domingo, 29 de marzo de 2020

  Hoy encontré algo que escribí el 19 de marzo en un cuadernito que tengo por ahí:

"Quizá sea por como me mirás, por como me siento cuando me acaricias la espalda. 
¿Por qué todo el tiempo tengo ganas de que me abraces? 
Me gusta decir pelotudeces y que te rías. Las digo sólo para que te rías. 
Me gusta verme a mí ahí con vos riéndome como si afuera no estuviera todo mal. 
Como si no importara nada más que el instante. 
El instante feliz."

   Estoy en el patio de casa, mirando la luna mientras escucho música que me recomendaste. Y sólo puedo pensar en que ojalá estuvieras al lado mío, con un porrito en la mano y riéndote a carcajadas de alguna pelotudes que dije. Me gusta mucho decir pelotudeces para que te rías y me gustas mucho vos. Pero todavía no estamos listos para decirlo en voz alta, no? 
  Gustar es un montón. Y más cuando se trata de nosotros dos, y de toda la historia que tenemos detrás. 
  Pero, ¿a quien quiero engañar? 
  Me gustas mucho. 

viernes, 27 de marzo de 2020

martes, 24 de marzo de 2020



Y cuando nos vean juntos nadie lo va a entender,
y tampoco se lo vamos a explicar. 

viernes, 20 de marzo de 2020

CUARENTENA DÍA 5

  Tengo tanto tiempo libre que quiero escribirte. O capaz no es la cuarentena y son sólo las ganas, pero me pongo a pensar en ¿que te diría? y como no encuentro respuesta, termino por ni siquiera tomar el teléfono, mucho menos marcar tu número.
  Es muy loco no tener nada para decir después de dos años juntos y tanto compartido. Nos amamos un montón, vivimos juntos una cantidad increíble de cosas y aún así hoy me parece que tengo más en común con una silla que con vos. ¿Cómo se llega a este punto? ¿Como alguien que hace 3 meses era tan indispensable hoy me parece un extraño cualquiera que camina lejos de mí?
  Creo que te conozco, pero ¿lo hago? ¿realmente sé quién sos ahora? ¿Ya cambiaste? o quizá en realidad nunca llegué a conocerte. Dos años juntos. ¿Como es posible que no haya llegado a conocerte? 
  Pienso en la posibilidad de que vos me escribas, y no me gusta. No quiero que lo hagas. ¿Que me dirías? ¿Cualquier gilada o algo que realmente revolucionara mi mundo? ¿Hay algo que pudieras decirme que llegara a revolucionar mi mundo? Supongamos que me decís "te extraño"... no, creo que no sería suficiente. Creo que a esta altura nada de lo que dijeras sería suficiente para tapar el bardo que se desató cuando me dí cuenta de que lo nuestro no funcionaba más hacía mucho. Es muy loco porque creo seguir amándote muchísimo y creo que voy a hacerlo por bastante tiempo más pero volver me parece de las ideas más estúpidas. Es que creo que aunque lo hiciéramos, no duraría. Creo que llegaríamos a los 3 meses aún más exhaustos de lo que terminamos esta relación.
  Porque sí, los abrazos y dormir juntos era lindo. Que me conocieras tanto como para saber que me pasaba en el instante en que me pasaba era hermoso, sentirme tan cuidada y querida, tan mimada, tan pero tan amada. Creo que nunca nadie me amó tanto. Pero aún así, ¿eso valía todo lo demás? ¿Valía el sentirme tan obsesionada? ¿tan insegura? Sentir que en cualquier instante todo puede arruinarse porque cualquier cosa que yo dijera podía desatar en vos esa parte fría y dura, esa parte que se enojaba, me ignoraba y me hacía sentir como la mismísima mierda. Esa parte que hasta sin querer me maltrataba hasta herirme en lo más profundo, en ese lugar débil que te había mostrado para nunca tocaras.
  ¿Como puede ser que sólo pueda verte en esa dualidad? O te veo como el mejor novio del mundo, como el dulce, protector y bueno. Comprensivo y siempre dispuesto a dejar todo por mí. O como el peor. El celoso, inseguro y malo. El que cuando se sentía herido intentaba herirme, el que permanecía duro como el hierro aunque yo le estuviera diciendo que eso me lastimaba. El infantil, el que no quería dar el brazo a torcer, el orgulloso y petulante.
  Seguro que vos también ves esa dualidad en mí, seguro que hice también cosas que pudieron lastimarte tanto para llegar a tomar esta decisión, seguro para vos también fue demasiado que soportar. Debo ser ángel y demonio. O no, creo que me define mejor decir que soy sueño y pesadilla, según convenga. Y es por eso que no puedo escribirte. Me encantaría saber como estás, que estás haciendo de tu vida, desearte lo mejor, ver como todo eso que me contaste alguna vez se está cumpliendo. Me encantaría decirte que aunque tuvimos muchos errores que sigo intentando sanar, valoro todo lo bueno que sí supimos ser. Y que desearía que no tuviéramos que actuar como extraños, que podríamos mantener una relación de compañerismo como siempre supimos ser. Compañeros. Que acá estoy si me necesitas, y que me gustaría que estuvieras si te necesito. Pero sé que no se puede. Sé que todo es demasiado pronto como para pretender que sepamos manejar bien la situación. Porque lo más probable es que termináramos enredados otra vez en algo que nos haga sufrir y la verdad es que ya no creo poder soportar sufrimiento de tu parte nunca más.
 No sé si es la cuarentena o soy yo, pero como es mejor no escribirte, igual necesito escribir. Sacarme de adentro todo esto que me pasa y que ya no puedo contarte. Todo eso que me encantaría charlar con vos para que me aconsejes, para que me digas que me tranquilice, que no estoy loca, que no voy a enloquecer. Que los ataques de ansiedad me los calmes contándome como te fue en la facultad, en el partidito con tus amigos o en cualquier gilada. Quiero que me cuentes otra vez tus sueños, tus metas, tus anhelos. Extraño tanto ese tiempo en el que iba a dormir a tu casa y nos quedábamos hasta muy tarde charlando sobre todas esas cosas que nos encantaría lograr algún día. Extraño charlar sobre teorías raras y sin sentido. Extraño mucho no darme cuenta en qué momento de la charla me quedé dormida sólo porque tus caricias me relajaron tanto que no necesité esforzarme para dormir. Extraño ese principio que supimos ser, ese tiempo hermoso en el que estar juntos era placentero. ¿En que momento todo empezó a ser complicado? ¿En que momento todo se convirtió en irme a dormir llorando porque discutimos por alguna estupidez? Haciendo un esfuerzo por dejar de llorar, porque ya me duele la cabeza y vos estás dándome la espalda, intentando también dormir y olvidarte de que estoy al lado tuyo.
  No, mejor no escribirte. Mejor dejar todo como está, que por algo es. Mejor pensar en lo que viene y no en lo que se fue. Mejor pensar que sin mí estás mejor, porque por más que me duela mucho aceptarlo, yo sin vos estoy mejor.
  Mejor no escribirte ni saber como estás.
  Mejor que no me escribas ni me cuentes que es lo que pasa ahora en tu vida.
  Mejor dejar todo como está justo ahora.
  Mejor así, que por algo es.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Vamos a fumar un porro ahí? Me gusta verte reir

  Intento echarle la culpa a que fueron muchas noches seguidas de coincidir. Todo un verano coincidiendo en risas. Un verano completo atajandome las veces que derrapaba un poco, y llevando a derrapar del todo todas las demás.
  Nunca algo fue tan confuso y tan claro en mi vida. Estoy segura de que me estás gustando más de lo que quisiera, y a la vez decirlo en voz alta me parece una barbaridad. Estoy segura de querer ir con vos a cualquier lugar que tenga que ir pero también quiero que guardemos entre 4 paredes lo que hacemos juntos para que el exterior no pueda romperlo con sus opiniones e ideas.
   Es como saber que se está acercando el precipicio mientras no dejas de pisar el acelerador. Y lo más loco es que no me da miedo caer, sino que sea muy corto el tiempo que disfrutemos antes de que eso pase. Como si supiera que tarde o temprano esto va a dejar de funcionar por una razón o por otra y estuviera queriendo estirar lo más posible el proceso.
   Me estas volviendo loca. Me estas volviendo alguien que no la piensa, no se enreda y no le importa que el resto se entere, porque con saberlo para si misma le basta.
   Solo quiero estirar hasta el fin el instante feliz. Solo quiero que este verano, todo lo que pasó, todo lo que nos está haciendo bien dure para siempre.

domingo, 15 de marzo de 2020

and so I cry sometimes
when I'm lying in bed just to get it all out
what's in my head
and I, I am feeling a little peculiar
and so I wake in the morning
and I step outside
and I take a deep breath and I get real high
and I scream from the top of my lungs
WHAT'S GOING ON?

  Hace varias semanas que llevo queriendo escribir sobre este verano, y nunca encuentro el tiempo (o las ganas). Porque la verdad es que tiempo nunca tengo. La cuestión es que ahora entiendo que no se puede escribir algo como lo que yo quería cuando el proceso sigue inconcluso, el verano todavía no terminó. 
  Quería escribir sobre la cantidad de cosas que sucedieron, de como todo se fue al carajo y se arregló unas 500 veces, sobre lo feliz y caótico que todo esta siendo, y sobre lo feliz y caótica que yo me siento en el medio de todo. Los miles de planes y anécdotas, las miles de secuencias graciosas, las que no tanto, la cantidad de "casualidades" que llevaron a que pasaran cosas que hace dos meses eran impensadas. 
  El 2020 está siendo de los años más intensos (y hermosos) de mi vida, y sólo van 3 meses. Está siendo tan pero TAN revolucionario para mi vida. Estoy cambiando tanto todo el tiempo que podría pensar que es horrible, pero la verdad es que me encanta. Me encanta lo que estoy sintiendo y viviendo. Estoy dando tantos pasos tan grandes juntos que todo está sucediendo muy rápido. Siento que estoy creciendo un montón, y que estoy a gusto con mi vida como hace años no me sentía. 
  Hoy mientras ordenaba encontré en un cajón una carta del 16 de julio del 2018 que dice, entre muchas otras cosas, lo siguiente: 

"¿Hasta cuando lo que tengo guardado va a permanecer en mí sin destruirme?
¿Hago bien? ¿Hago mal?
¿Qué hago? 
Cada vez que algo malo pasa. 
Cada vez que me siento tan mal que no lo puedo controlar. 
Cada vez que no encuentro solución, quiero viajar.
Irme de donde estoy. 
Que ilusa. 
Los problemas son el equipaje más pesado. 
En realidad, quiero irme de mí misma. 
Pero no puedo. Nunca puedo. 
¿Algún día podré?"

  Quería irme de mí misma. Siempre lo quise. Por mucho tiempo sentí una tristeza tan grande que no podía soportarme a mí misma. Y hoy quiero quedarme. Hoy quiero permanecer en mí, disfrutarme, aprender de lo sufrido, darme cuenta que las cicatrices que cargo son mucho más que sólo marcas. 
 Y estoy tan contenta. Por primera vez en mucho tiempo me siento auténtica, aunque esté todo dado vuelta, aunque parezca un caos y no tenga las respuestas, quiero quedarme porque soy mi mejor lugar. Y me abrazo muy fuerte a mí misma, porque querer quedarme es de las cosas que más me costó lograr. 

viernes, 6 de marzo de 2020

Solo sueños son, son solo nubes

Tengo un sueño recurrente hace ya un par de años que me lo acuerdo tal cual sólo porque lo soñé un millón de veces. 
  Acantilado de un lado, bosque oscuro del otro. Una ruta en el medio, es de noche pero brilla la luna por lo que hay un poco de luz. Yo estoy parada en la ruta. Bueno, parada no, estoy corriendo. Corro durante todo el sueño, corro sin cansarme, sin pensarlo, sin cuestionarlo. Estoy escapando de algo que no sé qué es, ni puedo verlo, pero sabiendo que tengo que lograr escapar a toda costa. El sueño es sólo eso, corro sin parar hasta que me despierto. Es el único que se repite tal cual de vez en cuando, aunque también existan otros en los que sueño por única vez que también escapo. No se bien de qué o de quien, pero tampoco nunca logro verlo o saber. Solamente corro. Varias veces soñé con el fin del mundo, en mi ciudad, con la gente enloquecida mientras en contra parte yo siempre estoy muy tranquila. 
  Anoche soñé algo así. No estoy segura de que fuera el fin del mundo, pero si que estábamos escapando. "Estábamos" porque había alguien más en la ecuación. Corríamos bastante, nos encondíamos otro poco. Uno vigilaba mientras el otro dormía. Realmente soñé una película romántica de Apocalipsis zombie, sin los zombies. Y por más loco que suene, yo estaba feliz. Todo era un bardo increíble en todas partes, estábamos corriendo riesgos graves pero yo no podía sentirme más a gusto. Y ahora no puedo dejar de pensar en que el bardo seguro soy yo y todo lo que me pasa adentro, y que me escapo un poco de lo que siento. Que me persigue, me busca pero no me encuentra. Y que en ese caos aún parece que tengo ganas de sentirme a gusto con alguien. Alguien que no puede ser verdad que me guste tanto, por lo que sigo intentando esconderlo. Esconderme.  Si siempre me escapé sola, ¿porque ahora me da gusto escaparme con alguien más? ¿Quiero escaparme? ¿Esconderme? 
  Sigo confusa. Sigo sin saber para donde salir corriendo. Pero mi masoterapeuta me dijo que no está mal la confusión, porque solo voy a salir de ella aceptándola. Así que la abrazo. Abrazo mi confusión, mi quilombo, mis sentimientos que son tan extremistas de a momentos. Abrazo todo, me abrazo a mi misma y me quedo con el pensamiento de que ya no quiero escaparme sola.