El calor abrazador. Siento transpirada la espalda y la nuca,
el pelo pegoteado se me pega al cuello. Hay humo en todas partes, y el sonido
me ensordece. No escucho lo que me dice pero verlo junto a mí en aquella
situación hace que sienta una felicidad infinita. Una de mis canciones
favoritas suena, grito, levanto los brazos y pienso para mis adentros que me
había olvidado lo feliz que me hace ver una banda que me gusta en vivo. Me había olvidado
porque hace cuatro años que no iba a un recital, entonces ahora me pregunto
porqué dejé de ir en primer lugar.
Con cada paso que doy descubro cosas que me hacen feliz y de
las que en el ultimo tiempo me había alejado. ¿Por qué me hice algo así? Con lo
cruel que eso es: alejarme de las cosas que me hacen feliz.
El pensamiento me lo interrumpe un beso de quien tengo al
lado. Soy feliz al verlo sonreír porque nunca lo había visto tan feliz.
Estuvimos en una vereda sentados, tomando una birra y riendo por el humo,
hablando de cosas que no importan verdaderamente porque al estar juntos lo único
que me importa es eso: estar juntos.
Y a la noche siguiente el ritual se repitió con otro de mis
grandes amores, con quien hace 4 años compartir algo así hubiera sido impensado
pero que hoy es una realidad, y a penas puedo describir la felicidad que me provocó
que ella, mi copiloto de ruta de la vida entera, compartiera conmigo una de las
cosas que más me gustan en el mundo.
En una de las flashadas que me pegué este finde hermoso
pensé en que estaba retornando a mí. Que hoy estoy más cerca que nunca de la
Jaqui más auténtica. Estoy cada vez más cerca de mi esencia. Un recital, la
música, mi amor, mi mejor amiga, todo me acercó a lo que siempre fui y un poco
había perdido, y estoy tan feliz por eso.
Estoy más cerca de lo genuino, de lo simple, de lo que me
hace realmente feliz. Más o menos hippie, más o menos careta, más o menos adulta.
Más mía que nunca.
miércoles, 16 de diciembre de 2020
I'm a mess, but I'm the mess that you wanted
Oh, 'cause it's gravity
Oh, keeping you with me
sábado, 21 de noviembre de 2020
And I'm highly suspicious that everyone who sees you wants you
lo que más me gusta de mi presente,
es hacer lo que deseo sin tanta explicación.
Porque se me dió la gana, ¿y?
martes, 10 de noviembre de 2020
Hoy dormís en mis brazos y eso es una verdad
Hoy no entiendo como pasó todo pero me cabe igual
Tu cuerpo es el lugar perfecto
Para que yo sepa lo que quiero hacer
jueves, 5 de noviembre de 2020
Can I go where you go?
Can we always be this close forever and ever?
Más allá de lo él es como persona, o de lo que yo soy. Más allá de todas las cualidades positivas que puedo reconocer en él, me parece que lo mejor es que somos algo increíble en conjunto. Como vínculo, como combinación. Y eso rara vez sucede. Dos buenas personas pueden cruzarse en el camino y juntas ser el mayor de los desastres. Y yo siento que nosotros juntos solo mejoramos lo que somos por separado.
lunes, 2 de noviembre de 2020
Anoche escribí en las notas de mi celular "tener un gato, leer un libro, tomar té de sabores." No sé bien por qué tuve ganas de escribirlo, o de donde vino la idea, pero me parece bastante poética como esa frase ya hecha de "escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo". A ese poquito aspiro, o aspiraba porque parece que ya lo logré. Tengo la vida llena de tranquilidad que siempre deseé. Vivo con mi mejor amigo, nos escuchamos y aconsejamos, cenamos rico mientras vemos te lo resumo así nomas, o alguna peli, o simplemente charlamos sobre como estuvo nuestro día. A veces también salimos a andar en rollers, o a correr o a pasear. Nos hacemos preguntas como "voy al súper ¿querés algo?". Vivir con él es un regalo en muchos aspectos, desde la diversión y libertad de vivir sola, hasta la comodidad de que es con él que me ayuda, comprende, escucha y aconseja en todo.
Estoy siendo muy feliz.
Adopté una gatita (atún), veo la serie que me gusta o leo un libro que me encanta cada noche, tengo una cajita llena de tés de sabores que disfruto muchísimo. Canto, bailo, descanso, dibujo, escribo, pienso, sueño, reflexiono, lloro, descargo, hago mis procesos en la soledad de mi paz. En eso que tanto me costó encontrar: paz.
Crecí creyendo iba a encontrarla en algún otro pero nunca era real, porque el caos siempre que podía reaparecía, porque dos personas intentando entenderse siempre generan un cierto caos hermoso y necesario, pero que de ninguna manera se asemeja a la paz que yo tan incansablemente buscaba. Y ahora me pregunto, si buscaba paz ¿por qué me encaprichaba en el caos?
Creo que lo que Sabri tanto me dijo un poco de razón tenía: me daba miedo la soledad. No por la soledad en sí, o por estar sola a posta (que al fin y al cabo fue lo que hice con mi vida por mucho tiempo) sino creo que lo que más miedo siempre me dio fue no tener a quién recurrir cuando sintiera que no podía más. Una soga, una ayuda, un escape, un apoyo. Un lugar seguro donde resguardarse y reposar las heridas. Hoy me doy cuenta que mi mejor lugar y el más seguro soy yo misma cuando me siento bien. Y que la paz que tanto deseaba encontrar en alguien es nada más y nada menos la que yo misma genero yendo detrás de mis deseos propios y personales. Disfrutando de ese ratito de silencio en soledad que cada noche tengo antes de dormir, esos ratitos en los que charlo conmigo misma y me enamoro un poco más de mis pensamientos, ideas y valores. Esos ratos en los que también discuto, me peleo, me quiero ir de mi misma pero igual me quedo para criticarme, cuestionarme, cambiar y desechar lo que no me gusta, volver a foja cero para empezar otra vez.
Soy lo que siempre necesité, soy todo lo que siempre busqué en alguien más. Soy cada cosa que lloré por no poder encontrar. It was in me, dice Avril Lavigne. Durante todo este tiempo, buscando, llorando, deseando, pidiéndole al universo que me lo enviara, que llegara a mí alguien que tuviera todo eso que necesito para ser feliz y estar en paz: todo este tiempo todo lo que necesitaba siempre estuvo en mí.
Maca que no tiene ni 2 centavos demás fue corriendo al almacén a comprar una harina para hacerme una torta. Le puso dulce de leche y coco rayado, y se despertó con la alarma mucho más temprano de lo normal para que desayunáramos juntas al solcito. Cuando llegué en la puerta había un cartel que decía "feliz cumpleaños tía Jaqui" y globos recibiéndome. Mis tres amores que salieron de ella me cantaron el feliz cumpleaños queriendo estar los tres a upa mío. Me dieron besos pegoteados de dulce y abrazos apretados. Dante casi por primera vez en su vida me sonrío tanto que se le achinaron los ojos y a mi el corazón se me volvió un trapito de lágrimas. Tanto amor.
Lean que vive en la loma del culo, allá por los Hornos, me preguntó si podía venir a abrazarme después de almorzar. Se subió a la bici del hermano, pedaleó más de 50 cuadras y me apretujó las costillas cuando fui a abrirle la puerta. Se quedó toda la tarde, charlando con mi familia, acariciando a Atún y haciendo un esfuerzo sobrehumano porque sé muy bien el dolor que puede causarle venir a mi nueva casa. Tanto amor.
Sabri que vino a quedarse a dormir la noche anterior aunque al otro día se levantaba bien temprano para ir a trabajar y tenía una entrega importantísima a la tarde. Agus que no rompe la cuarentena pero igual vino y me cocinó Muffins especiales sin TACC. Mi abuela que me hizo una torta especial con harina integral para que la pueda comer pese a sentirse muy mal de salud. Mi mamá que me trajo mi regalo ni bien me desperté como cuando vivía con ella, mi papá que me hizo una bici nueva para que pueda irme a donde se me antoje, mi hermana al pie del cañón. Toda mi familia, todos mis amigos, todos los mensajitos de amor sincero que recibí. Tanto amor.
Todos los vínculos que sigo construyendo, todos los nuevos, todos los que estoy recuperando después de algunas temporadas sin verlos. Toda mi vida, entera, completa, cambiando para bien, haciéndome sentir la más afortunada, volviéndose eso que siempre quise para mí. Nunca antes sentí tanto amor.
Mis cumpleaños fueron lindos muchas veces pero sus contextos quizá no tanto, y el sentimiento que me quedaba luego de ellos mucho menos. Cuando uno no es feliz el resto del año, un sólo día no hace la diferencia y creo que esta vez lo que sucede es que este fue un día más de un montón que me están haciendo feliz. Fue el primer cumpleaños desde mi niñez que voy a recordar con un amor especial, porque fue increíble. Lleno de personas que me brindaron con total amor lo que tenían a su alcance para hacerme sentir especial. Y lo lograron.
Agradecida con los míos, con la vida, el universo y conmigo misma por tanto amor. Tanto pero tanto. Hoy todo se trata de seguir creciendo, sintiendo, siendo auténtica con lo que deseo. Me siento en paz con mi vida, conmigo, con lo que deseo.
Los 25 años llegaron llenos de certeza: estoy donde y cómo deseo estar, rodeada de amor.
Gracias.
lunes, 12 de octubre de 2020
somethin' about my cool Nebraska guy
lunes, 5 de octubre de 2020
Hace unos días, alguien que no vi nunca en mi vida y conocí a través de una pantalla, me dijo una frase hermosa y me recomendó que vea este discurso de alguien que ambas amamos mucho.
"No sos tus errores"
Gracias Sabri.
sábado, 3 de octubre de 2020
En enero, en una playa de Brasil con el sol quemándome la piel y mucha arena en los pies, leí un libro hermoso que me regaló una frase que hoy apareció para mí sin querer:
"El futuro está oculto en el presente para quienes saben leerlo"
miércoles, 30 de septiembre de 2020
"Hay un cierto grado de satisfacción en tener el valor de admitir los errores propios. No solo limpia el aire de culpa y actitud defensiva, sino que a menudo ayuda a resolver el problema creado por el error" - Dale Carnegie
lunes, 21 de septiembre de 2020
¿Qué loco, no? Que el único chico en la faz de la tierra que me interesa es ese que no puedo tener. Debo tener algún tipo de problema innato que me impide ir tras lo que sí sería sano y adecuado para mí. Digo a cada instante que odio el drama y los enredos pero me encuentro siempre en el ojo de la tormenta viendo como a mi alrededor todo es un caos. Me veo envuelta a cada momento en situaciones que intento evitar. Como si esta angustia y enojo fueran provocadas por mí de alguna manera que no comprendo, de alguna manera inconsciente que se esfuerza por no permanecer tranquila y estable, por ir detrás de eso que me alborota e incomoda, por estar siempre en el ojo de la tormenta.
¿Se trata de mí o se trata del exterior?
Ahora ir tras lo que deseo me parece un querer manipulado en el que no distingo del todo si se trata de algo inevitable o algo que estoy inconscientemente autogenerando. ¿Ir tras lo que deseo a pesar del caos que eso generaría o es que lo deseo porque generaría ese caos?
¿Se trata de un deseo real o de no poder soportar la tranquilidad?
¿Qué tan amigos tuyos son si nunca te incluyen?
Porque ahora lo entiendo bien: no pertenezco. Si debes esforzarte por pertenecer, si te encontrás a vos misma haciendo esfuerzos por pertenecer es porque no es natural.
Me siento agotada mentalmente. Me siento cansada, usada, ignorada. Me siento en el papel de víctima entonces no digo ni hago por que ¿tengo derecho a sentirme así? ¿se necesita derecho para sentir?
Justo ahora sólo quiero recluirme en mi casa, mi pieza, mi cama. En ese lugar seguro que es mi soledad, donde nadie hace preguntas incómodas que tienen respuestas dolorosas. Donde no debo hacerme cargo de nada más que del propio peso de mi cuerpo. Donde puedo reposar en mis propios fantasmas sin sentirme juzgada por un dedo acusador que sin importar siempre me encuentra culpable.
Cuando todo lo que haces es tomado como incorrecto, dejás de sentir ganas de hacer. Me encuentro en este oscuro espacio queriendo desaparecer. Quizá algún día tenga el valor de hacerlo.
Ayer tuve uno de esos instantes en los que agradezco poder vivir. Estaba acostada desnuda boca arriba con mi chico favorito encima y aunque puede sonar bastante sexual en realidad estábamos peleando por el celular. No, no peleando en serio, sino disputandonos quien ponía la siguiente canción que ibamos a escuchar. Claro, me estaba por ganar porque tiene muchisima más fuerza que yo, así que en un movimiento rápido y bastante estupido escondi el celular bajo de mi espalda y ambos estallamos en carcajadas. "Uff donde lo habrás escondido" dijo él haciendo alusión a lo obvio del escondite. No pude dejar de reír por un rato, y él tampoco. Estábamos tan muertos de risa que me faltaba el aire y pensé "estas son las cosas que quiero guardarme para siempre".
Más tarde cuando él se fue llené la bañera y disfruté de mi tiempo a solas. Una canción pronunció una frase que me quedó en el tintero y me llenó de terror: "un día entró como canasta la realidad y la costumbre, y se acabó la inmunidad". ¿Será que somos sólo un bonito comienzo? ¿Será que siempre vi a los más lindos principios derrumbarse ante la rutina?
Quiero morirme de risa por algo muy tonto toda mi vida. Como anoche cuando vimos te lo resumo así nomás. Como cuando hago mis chistes malos que a él le encantan. Como cuando compartimos la complicidad de nuestros chistes internos.
Quizá por eso me da miedo que el mundo se de cuenta de que existimos. Pasando despercibidos quizá la monotonía nunca nos descubra ni nos alcance, y podamos así quedarnos para siempre en el comienzo, en lo lindo, en lo feliz, desconstracturado y simple. En lo mutuo, cercano, valioso y verdadero. En lo sincero.
Si el mundo se entera, ¿lo perdería todo?
Your love is a secret I'm hoping, dreaming, dying to keep
viernes, 14 de agosto de 2020
lunes, 27 de julio de 2020
Creo que existen dos tipos de felicidad: la eufórica que desea compartir con el mundo lo que le sucede, y la que viene de la calma de sentirse pleno y en eje. Hoy experimento la segunda, y una vez más mi artista favorita sacó 16 canciones que resumen esa sensación casi a la perfección.
Un café caliente, estar en el sillón envuelta en una frazada, con un hogar a leña y una ventana que refleja el exterior frío y hermoso por igual. Árboles, campo, sentirse a gusto. Eso me hace sentir Folklore. Nostalgia mezclada con placer, disfrutando de lo más simple como sentirse en casa.
Luces de navidad en la pared en la que mi cama está apoyada. Un vaso de vino blanco en mi mano derecha, vos a mi izquierda. Estoy escuchando por primera vez el octavo álbum de Taylor cuando decís “te traje un chocolate” y toda la escena parece estar en sepia y tener el mejor soundtrack de la historia. Las nuevas canciones de Tay encajan a la perfección con esa sensación que me provocas: sentirme como en casa aunque afuera el frío pudiera congelarme. El frío puede querer alcanzarnos las veces que quiera porque dudo que lo logre.
domingo, 19 de julio de 2020
Que loco, ¿no? Hace un par de semanas hubiera jurado que no era para tanto. Y quizá debería escribir esto con un poco más de metáfora y no tanta literalidad, por que los domingos me ponen sensible y exageran lo que siento, aunque puede ser también que sólo los domingos me animo a sentir.
Hace bastante que me propuse que mi vida personal y lo que la rodea sea lo más silenciosa posible. Que nadie sepa, que nadie opine, que nadie pueda romper. Y quizá otra vez debería usar metáforas que no permitieran que nadie meta sus narices en mi felicidad pero hoy no quiero ni me sale. Es domingo y quizá mañana con el lunes lo que siento se aplaque, cambie o me abandone, pero aún así quiero guardarlo en este pedazito de hoja.
Puede que la literalidad se deba a que no logro encontrar una analogía que describa completamente lo que estoy sintiendo. Lo que me pasa cuando me pongo mi remera y tiene tu olor porque anoche me abrazaste fuerte para dormir. Escuché como mi propia voz te pedía que te quedaras un poco más, y como también esa misma se callaba todo lo que mi cabeza no dejaba de repetir. Que me gustás, que me encantás, que quizá esto se me está yendo de las manos (y disfruto que así sea).
Tengo constantemente ganas de colgarme de tu cuello, abrazarte fuerte, darte un beso en frente de todos. ¿Está bien? ¿cual es el límite? ¿existe límite?
¿Son necesarias las preguntas cuando en el silencio nos entendemos tan bien?
Te fuiste y dormí la siesta pensando en lo lindo que sos. En como me gusta tu sonrisa y en la cantidad de cosas que haría para verla siempre en frente de la mía. ¿Es demasiado? Soñé con una playa en la que la sal del mar nos resecaba la piel que brillaba con el sol. Y con tus abrazos, con vos levantando mis pies del suelo en un beso. Con vos haciéndome sentir esa mezcla de emoción y nervios en la panza.
No dejes de venir, por favor. No dejes nunca de sonreírme, de reírte a carcajadas conmigo. Abrazarme y traerme chocolates. Compartirme música que no conozco, tirarte a la cama conmigo a escuchar la que ya conocemos y nos gusta. Por favor, no te espantes con mis cambios, con mis bardos, con el quilombo que a veces (sé) que soy.
Me gustás tanto que no soy capaz de decírtelo, y prefiero que lo leas por casualidad acá.
Me gustás tanto pero tanto.
¿Te querés casar conmigo?
viernes, 17 de julio de 2020
It's you, babe
jueves, 16 de julio de 2020
I was waitin'
Every day, every night, I would stay in
Now I'm safe and awake and I say
He treats me like I'm a goddess
viernes, 10 de julio de 2020
Me siento identificada de una forma increíble con la idea de enojarme cuando alguien me gusta. Quizá no es que me enoje gustar de alguien, sino que eso significa un poco perder el control de la situación. Y me molesta muchísimo no tener todo controlado. Vivo cuestionando si el control realmente existe o es tan solo una ilusión, y la verdad es que a pesar de estar convencida de la segunda, sigo sin poder dejar de enloquecer cuando algo escapa de mis manos.
Lo que sucede hoy es que tuve un noche bastante compleja, aunque no a nivel emocional. Me duele demasiado el cuerpo por haber estado lijando, pintando y limpiando. Me duele tanto que me desperté algunas veces en la noche teniendo que cambiar de posición para que el dolor fuera menor. Y a eso, se le sumaron varios sueños confusos y estresantes, por lo que es claro: dormí muy mal. Y no, no soñé con el enojo en cuestión pero si fue lo primero en lo que pensé cuando abrí los ojos: que ganas de que estuviera acá para abrazarme después de una noche de mierda. Y me sigo peleando conmigo misma porque en los momentos chotos quiero aprender a cuidarme sola para no depender de nadie más, y aún así, ahí están intactas mis ganas de un abrazo y un beso en la frente que me prometan que voy a estar bien.
Me enoja tanto pero tanto.
Me enoja que me gustes así justo en este momento de mi vida.
And I'm so furious
At you for making me feel this way
viernes, 3 de julio de 2020
It's a new soundtrack I could dance to this beat, beat forevermore
La canción perfecta para el momento perfecto.
lunes, 29 de junio de 2020
We were flyin' But we'd never get far
martes, 23 de junio de 2020
Ayer te extrañé tanto pero tanto que casi salgo corriendo a buscarte. Aunque por milagro recordé a tiempo todas las razones por las que dejé de necesitarte. En un flashback me vi sentada en tu auto, escuchándote decir: "Poné cualquier cosa menos Avril o Miley" Cualquier cosa menos eso que te hace sentir. Y fue entonces cuando comprendí que tenerte al lado era perderme a mí. Y que hoy prefiero mi canción favorita sonando, Antes que el eco de tu indiferencia retumbando. Porque quizá bailar feliz en soledad, valga mucho (Muchisimo más) que una compañía por la mitad.
domingo, 21 de junio de 2020
lunes, 15 de junio de 2020
PORQUE SOY MÁS PARECIDO A UN PERRO DE LA CALLE
O A LA PLANTA QUE FUMO EN CASA
QUE A LOS QUE ANHELAN SIN UN GRAMO DE ARTE
TENER FAMA, DINERO Y SALIR EN TELEVISIÓN.
viernes, 12 de junio de 2020
jueves, 28 de mayo de 2020
Fumarnos uno al sol, escuchar callejeros, reírnos de alguna gilada.
Darme cuenta que hasta hace un rato estábamos tensos
porque ya no vamos a ser lo que éramos
y ahora nos relajamos porque lo que siempre fuimos no se perdió.
Pasear en el auto, escuchar viejas locas, confiarte hasta mi último secreto.
Descubrirte otra vez siendo mi mejor amigo y caer en la cuenta de lo genial que sos.
De cómo me alegra no haberte perdido en esta secuencia
porque si algún día estoy tan bien sola como para desear la compañía de alguien,
me gustaría que seas vos.
Con todo lo que nos hace coincidir, con las cosas que disfrutamos compartir,
con lo bien que nos entendemos.
Hoy mientras todo lo demás pasaba y nos atravesaba
me di cuenta que si estoy con vos quiero que sea porque así lo elijo
y no porque te necesito para tapar lo que todavía no resolvi.
Que bueno que no nos hayamos perdido.
Que bueno que vas a estar ahí mientras crezco y resuelvo.
Dudé mucho sobre si debía publicar lo que sigue, pero mi blog siempre se trató de lo que siento y los procesos que hago momento a momento, así que acá va:
25 de mayo 2019
Hace unos días, me puse con una amiga a ver fotos viejas que tengo guardadas en Google Drive. Nos reímos un rato con los recuerdos, y entre tanto también encontramos cosas no tan agradables. Hay algo que yo comprendí hace ya un par de meses, pero que con esas fotos viejas pude ver mucho más gráficamente. El 2019 fue un año difícil en muchos aspectos, pero sobre todo en uno particular que me mantenía preocupada, alterada y enferma. El año pasado yo comía pero no engordaba, y a veces también no lo hacía porque tenía días de extrema tristeza. Toda la comida empezó a caerme mal. Me descomponía a cada rato, tenía nauseas y vómitos, lo que me llevaba a no querer comer. Tomaba ibupirac y sertal como si se tratara de caramelos y adelgazaba cada vez más. Se me caía el pelo, tenía ojeras, no conseguía dormir bien. Fui reiteradas veces a un masajista, porque estaba tan contracturada que tenía terribles dolores de cabeza. Ese año tuve también mi primer ataque de ansiedad. La verdad es que en ese momento no lo reconocí como tal, pero se repitió en muchas ocasiones, así que terminé por darle la importancia que se merecía. Me sentía insegura, nunca había tenido problemas con mi físico y ahora me sentía totalmente acomplejada de mil formas. Estaba mal anímicamente, me costaba sentirme a gusto en cualquier situación y me angustiaba con mucha facilidad. Lloraba por cosas que no eran la verdadera razón, y me empecé a cerrar en mí misma tan paulatinamente que casi no me di cuenta de lo aislada que estaba. Mi vida estaba llena de cosas lindas que pasaban desapercibidas ante mis ojos porque estaba totalmente nublada. Había algo que se estaba llevando mi brillo. "En ese momento no nos dábamos cuenta, pero estabas como apagada" me dijo mi amiga cuando vimos la primer foto. Es de hace casi exactamente un año. Y resume bien lo que eran todas las fotos: la mirada como perdida, sin sonreír, pálida, extremadamente flaca, decaída.
19 de mayo 2020
Lo bueno es que uno siempre puede cambiar (y no solo de corte de pelo, ja!) La segunda foto es de hoy, de hace un par de hs. Se me ocurrió compartirlas juntas porque tengo puesto el mismo jean que en la primera, pero ahora lo uso sin cinturón. Engordé, y eso me hizo sentir bien nuevamente con mi cuerpo. Empecé a comer con gusto, todo lo que se me antojaba y como por arte de magia todo era recibido muy bien por mi estómago. No más nauseas, no más vómitos. "¿hace cuanto no te tomás un sertal?" me dijo una amiga en tono de chiste mientras estábamos de vacaciones en Brasil. Hace un montonazo. También se me fueron las ojeras, porque empecé a dormir bien. Las cosas que antes me mantenían preocupada dejaron de preocuparme, y pude al fín dormir y descansar. Dormir sólo 6 hs pero que se sientan como 10. Volví a ser la persona alegra y relajada que siempre fui. Volví a hacer chistes y reírme a carcajadas. Dejé de estar inundada de tristeza, y ahora cada vez que lloraba era de emoción porque alguna de las hermosas personas que me rodea dijo que le alegra verme bien otra vez. Me pasan cosas lindas y estoy lista para disfrutarlas, me rodeo de gente que me hace bien. Toco música, canto a los gritos, bailo sin parar. Hago yoga, leo libros, escribo uno propio. Sonrío para las fotos. Sonrío con mis amigues. Sonrío a cada rato y por cualquier cosa. Hace un año el panorama era tan desolador que me resulta sorprendente que nadie, ni siquiera yo, lo notara. Pero en retrospectiva así estuvo bien si eso me permitió llegar hasta acá. No es chiste que ciertos vínculos pueden absorberte hasta la última gota de energía sin que te des cuenta, pero eso me enseñó a agudizar el ojo para ver quien merece mi profundidad, y quien ni siquiera verme pasar. Hoy me siento plena otra vez. Con mis idas y vueltas, mis subidas y mis bajadas, pero plena. Feliz por quien soy, por lo que hago, por quienes me rodean. Mi cuerpo dejó de ser una tortura para convertirse en el espacio en el que mejor me siento. No me duele, no me pesa ni me acompleja, sino que me permite vivir y disfrutar. Hoy adoro mi vida, mi tranquilidad, la paz que supe construir y tanto me costó. Hoy soy feliz otra vez y agradezco poder sentirme así.
Cerca de las 02 am siento el ruido del motor de tu auto. Me cruzo en el cuello mi riñonera, me pongo la campera, agarro las llaves y salgo. Me abrís la puerta y me recibís con un beso. Hola, bebé. ¿A donde vamos? Manejas sin rumbo por un rato, no porque no sepamos a donde ir, sino para estirar el momento. Fumamos un poco, reímos más. Para cuando llegamos a destino ya estoy demasiado perdida en alguna charla, no dejo de hablar. Hablo hasta por los codos pero igual vos siempre me escuchás. A veces me doy cuenta y me pregunto a mi misma si tiene sentido lo que estoy diciendo. Me respondes con un beso. Minutos más tarde ya estoy en tu cama deseando que la noche dure más de lo normal. Nos divertimos demasiado juntos. Nos entendemos y nunca parece ser demasiado. Después me abrazas por la espalda y encuentro ese huequito en el mundo en el que siempre me siento mejor. Me despierto con un buen día y una taza de café con leche. Un tostado sólo de queso porque soy vegetariana, un capítulo de Friends porque nos hace reír. Se hace el mediodía demasiado rápido, tu papá cocinó algo que va a parecerme exquisito. Siempre cocina exquisito. También voy a querer meterme abajo de tu cama de la vergüenza. Lo supero. Almorzamos. Ellos se van. Nos sentamos al sol, en el pasto con tu guitarra. Me tocas un tema de Taylor, y mientras canto a los gritos pienso que el momento no podría ser más perfecto. Entonces dejás la guitarra a un lado y me abrazas. Nos reímos porque no podés estar ni 10 minutos sin abrazarme. Hago un chiste. Nos reímos más, ahora abrazados. Y no sé como llegamos a lo que sigue, pero hacemos un desafío de TikTok. Me caigo, me equivoco, me río a carcajadas. Vos me atrapás todas las veces para que no me golpee, lo que me parece una hermosa metáfora. No dejo de arriesgar, equivocarme, caer. Y vos estás ahí intentando que no me rompa la cabeza contra el piso. No puedo dejar de reírme y en medio de una carcajada me vuelvo consciente de mi propia felicidad. Estoy siendo feliz. Estar al sol, en el pasto, haciendo cualquier cosa con vos me hace feliz. Al rato empiezo a hablar de mi película favorita de la infancia, y decís que querés verla. Lo que hacemos por la mitad. Nos entendemos tan bien que nunca parece ser demasiado. Y quisiera quedarme mucho más en ese momento, quisiera que las hs no corrieran tan rápido. Pero es quizá su rapidez lo que hace que esto sea tan ideal. El tiempo que vuela sólo me muestra lo mucho que debo esforzarme por disfrutar. Guardarme en un relicario imaginario el centenar de recuerdos que estamos creando y que para siempre quiero recordar.
I'm laughing with my lover,
making forts under covers
Trust him like a brotheryeah,
you know I did one thing right
jueves, 14 de mayo de 2020
"I wanna be defined by the things that I love
Not the things I hate
Not the things I'm afraid of,
The things that haunt me in the middle of the night,
I just think that you are what you love"
Quiero ser definida por las cosas que amo.
No por las cosas que odio.
No por las cosas a las que le tengo miedo.
No por las cosas que me persiguen en medio de la noche.
Una parte de mí te odia. Mucho, muchísimo, hasta los huesos. Es esa misma parte que te amó mucho, muchísimo, hasta los huesos. Es esa misma que está tan furiosa por lo que pasamos que no puede ver más allá de su enojo. Es la que quiere escribirte justo ahora, decirte que fuiste de las peores lecciones que tuvo que aprender. Recordarte uno a uno todos los errores que cometiste, mostrarte como sangran las heridas que dejaste. Mostrarte que aunque estoy mejor todavía hoy sangro un poco, y se me hace imposible perdonarte. La parte de mí que quiere gritarte, no sabe bien qué, pero con fuerza. Gritarte y que me duela la garganta, sentir que se me desgarra, sacar así todo lo que tiene acumulándose en la cuerdas vocales desde que se dió cuenta de lo mal que nos hiciste. Una parte de mí te detesta, te aborrece, no quiere volver a verte jamás. Desea que te esfumes, que desaparezcas, que nunca hayas existido.
Pero otra de mis partes le contesta que si nunca hubieras existido, nunca hubiéramos aprendido. Es mi parte sensata, esa que me recuerda que lo que sea que nos pasó fue para crecer, que debo agradecer y seguir adelante. Que quizá nada fue tu culpa, ni la mía, sino de ambos y las circunstancias. Es la parte a la que más intento aferrarme, mantenerme, porque es quizá la más sana. La que no quiere herirte, ni gritarte, ni odiarte. Es la parte que sólo quiero que tu recuerdo sea uno más en la lista de heridas que en algún momento sangraron, y hoy ya tienen coraza.
Pero todavía a veces sangro. No siempre, no todos los días, pero lo hago. Y cuando lo hago, como hoy, sangro tanto que me hace pensar que en realidad estoy como al principio y la herida no se cerró ni un poquito. Que no te odio, ni estoy enojada. Sino que te extraño, y estoy muy triste, y escondo todo detrás del enojo porque es más sencillo de sobrellevar. Porque hoy fue un día demasiado difícil en cuanto a fechas se refiere, y más que nunca te necesité. Quizá vos ni siquiera te acordaste, pero hoy hace tres años perdí a una de las personas más importantes de mi vida. Y este es el primer aniversario de ese día que no te tuve para que me abraces y me prometas que todo va a ir mejor. Y es difícil, muy difícil, intentar pensar en que ya no tengo que esperar ningún gesto de tu parte. Que desear un mensaje, una llamada, un mimo, es inútil. Que ya me demostraste que no importa cuanto te necesite, vos preferís mantener la distancia. Y está bien, y lo respeto. Y me convenzo, me repito, que es lo mejor, que tengo que crecer, que tengo que dejar de depender de los demás cada vez que me siento triste. Que tengo que saber llevar mis emociones yo sola. Pero es tan taN TAN difícil.
Hoy sangré por la herida como esa ultima noche. Hoy me olvidé de todas las razones que tengo para no quererte en mi vida, y deseé con todas mis fuerzas que me abrazaras. Y creeme, sé que es un abrazo que conlleva millones de cosas que no me hicieron ni hacen bien, pero como lo necesité hoy. Como te necesité.
Hay una parte de mí que está muy segura de estar mejor sin vos. Es esa parte que no te odia, ni te extraña. Es esa parte intermedia que te guarda un inmenso amor sabiendo muy bien que merece más. Merezco más, y sólo espero algún día ya no sangrar, ya no extrañar, ya no depender ni odiar. Ya no sentir nada por vos. Nada en lo absoluto.
viernes, 8 de mayo de 2020
¿Cómo podés, aún hoy, creer que sos la víctima de la situación?
Cuando todo
terminó (o empezó, dependiendo de cómo se mire) yo creí que era mi culpa. Que
todo era mi culpa. Que si estábamos donde estábamos era porque yo misma nos
había puesto allí. Que me había obsesionado por motus propio, que me había llevado a mi misma a esos extremos de los que ya no sabía cómo retornar.
Me sentí enferma, me
sentí chota, me sentí obsesionada y tóxica. Me sentí muy mal conmigo misma. Les
pregunté incansablemente a mis amigas si creían que era una mala persona. Me sentí una
mala persona. Sentí que todo era mi culpa, lloré como si todo fuera mi culpa. Y
tuve a Sabri diciéndome incansablemente también: ¿por qué te culpas tanto? ¿Qué fue lo que hiciste?
Tardé 3 meses en
contarles lo que realmente había sucedido, lo que yo había hecho. Lo hice con
una mezcla de sentimientos tan grandes que aún no sé de donde saqué el valor. Y
contrario a lo que yo creía, ellas no me juzgaron porque era yo la que me
estaba juzgando. Me costó meses darme cuenta que no todo era mi culpa, y que a los
extremos posiblemente habíamos llegado juntos, que era un poco de culpa de
ambos.
Anduve, caminé,
transité mis procesos. Estos meses, este tiempo, este camino. Me detuve,
avancé, retrocedí. Me sentí bien, me sentí mal, me sentí en paz y también, a
veces, llena de furia. Me costó darme cuenta que no quería volver a verlo,
tuvo que romperme el corazón. Tuvo que partirme en mil pedazos (todavía
más de lo que ya había hecho esa noche en ese auto).
Seguí, procuré
seguir. Me encontré conmigo. Me abracé, me mimé, me quise otra vez. Me descubrí
en mí. Me propuse perdonarme los errores cometidos, aprender de ellos, saber
que sucedieron para ser mejor. Y con tanto amor por mí misma, mi cabeza empezó
a ver los mismos recuerdos de antes, desde un nuevo ángulo. Y para mi fortuna,
mi ruina, mi alegría y mi llanto, descubrí que yo no era una persona mala, sino una
persona manipulada. Y que en todo ese tiempo, fue él quien me llevó a los
extremos, quien me llenó de mierda e inseguridad, y quien después me culpó por
sentirla y actuar en consecuencia. Fue él quien me hizo sentir mala,
enferma, tóxica, pero en realidad sólo estaba viéndose en el espejo, ese que
refleja su propio interior.
Yo era su espejo, en mí depositó todo lo que
nunca supo resolver por sí mismo. Fui su bolsa de boxeo. Atacarme a mí era
más sencillo. Culparme a mí era más sencillo.
Y hoy, después de
cuatro meses, cada tanto aún encuentro alguna mentira que tenía guardada, oculta para que yo no vea. Aún descubro
partes de él que me hicieron mierda. Aún desbloqueo recuerdos dolorosos que
viví sin dimensionar su dolor. Pero eso significa que sigo creciendo, que sigo
viva y que a pesar de que pudo malherirme muchísimo, no llegó a dejarme
sin ganas de vivir.
Gracias, no sabés
todo lo que me enseñaste.
sábado, 2 de mayo de 2020
Hay cosas que no me quiero olvidar
Como anoche, después de no vernos por mes y medio, lo hicimos varias veces sin parar.
Me dormí en un abrazo con la camiseta de la U puesta.
Y hoy me desperté con besos, me trajiste un café con leche a la cama y vimos Friends.
Me hiciste masajes que duraron poco porque otra vez volvimos perdernos en el otro.
Me mostraste un par de temas que aprendiste en el piano y pensé para mis adentros que amo verte disfrutar de la música.
Y nos reímos, nos besamos, nos volvimos a reír.
Me abrazaste y me preguntaste como ibas a hacer si el día de mañana esto se termina y tenemos que ser sólo amigos otra vez.
Y yo te respondí con un beso que no sé pero que no importa porque hoy es hoy.
Un día a la vez.
lunes, 27 de abril de 2020
Me sigo preguntando a mi misma que expresión pondré al mirarlo, y cómo en mi intento de sonrisa no se nota lo mucho que me esfuerzo por no parecer una tonta. Todavía me cuesta creer que lo que pienso no se me escapa por los poros. Casi digo varias veces que lindo que sos, casi se me escapa. Pensé que desviar la mirada era mi mejor opción para que no se note que amo verlo sonreír y cantar con la música que le gusta, pero igual se dá cuenta. Y entonces yo vuelvo a preguntarme como puede pensar que quiero que cambie la música, como puede no darse cuenta, ¿cómo?
¿Como puedo guardarme todo aún cuando quiero gritarlo?
Me cuesta expresar, pero me resulta sencillo escribir.
Durante este verano, y también últimamente, estuve más fan de Taylor que de costumbre. O sea, no es que sea una novedad que la amo si la escucho desde hace casi 10 años, pero este ultimo tiempo no escucho otra cosa que no sean sus canciones. Al principio creí que era sólo porque sacó un nuevo disco (que dicho sea de paso es uno de los mejores de su carrera, por no decir el mejor), pero hoy mientras me bañaba escuchando Reputation me di cuenta de algo que vengo sintiendo hace mucho. Siempre me sentí bastante identificada con su manera de ver las relaciones, y en ese sentido Red era mi álbum favorito justamente por las canciones en las que describe el amor como algo incontrolable, inevitable, intenso y totalmente destructivo. El amor siempre había sido eso para mí, eso que te mata y te mantiene vivo al mismo tiempo, que te lastima porque es demasiado fuerte pero que igual no podes dejar de desear. Desear ser destruido. Canté a los gritos su canción red, y fue durante mucho tiempo también mi canción favorita. Un amor burning red, rojo ardiente que te quema hasta los huesos. Mi otra favorita era the way loved you en donde cuenta como el amor sano y tranquilo le resulta insuficiente comparado con ese amor que parecía destruirla. Y yo creía eso, creía que lo intenso te rompía en mil formas pero que en contra parte sólo existía un amor que no te rompía pero que tampoco te hacía sentir nada, y que romperte era el precio por sentir.
Breakin' down and coming undone (rompiendonos y desashiendonos)
It's a roller-coaster kinda rush (es una montaña rusa un poco rápida)
And I never knew I could feel that much (nunca pensé que podía sentir tanto)
And that's the way I loved you (y así es como te amaba).
Ese mismo disco tiene la obra de arte que es All to well y que resume bastante bien lo que sentía cada vez que el corazón se me rompía en mil pedazos por que mis propias expectativas no se cumplían, porque el amor no era lo que yo esperaba y cómo sentir tanto me dejaba tan tumbada y agotada de intentar que funcionara. Me costó bastante ver que el amor no se trata de hacer que funcione, que no es una máquina y que de ninguna manera debería ser esforzarse, soportar, aguantar, llorar y romperse. El amor no debería romperme, y lo que alguna vez llamé (y celebré) como intensidad, era en realidad sólo un vínculo insano. Hoy puedo verlo, mis ideas de amor románticas me mantenían cautiva de relaciones en las que no me veía retribuida en nada.
Este verano cuando el álbum Lover llegó, yo estaba demasiado destruida. Otra de mis relaciones románticas, intensas e insanas se había terminado pero por alguna razón no encontraba refugio en esas canciones que guardaban ideas de un amor que te rompe hasta el alma pero que igual manera vale la pena. No, esa Taylor ya no me identifica. No creo que nadie valga mi alma, no creo que nadie merezca que yo me rompa solo para sentir amor. El amor tiene que ser algo más, es lo que me repetía a cada rato. No puede ser solo esto, tiene que haber algo más, algo que no estoy viendo, alguna forma de que no tenga que destruirme para enamorarme. Me costó varias noches de lágrimas pero terminé comprendiendo que quería un amor que me hiciera mejor. Dayligth se convirtió en mi canción favorita, y mi álbum favorito ya no es Red, sino Lover. Y cada día siento más admiración por Taylor porque puedo ver en su crecimiento, el propio. Lloré de emoción cuando en esa canción ella dice:
"I once believed love would be burning red (solía creer que el amor debía ser rojo ardiente)
But it's golden like daylight (pero es dorado, como la luz del día)"
Hoy pretendo otras cosas del amor, y de las relaciones en general. Y aunque aun no me siento preparada para afrontar nuevamente el estar con alguien, me siento mucho mejor en lo que respecta a como quiero ser en una relación. Veo tan lejano lo que fui hace menos de cuatro meses que parece mentira que haya pasado tan poco tiempo, parece mentira todos los procesos por los que pasé y como crecí y sigo creciendo. Si, quizá tener una relación burning red me haya destruido otra vez, pero al menos ahora puedo ver con claridad que ya no me gusta esa idea de amor, y que pretendo que el futuro me depare algo mucho más sano y real.
TayTay por siempre va a parecerme un ejemplo enorme de lo que más valoro en el mundo: afrontar el dolor y salir de él mejor que cuando entraste. Ella renace una y otra vez, y siempre logra convertir lo que siente en arte, en algo que compartir para así sanar. Yo siempre intento hacer lo mismo.
Hace bastante también vengo pensando en que en Enero cuando todo se me vino abajo, me convencí de que quería sanar sola. Que necesitaba sanar sola. Salir del pozo por mis propios medios, demostrarme que no necesito de nadie más para estar entera otra vez. Quería hacerlo sola para aprender a quererme y valorarme, para nunca más permitir que alguien me destruyera. Me encapriché tanto con esa idea que me encontré sintiendo pánico al interesarme por alguien. Me tenía desquiciada la idea de empezar algo y enloquecía sólo de pensar que eso inevitablemente avanza y yo de ninguna manera quería salir de una relación y meterme en otra. Pero hoy puedo ver con claridad que mis procesos serán míos siempre y cuando así me lo proponga.
Lo que siento ahora es que estoy haciendo mi proceso respecto a todo lo que todavía tengo que aprender y superar de la relación que se terminó, pero que eso no tiene que significar estar sola. Tengo alguien que me acompaña como lo hacen mis amigas, y es hermoso. Con ellas puedo hablar, descargarme, reflexionar y ser abierta con lo que siento sin que resuelven por mí las cosas. Y con él es lo mismo, lejos de sentir que me meto con alguien para tapar todo lo demás, o para que ese alguien me "salve" de estar triste, lo que siento es que me acompaña mientras yo misma lo resuelvo. Nada me parece más hermoso que eso. Y es ahí cuando Reputation entra en juego, y pasa de ser un álbum al que yo consideraba mediocre, al álbum perfecto para las circunstancias.
Estar perdida. Estar recomponiendo todas tus partes rotas consciente de que necesitas hacerlo por vos misma, y cruzarte con alguien que te hace más liviano el camino. En Delicate Taylor se cuestiona si incluir a alguien es lo mejor,
"We can't make any promises now, can we, babe? (No podemos hacernos promesas justo ahora, no es así?)
But you can make me a drink (pero puedes prepararme un trago)"
Y durante todo el álbum se refiere al momento delicado de su vida, en cómo estar con alguien podía ser contraproducente para ambos y como también lejos de ser así, terminó convirtiéndose en lo mejor que le pasó.
Lejos estoy de eso aún, no sé que va suceder, ni como todo va a terminar resolviéndose. No soy tan soñadora como para pensar en un futuro justo ahora, pero me gusta como me siento. Me gusta este comienzo, el sentirme acompañada, el no tener que sentir presión de ningún tipo. Me siento libre, tranquila, en paz, sintiendo y viviendo hoy, un día a la vez. Si por mi fuera a él le dedicaría Reputation completo. Porque me define, nos define, y porque se lo merece. Pero es sólo una la canción que escucho una y otra vez. El mundo derrumbándose, sintiéndomedesarmada en el medio de la guerra y sintiendo cómo quien me lastima me critica y culpa de lastimarlo. Viendo como todo lo que yo creía hermoso se volvió dolor, y todos aquellos que parecían cuidarme en realidad estaban sólo sacando su propia ventaja. Dejando de confiar, sintiéndome desecha. Encerrándome en los míos, mis íntimos, los más cercanos. Riendo a carcajadas, escondiendo bajo las sábanas los más hermosos nuevos comienzos sólo porque tengo miedo de que el resto del mundo me los arruine.
"Slowly I said, you don't need to save me (lentamente dije, no necesitas salvarme)
But would you run away with me? (pero, huirías conmigo?)"
No dejo de sentir que son pocos los que me conocen realmente, que son pocos en los que confío, y que lejos de ser algo malo, eso me parece de lo mejor. Y que desde hace algún tiempo me cansé de la pantalla de perfección que creaba ante el mundo, y ahora sólo quiero dejarme ser con todo lo que soy. Con los errores que son parte de mi y me ayudan a crecer, con las partes que no me gustan pero que no dejan de pertenecerse. Y sin poder dejar de pensar en que hay alguien que conoce hasta el último detalle, que sabe muy bien de mis errores, que me acompaña en ellos y que parece no importarle. Que no me juzga y que me acompaña. Y que el resto del mundo puede irse al carajo, y decir sobre esto lo que se le de la gana porque en realidad yo tengo bastante claro que ya no va a importarme.
Así que si, call it what you want le pertenece.
I want to wear his initial
On a chain round my neck, chain round my neck
Not because he owns me
But 'cause he really knows me
Which is more than they can say
miércoles, 22 de abril de 2020
Only bought this dress so you could take it off
Take it off
lunes, 20 de abril de 2020
«Siempre acabamos llegando a donde nos esperan» José Saramago
Es una frase que leí hace mucho. Bueno, en realidad no hace tanto, fue hace un mes. Me apareció en el inicio de Twitter y se me quedó grabada. Lo primero que pensé fue "¿me estaba esperando?"
Fue la noche de la falsa boda. Afuera llovía tanto que parecía que nos íbamos a inundar, y adentro hacia tanto calor que todos los vidrios se empañaron. Y yo volví a pensar ¿esto me estaba esperando? Porque quizá solo llegué hasta este lugar cuando estuve lista. Porque quizá este sentimiento me estaba esperando hace mucho, y yo seguía dando vueltas hasta estar preparada.
Pero tarde o temprano, se llega.
Que feliz me hace haber llegado.
viernes, 17 de abril de 2020
Clearing the air, I breathed in the smoke
Hace
varios años vi una película que se llama "el
eterno resplandor de una mente sin recuerdos". Me acuerdo bien que la vi
en lo de Franco, cuando él vivía con su mamá. Era una juntada con Sabri,
Cristian, Alejo y creo que también estaba Joaco. Preguntaron “¿qué quieren ver?”
y alguien la sugirió.
Recuerdo estar sentada en ese sillón sin entender casi nada de lo que
sucedía. No sé si no le presté la atención suficiente porque no me interesaba o
si realmente esa película no era para mí en ese momento, pero para los años que
siguieron me quedó la sensación de que algún día debería volver a verla para
poder entender todo lo que en ese tiempo no pude. Quizá viéndola sola, sin que
los chistes de Alejo me interrumpan, iba a poder sacar de ella algo más que un montón
de incoherencias e imágenes inconexas.
En
enero él me dejó y con la idea de querer arrancarlo de mi memoria llegó el
recuerdo de esa película. ¿Cómo sería borrar
a alguien para siempre? No me atreví a verla, creí que iba a entristecerme
demasiado, creí que iba a tocar fibras de mí que no estaba preparada para afrontar.
Tres meses pasaron, entre ese día y el presente. Ayer me sentí tan perdida que
lloré. No lo extraño, pero tampoco lo ignoro. Me encantaría que no provocara
nada en mí en lo absoluto, pero sería tonto pensar que eso es verdad. Aún tiene
algún tipo de poder sobre mí. Sé que no volvería con él pero en algún lugar de
mi ser todavía guardo sentimientos que le pertenecen. Sentimientos que no
decido si son buenos o malos, si son agradables o sumamente tóxicos. No lo
odio, pero tampoco lo amo. Estoy en un intermedio extraño en el que no
comprendo casi nada. Estaba tan enamorada, y me decepcionó tanto que todo ese
amor se vio estropeado para siempre.
Bingo,
encontré mi respuesta. Ya lo entendí. Lo amaba con todo mí ser pero se volvió
alguien que desconozco. Lo amaba tanto que me perdí a mí por no perderlo. Y aun
así logró decepcionarme lo suficiente como para que hoy, pese al amor que le
tengo, no pueda ni siquiera mirarlo a los ojos.
Pensé
que esa película iba a destrozarme porque el protagonista se da cuenta en el
medio del proceso de borrado, que quiere conservar sus recuerdos. Que pese a
estar triste, esos recuerdos en algún momento lo hicieron feliz. Y la trama da
un giro extraño en el que ambos olvidaron que se conocen gracias al
procedimiento, pero vuelven a encontrarse y la historia vuelve a comenzar,
vuelven a enamorarse porque le amor es más fuerte. Creí que eso iba a
destrozarme porque es la idea de amor romántico, de amor fuerte e intenso que
aunque quiera ser borrado vuelve a aparecer. La idea de destino, de un
sentimiento tan fuerte que ni el olvido puede con él. Y me equivoqué, no me destrozó
sino todo lo contrario. Parece que eso que durante todo el día de ayer me
persiguió y atormentó, gracias a esta película se aclaró.
Nunca
accedería a borrar mis recuerdos, pero no por querer conservarlo en ellos, sino
porque son los recuerdos los que me permiten ver todo lo que fuimos. No porque
nuestro amor sea fuerte e intenso, sino porque fue lo suficientemente débil
como para provocarnos las heridas que hoy cargamos. El amor romántico ideal de
este tipo de películas es el que nosotros tuvimos, y es por lejos de las peores
cosas que me pasaron. Cuando miro hacia atrás me veo a mi misma totalmente
atascada en un ideal que nunca va a concretarse, en un concepto de amor
totalmente erróneo e infantil. Me veo a mi misma, esperando que en algún momento
él abra los ojos y se de cuenta de que somos adultos y merecemos algo mejor que
la idea de destino. El destino no existe, el amor intenso e imborrable tampoco.
No somos almas gemelas, no vamos a superar lo que sea sólo por amarnos porque
sólo con amor no alcanza. Porque si lo pienso mejor lo que siempre nos faltó a
nosotros fue amor. Aceptación. Madurez.
Esa
película no me destrozó sino más bien me demostró lo que éramos y lo que ya
nunca más quiero ser. Hoy deseo muchísimo ser sana, ser adulta, ser mejor. Y
luego, cuando me sienta bien conmigo misma, cuando haya aprendido lo suficiente,
cuando pueda verme y sentir orgullo, recién entonces quiero compartir mi vida
con alguien. Necesito crecer, necesito demostrarme a mí misma que lo que pasé
con él no fue en vano, que ya no voy a cometer los mismos errores, que todo
valió la pena.
No me
gustaba quien era cuando estábamos juntos. Tan insegura, irritada, malhumorada.
Tan pero tan demandante, dependiente, manipuladora. No me gustaba verme a mí
misma fingiendo estar destrozada sólo para que me ame aún más. Llegué a sentir
que si no lloraba, si no sufría, si él no veía que lo necesitaba, entonces no
iba a amarme. Llegué a sentir que tenía que estar rota para no lastimarlo porque
mientras estuviera rota iba a tener una razón, iba a sentirse útil por tener
que ayudarme, protegerme, cuidarme. Porque cuando estaba segura, feliz,
independiente y libre, él parecía asustarse. Se retrotraía, me reclamaba, creía
que ya no lo amaba. Era tan inseguro y dependiente que terminé adoptando sus
formas para no hacerlo sentir mal. No descansaba pensando en cómo hacer mi
siguiente movimiento sin que le afectara demasiado.
Pensé
que debía cuidarlo para no destrozarlo. Acabé creyendo que destrozarme a mí
misma lo mantendría completo y me perdí en el proceso. Y cuando se fue, me
destrozó lo suficiente como para que viera que en realidad nunca estuve tan
completa como ahora. Nunca me sentí tan libre, tan fuerte, tan independiente.
Hoy puedo descansar realmente. Hoy siento que respiro.
Se lo
agradezco. Necesitaba perderme en él para comprender que merezco mucho más. Que
merezco alguien que no se sienta atacado por mi seguridad, y que sólo voy a
conocerlo cuando esté dispuesta a sobreponer lo que soy, cuando ponga primero y
antes que nadie a mi propia esencia, cuando no necesite perderme para que
alguien se quede.
Cuando
prefiera estar sola conmigo, antes que perdida y acompañada.