Toda la bronca que siento es el equivalente al dolor que me causó descubrir que me equivoqué. Quizá pensé que estas cosas fuera de la secundaria ya no sucedían, o que en el peor de los casos no iba a venir de alguien a quien senté a mi mesa, le presenté a mi familia y le confié mis secretos. ¿Cómo se puede ser tan conchuda? Si, no voy a cuidarme con las palabras. Estoy enojada.
Claro que podría haberlo dicho y conservar mi amistad al mismo tiempo que lo tenía a él, pero ¿de que me hubiera servido? Es lo que me digo de consuelo, porque en realidad creo que nunca quiso ser mi amiga ni mucho menos me quiso a mí. Y aunque lo intento no logro convencerme de que todo haya sido una vil mentira. ¿Lo fue? ¿Todo lo que me dijiste tantas veces sobre lo que sentías por mí era mentira? ¿Cómo puede alguien ser tan fría y calculadora?
Siento que nuestra pelea la inventaste, que un día yo me enojé por algo y fue la excusa perfecta para deshacerte de mi sin hacerte cargo de las verdaderas razones por las que me querías lejos. ¿Por qué no fuiste sincera? La verdad es que eso es lo que más me duele siempre: la mentira. Es tremendo lo que causa en mi que alguien me mienta o me engañe, logra que no quiera volver a brindarle la oportunidad de defraudarme a nadie más y esta vez siento que me gané un buen sacudón para no querer hacer amigas nuevas nunca más. Lo lograste, ya no confío.
Te detesto por lo que pasó. Me da tanta rabia haber creído en vos que no puedo verte con otros ojos que no sean los del odio total, pero por detrás eso solo esconde la tristeza que siento por la caída de la venda, por descubrir realmente lo que sos y que tan alejado esté de lo que yo creí.
¿Valió la pena? ¿Perderme a mí por tenerlo a él realmente valió la pena?
No necesito desearte el mal porque eso ya lo hiciste solita. Porque aunque no se mire atrás, al que sembró viento le espera una tempestad, y yo solo puedo pensar en el karma. El mismo que me sacó a las malas personas de mi vida y me abrió los ojos sobre en quienes realmente puedo confiar. Karma. No te olvides de esa palabra. Step by step from town to town. Eso y que ser sofisticada no se trata de como vistas ni a quien conoces, ni siquiera a la gente que pisas para llegar a donde querés. Por que ninguna cantidad de vestidos vintage puede darte dignidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario