A mi con no saber lo que quiero me alcanza.
Tuve un día de mierda, sin ofender a la mierda que es bastante mejor de lo que fue mi día. Últimamente me siento enredada en un limbo del que no logro salir porque todo gira muy rápido.
Una mitad del tiempo tengo ganas de destrozar cosas, la otra de llorar. Y como no hago ninguna de las dos termino encerrada en mí. En mi casa, en mi cama, en una serie que logre distraer a mi cerebro por un rato.
Hoy empecé una nueva, y ya voy por la mitad. Porque sueño como para dormir no tengo, y necesito encontrar algo que me distraiga hasta que no pueda más y necesite descansar. Cosa que en realidad no hago hace días porque hasta cuando duermo mi cerebro parece estar a mil. Y me levanto mareada y contracturada. ¿Y sabes cual es la peor de las torturas? No tengo ni idea de cual es el problema. Si lo supiera, y si maquinara sobre eso… por lo menos sabría por donde empezar a resolver, ¿no? Pero ni siquiera cuento con esa suerte.
Tengo la inteligencia emocional de un nene de 5 años. Y eso es ofender a los nenes de 5 años.
No se llorar, no logro expresarme y cuando lo hago, la cago. Siempre la cago. Cuando quiero lograr contención, recibo portazos. Gritos, quilombo y enojos. Termino por sentirme una idiota, así que renuncio a las demostraciones y me quedo callada en mi limbo. Porque prefiero enredarme sola antes que recibir todo eso de los de afuera.
Duele bastante cuando te esforzas por comprender a todo el mundo pero nadie de esos a los que recurris lo hace por vos.
(O sí, resulta que hay una sola persona que lo logra. Que no me juzga ni se enoja, y que me banca. Debe ser que nos entendemos en el quilombo de sentir mucho y decir poco. Y vivo diciéndole desquiciada. Já)
Hace días que no sé ni lo que siento, ni lo que quiero, ni a donde pretendo llegar. No como, no duermo, y no tengo idea de como sobrevivo sin prender fuego todo a mi alrededor, pero es lo que siempre hago. Y ya me acostumbre. Porque el quilombo en realidad soy yo. Soy una bomba de tiempo haciendo tic tac, amenazando con volar todo en pedazos en un segundo.
Soy destructiva. Rompo todo lo que toco, porque la que está rota soy yo.
Sé que va a desear no haberme conocido. Va a rogar con cada centímetro de su piel que yo nunca hubiera aparecido, porque soy un infierno. Y el tiempo va a darme la razón.
¿Alguna vez tuviste ganas de morirte? Pero ganas en serio. Nunca se lo dije a nadie pero yo fantaseo con mi muerte desde aquel día. En un choque, ahogándome, con un disparo en medio de un robo.
Los días que estoy más positiva fantaseo con perder la memoria. Olvidarme de todo. Y me alivio el alma por un rato imaginando lo hermoso que sería perder el peso del dolor que llevo. Me imagino despertando en un hospital sin saber quien soy, y empezando una vida nueva. Una en la que no estuviera tan jodida. Estoy jodida. Para siempre. Se me jodió la vida para siempre.
Por eso había apagado los sentimientos. A veces el dolor es tanto que solo deseas que se detenga, que lo apaguen, que bajen el maldito interruptor. A veces solo deseo dejar de sentir. Desaparecer. Fugarme hasta de mí.
A veces fantaseo con que estoy bien. Y sonrío. Y se lo hago creer a los demás. Tanto, que hasta me lo creo yo misma. Y ando por ahí reprimiendo inconscientemente las ganas de llorar. Hasta que llega una noche como la de hoy y todo sale a chorros. Y ya no hay tiempo para detenerlo. Todo eso que estuve aguantando sale libre y destruye todo a su paso.
No esta bien, pero no sé hacerlo de otra manera. Por eso es que estoy jodida para siempre, porque esto nunca va a sanar. Y yo siempre voy a sentir en el fondo de mí estas ganas de morirme. Morirme para que deje de doler. Para que se baje el interruptor. Por dios, alguien que lo baje. No puedo más. No doy más. No quiero fingir más.
Voy a estar jodida para siempre y por eso siempre prefiero arreglármelas sola. Tener a alguien muy cerca puede significar que termine igual de roto que yo. Y no puedo darme ese lujo.
¿Algún día voy a ser mejor que esto?
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