacio y en el que ya no tenga que relacionarme con nadie más que con mi gata.
Necesidad de escapar. De no llorar, no sentir asfixia, poder dormir bien. Que los pensamientos no me atormenten, que lo que sueño no me persiga hasta golpearme incansablemente.
Ya no quiero esto. No quiero.
Hoy buscando otras cosas encontré un cuadernito en donde durante el 2019 y el 2020 escribía cosas sueltas. Palabras que me surgían y tanto sentido no tenían en un todo. O si, pero no en aquel entonces. Ese mismo cuadernito, casi al final, tiene escrito: "Jaqui y su capacidad para cambiar". Me acuerdo que cuando lo escribí 'capacidad' era despectivo. Estaba intentando dejar por escrito que ser cambiante como soy, no me gustaba. Pasaron dos años desde entonces hasta hoy cuando lo releo y solo puedo pensar en lo hermoso que es esa capacidad. Soy capaz de cambiar lo que sea que se me dé la gana. Quizá al principio cuesta, pero si estoy decidida, allá voy. Cambio de trabajo, de carrera, de amigos, de pareja, cambio toda yo completa. Ya no le tengo miedo, es lo que soy: soy cambio constante. Y que dicha tengo de ser.
A veces me parece tan increíble que me cuesta creerlo. Hacía años (muchos) que no me sentía así, con suerte de que alguien como él me diera un poco de atención a mí, que tan poco me considero bajo su brillante esplendor. Me siento chiquita bajo su figura, admirándolo desde las gradas mientras él se roba toda la atención del mundo, mientras veo como muchos aman lo mismo que yo, muchos quieren lo mismo que yo, y como pueden quitarme lo que ni siquiera podría reclamar como mío.
Me vuelvo aún más pequeña cuando caigo en la cuenta de que la decisión es suya y eso podría implicar un adiós, un corazón pisoteado y una lista interminable de razones por las que ya no querría seguir sonriendo nunca. Y el miedo es constante, y el peligro siempre acecha y yo me siento cada vez más indefensa, sin frenos de frente a la pared que a gran velocidad se acerca pero nunca llega, lo que lo vuelve aún peor. Tortura sin fin.
Si fuera más linda. Si fuera más divertida. Si pudiera demostrarte que todavía me quedan un millón de cosas hermosas por mostrarte, ese millón de cosas que van a mantenerte conmigo, que van a impedir que quieras ir a buscar a otro lugar lo que en mí no está. Algo que te haga amarme. Solo quiero que nunca dejes de amarme. (Cómo si fuera algo posible de controlar!)
Que tonta. Por eso me dejaron tantas veces. Por eso cargo con tanto trauma de abandono. Porque quiero controlarlo todo. Me vuelvo tan calculadora que me pierdo en el laberinto y ya no encuentro la salida ni la vuelta atrás. Ya no sé que es no estar obsesionada con que te brillen los ojos al verme, notando que poco a poco eso te da igual. Veo volver a empezar eso que tanto me esforcé por evitar. Me vuelvo chiquita frente a la indiferencia que siento. Tan pero tan chiquita que ya no notas mi presencia, me vuelvo humo y vos espejismo. No nos reconocemos al mirarnos, ¿cuando nos perdimos? ¿Fue mi culpa? Me vuelvo gris cenizas de aquello que en algún momento era fuego brillante. Me opaco por el miedo, y doy pase libre a dolor como compañero. Me pierdo y por eso también, te pierdo.
Un libro es definitivamente el mejor regalo que alguien puede hacerme, en cualquier circunstancia, en cualquier color o estilo, en cualquier lugar. Un libro que yo deseaba muchísimo, que no conseguía por estar faltante y de sorpresa un día cualquiera. ¿Como puede ser que alguien me ame tanto? Ni en mis mejores fantasías imaginé que estaría algún día con alguien que pudiera leer mis deseos, mis ganas, mis ideas con tanta facilidad. Como si lo supiera todo, como si me conociera como a la palma de su mano. Que pudiera hacerme sentir tanta paz, tanto amor, tanta pero tanta complicidad. Gracias por tanta complicidad, tanto compañerismo, tanto pero tanto.
Rojo ardiente como nunca había sido.
Destrozada.
Blanco y negro, gris desolado.
Totalmente apagada.
Dorado brillante, incluso cuando el sol se oculta.
Justo como la luz del amanecer. Camino al sol.
Exactamente como siempre lo deseé.
El calor abrazador. Siento transpirada la espalda y la nuca,
el pelo pegoteado se me pega al cuello. Hay humo en todas partes, y el sonido
me ensordece. No escucho lo que me dice pero verlo junto a mí en aquella
situación hace que sienta una felicidad infinita. Una de mis canciones
favoritas suena, grito, levanto los brazos y pienso para mis adentros que me
había olvidado lo feliz que me hace ver una banda que me gusta en vivo. Me había olvidado
porque hace cuatro años que no iba a un recital, entonces ahora me pregunto
porqué dejé de ir en primer lugar.
Con cada paso que doy descubro cosas que me hacen feliz y de
las que en el ultimo tiempo me había alejado. ¿Por qué me hice algo así? Con lo
cruel que eso es: alejarme de las cosas que me hacen feliz.
El pensamiento me lo interrumpe un beso de quien tengo al
lado. Soy feliz al verlo sonreír porque nunca lo había visto tan feliz.
Estuvimos en una vereda sentados, tomando una birra y riendo por el humo,
hablando de cosas que no importan verdaderamente porque al estar juntos lo único
que me importa es eso: estar juntos.
Y a la noche siguiente el ritual se repitió con otro de mis
grandes amores, con quien hace 4 años compartir algo así hubiera sido impensado
pero que hoy es una realidad, y a penas puedo describir la felicidad que me provocó
que ella, mi copiloto de ruta de la vida entera, compartiera conmigo una de las
cosas que más me gustan en el mundo.
En una de las flashadas que me pegué este finde hermoso
pensé en que estaba retornando a mí. Que hoy estoy más cerca que nunca de la
Jaqui más auténtica. Estoy cada vez más cerca de mi esencia. Un recital, la
música, mi amor, mi mejor amiga, todo me acercó a lo que siempre fui y un poco
había perdido, y estoy tan feliz por eso.
Estoy más cerca de lo genuino, de lo simple, de lo que me
hace realmente feliz. Más o menos hippie, más o menos careta, más o menos adulta.
Más mía que nunca.
Can I go where you go?
Anoche escribí en las notas de mi celular "tener un gato, leer un libro, tomar té de sabores." No sé bien por qué tuve ganas de escribirlo, o de donde vino la idea, pero me parece bastante poética como esa frase ya hecha de "escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo". A ese poquito aspiro, o aspiraba porque parece que ya lo logré. Tengo la vida llena de tranquilidad que siempre deseé. Vivo con mi mejor amigo, nos escuchamos y aconsejamos, cenamos rico mientras vemos te lo resumo así nomas, o alguna peli, o simplemente charlamos sobre como estuvo nuestro día. A veces también salimos a andar en rollers, o a correr o a pasear. Nos hacemos preguntas como "voy al súper ¿querés algo?". Vivir con él es un regalo en muchos aspectos, desde la diversión y libertad de vivir sola, hasta la comodidad de que es con él que me ayuda, comprende, escucha y aconseja en todo.
Estoy siendo muy feliz.
Adopté una gatita (atún), veo la serie que me gusta o leo un libro que me encanta cada noche, tengo una cajita llena de tés de sabores que disfruto muchísimo. Canto, bailo, descanso, dibujo, escribo, pienso, sueño, reflexiono, lloro, descargo, hago mis procesos en la soledad de mi paz. En eso que tanto me costó encontrar: paz.
Crecí creyendo iba a encontrarla en algún otro pero nunca era real, porque el caos siempre que podía reaparecía, porque dos personas intentando entenderse siempre generan un cierto caos hermoso y necesario, pero que de ninguna manera se asemeja a la paz que yo tan incansablemente buscaba. Y ahora me pregunto, si buscaba paz ¿por qué me encaprichaba en el caos?
Creo que lo que Sabri tanto me dijo un poco de razón tenía: me daba miedo la soledad. No por la soledad en sí, o por estar sola a posta (que al fin y al cabo fue lo que hice con mi vida por mucho tiempo) sino creo que lo que más miedo siempre me dio fue no tener a quién recurrir cuando sintiera que no podía más. Una soga, una ayuda, un escape, un apoyo. Un lugar seguro donde resguardarse y reposar las heridas. Hoy me doy cuenta que mi mejor lugar y el más seguro soy yo misma cuando me siento bien. Y que la paz que tanto deseaba encontrar en alguien es nada más y nada menos la que yo misma genero yendo detrás de mis deseos propios y personales. Disfrutando de ese ratito de silencio en soledad que cada noche tengo antes de dormir, esos ratitos en los que charlo conmigo misma y me enamoro un poco más de mis pensamientos, ideas y valores. Esos ratos en los que también discuto, me peleo, me quiero ir de mi misma pero igual me quedo para criticarme, cuestionarme, cambiar y desechar lo que no me gusta, volver a foja cero para empezar otra vez.
Soy lo que siempre necesité, soy todo lo que siempre busqué en alguien más. Soy cada cosa que lloré por no poder encontrar. It was in me, dice Avril Lavigne. Durante todo este tiempo, buscando, llorando, deseando, pidiéndole al universo que me lo enviara, que llegara a mí alguien que tuviera todo eso que necesito para ser feliz y estar en paz: todo este tiempo todo lo que necesitaba siempre estuvo en mí.
Y yo acá re puesto explicando que es esto de que los opuestos que están dentro nuestro, si bien son opuestos, también son complementarios.
Maca que no tiene ni 2 centavos demás fue corriendo al almacén a comprar una harina para hacerme una torta. Le puso dulce de leche y coco rayado, y se despertó con la alarma mucho más temprano de lo normal para que desayunáramos juntas al solcito. Cuando llegué en la puerta había un cartel que decía "feliz cumpleaños tía Jaqui" y globos recibiéndome. Mis tres amores que salieron de ella me cantaron el feliz cumpleaños queriendo estar los tres a upa mío. Me dieron besos pegoteados de dulce y abrazos apretados. Dante casi por primera vez en su vida me sonrío tanto que se le achinaron los ojos y a mi el corazón se me volvió un trapito de lágrimas. Tanto amor.
Lean que vive en la loma del culo, allá por los Hornos, me preguntó si podía venir a abrazarme después de almorzar. Se subió a la bici del hermano, pedaleó más de 50 cuadras y me apretujó las costillas cuando fui a abrirle la puerta. Se quedó toda la tarde, charlando con mi familia, acariciando a Atún y haciendo un esfuerzo sobrehumano porque sé muy bien el dolor que puede causarle venir a mi nueva casa. Tanto amor.
Sabri que vino a quedarse a dormir la noche anterior aunque al otro día se levantaba bien temprano para ir a trabajar y tenía una entrega importantísima a la tarde. Agus que no rompe la cuarentena pero igual vino y me cocinó Muffins especiales sin TACC. Mi abuela que me hizo una torta especial con harina integral para que la pueda comer pese a sentirse muy mal de salud. Mi mamá que me trajo mi regalo ni bien me desperté como cuando vivía con ella, mi papá que me hizo una bici nueva para que pueda irme a donde se me antoje, mi hermana al pie del cañón. Toda mi familia, todos mis amigos, todos los mensajitos de amor sincero que recibí. Tanto amor.
Todos los vínculos que sigo construyendo, todos los nuevos, todos los que estoy recuperando después de algunas temporadas sin verlos. Toda mi vida, entera, completa, cambiando para bien, haciéndome sentir la más afortunada, volviéndose eso que siempre quise para mí. Nunca antes sentí tanto amor.
Mis cumpleaños fueron lindos muchas veces pero sus contextos quizá no tanto, y el sentimiento que me quedaba luego de ellos mucho menos. Cuando uno no es feliz el resto del año, un sólo día no hace la diferencia y creo que esta vez lo que sucede es que este fue un día más de un montón que me están haciendo feliz. Fue el primer cumpleaños desde mi niñez que voy a recordar con un amor especial, porque fue increíble. Lleno de personas que me brindaron con total amor lo que tenían a su alcance para hacerme sentir especial. Y lo lograron.
Agradecida con los míos, con la vida, el universo y conmigo misma por tanto amor. Tanto pero tanto. Hoy todo se trata de seguir creciendo, sintiendo, siendo auténtica con lo que deseo. Me siento en paz con mi vida, conmigo, con lo que deseo.
Los 25 años llegaron llenos de certeza: estoy donde y cómo deseo estar, rodeada de amor.
Gracias.
¿Qué loco, no? Que el único chico en la faz de la tierra que me interesa es ese que no puedo tener. Debo tener algún tipo de problema innato que me impide ir tras lo que sí sería sano y adecuado para mí. Digo a cada instante que odio el drama y los enredos pero me encuentro siempre en el ojo de la tormenta viendo como a mi alrededor todo es un caos. Me veo envuelta a cada momento en situaciones que intento evitar. Como si esta angustia y enojo fueran provocadas por mí de alguna manera que no comprendo, de alguna manera inconsciente que se esfuerza por no permanecer tranquila y estable, por ir detrás de eso que me alborota e incomoda, por estar siempre en el ojo de la tormenta.
¿Se trata de mí o se trata del exterior?
Ahora ir tras lo que deseo me parece un querer manipulado en el que no distingo del todo si se trata de algo inevitable o algo que estoy inconscientemente autogenerando. ¿Ir tras lo que deseo a pesar del caos que eso generaría o es que lo deseo porque generaría ese caos?
¿Se trata de un deseo real o de no poder soportar la tranquilidad?
¿Qué tan amigos tuyos son si nunca te incluyen?
Porque ahora lo entiendo bien: no pertenezco. Si debes esforzarte por pertenecer, si te encontrás a vos misma haciendo esfuerzos por pertenecer es porque no es natural.
Me siento agotada mentalmente. Me siento cansada, usada, ignorada. Me siento en el papel de víctima entonces no digo ni hago por que ¿tengo derecho a sentirme así? ¿se necesita derecho para sentir?
Angustia, enojo, rabia, dolor, decepción, abandono, soledad.
Justo ahora sólo quiero recluirme en mi casa, mi pieza, mi cama. En ese lugar seguro que es mi soledad, donde nadie hace preguntas incómodas que tienen respuestas dolorosas. Donde no debo hacerme cargo de nada más que del propio peso de mi cuerpo. Donde puedo reposar en mis propios fantasmas sin sentirme juzgada por un dedo acusador que sin importar siempre me encuentra culpable.
Cuando todo lo que haces es tomado como incorrecto, dejás de sentir ganas de hacer. Me encuentro en este oscuro espacio queriendo desaparecer. Quizá algún día tenga el valor de hacerlo.
Apretar el gatillo, y que todo deje de pesar.
Ayer tuve uno de esos instantes en los que agradezco poder vivir. Estaba acostada desnuda boca arriba con mi chico favorito encima y aunque puede sonar bastante sexual en realidad estábamos peleando por el celular. No, no peleando en serio, sino disputandonos quien ponía la siguiente canción que ibamos a escuchar. Claro, me estaba por ganar porque tiene muchisima más fuerza que yo, así que en un movimiento rápido y bastante estupido escondi el celular bajo de mi espalda y ambos estallamos en carcajadas. "Uff donde lo habrás escondido" dijo él haciendo alusión a lo obvio del escondite. No pude dejar de reír por un rato, y él tampoco. Estábamos tan muertos de risa que me faltaba el aire y pensé "estas son las cosas que quiero guardarme para siempre".
Más tarde cuando él se fue llené la bañera y disfruté de mi tiempo a solas. Una canción pronunció una frase que me quedó en el tintero y me llenó de terror: "un día entró como canasta la realidad y la costumbre, y se acabó la inmunidad". ¿Será que somos sólo un bonito comienzo? ¿Será que siempre vi a los más lindos principios derrumbarse ante la rutina?
Quiero morirme de risa por algo muy tonto toda mi vida. Como anoche cuando vimos te lo resumo así nomás. Como cuando hago mis chistes malos que a él le encantan. Como cuando compartimos la complicidad de nuestros chistes internos.
Quizá por eso me da miedo que el mundo se de cuenta de que existimos. Pasando despercibidos quizá la monotonía nunca nos descubra ni nos alcance, y podamos así quedarnos para siempre en el comienzo, en lo lindo, en lo feliz, desconstracturado y simple. En lo mutuo, cercano, valioso y verdadero. En lo sincero.
Si el mundo se entera, ¿lo perdería todo?
Your love is a secret I'm hoping, dreaming, dying to keep
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25 de mayo 2019 |
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19 de mayo 2020 |