viernes, 6 de marzo de 2020

Solo sueños son, son solo nubes

Tengo un sueño recurrente hace ya un par de años que me lo acuerdo tal cual sólo porque lo soñé un millón de veces. 
  Acantilado de un lado, bosque oscuro del otro. Una ruta en el medio, es de noche pero brilla la luna por lo que hay un poco de luz. Yo estoy parada en la ruta. Bueno, parada no, estoy corriendo. Corro durante todo el sueño, corro sin cansarme, sin pensarlo, sin cuestionarlo. Estoy escapando de algo que no sé qué es, ni puedo verlo, pero sabiendo que tengo que lograr escapar a toda costa. El sueño es sólo eso, corro sin parar hasta que me despierto. Es el único que se repite tal cual de vez en cuando, aunque también existan otros en los que sueño por única vez que también escapo. No se bien de qué o de quien, pero tampoco nunca logro verlo o saber. Solamente corro. Varias veces soñé con el fin del mundo, en mi ciudad, con la gente enloquecida mientras en contra parte yo siempre estoy muy tranquila. 
  Anoche soñé algo así. No estoy segura de que fuera el fin del mundo, pero si que estábamos escapando. "Estábamos" porque había alguien más en la ecuación. Corríamos bastante, nos encondíamos otro poco. Uno vigilaba mientras el otro dormía. Realmente soñé una película romántica de Apocalipsis zombie, sin los zombies. Y por más loco que suene, yo estaba feliz. Todo era un bardo increíble en todas partes, estábamos corriendo riesgos graves pero yo no podía sentirme más a gusto. Y ahora no puedo dejar de pensar en que el bardo seguro soy yo y todo lo que me pasa adentro, y que me escapo un poco de lo que siento. Que me persigue, me busca pero no me encuentra. Y que en ese caos aún parece que tengo ganas de sentirme a gusto con alguien. Alguien que no puede ser verdad que me guste tanto, por lo que sigo intentando esconderlo. Esconderme.  Si siempre me escapé sola, ¿porque ahora me da gusto escaparme con alguien más? ¿Quiero escaparme? ¿Esconderme? 
  Sigo confusa. Sigo sin saber para donde salir corriendo. Pero mi masoterapeuta me dijo que no está mal la confusión, porque solo voy a salir de ella aceptándola. Así que la abrazo. Abrazo mi confusión, mi quilombo, mis sentimientos que son tan extremistas de a momentos. Abrazo todo, me abrazo a mi misma y me quedo con el pensamiento de que ya no quiero escaparme sola.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario