domingo, 3 de diciembre de 2017

Extraterrestre

  Me considero una persona versátil. ¿Está bien dicho? A cualquier lugar que voy, logro adaptarme. Tengo una increíble (por no decir despreciable) capacidad para adaptarme a todo. Al lugar, a las personas, a las circunstancias. Soy flexible, y bailo al ritmo que suene en ese momento. Me acomodo, le busco la vuelta. No me cuesta ni un poquito. 
  Poder adaptarme a cualquier lugar es también una forma de no pertenecer a ninguno de ellos. Toda la vida sentí que no encajo, que soy la pieza perdida de algún rompecabezas que nadie reclamó. Y a mi alrededor, la gente que me quiere, no deja de remarcarme lo hermoso de lo diferente que me siento (y que soy). Lo hermoso de que nunca se sabe para donde voy a arrancar. Y con sus palabras y el brillo de sus ojos al hablar así de mí, un poco me sanan. Sanan esa sensación de estar perdida constantemente. Porque si aprendí a adaptarme es justamente porque nunca sé para donde voy. Pero igual voy, y en el medio si no me adapto, me pierdo aún más.
  Toda la vida me dolió no pertenecer. No parecerme a nadie, no encontrar una persona, un grupo, alguien por el que pueda decir "es como yo". 
  Hace unas semanas mi mamá me dijo extraterrestre. Por mucho tiempo me sentí así. Y no es que ahora haya dejado de sentirlo, sino que ya no me parece algo tan negativo. 
  "Con Jaqueline nunca se sabe" dice siempre, también. Quizá porque ni yo misma sé. Dejé de intentar entenderme hace años. Y hace años también que empecé a aceptarme así. Flotando sin rumbo. 
  "Sos muy libre para este mundo, hija" me dijo un día cuando llorando le decía que me sentía fuera del universo. Tenía 14 años, y entendí que quizá ella tenía razón, y nunca iba a sentirme parte. Y no tenía porqué ser algo malo. 
   De vez en cuando sigo sufriendo un poco decir blanco cuando todos gritan negro, pero la mayoría del tiempo disfruto de mirar todo de lejos y sonreír por poder ver la vida desde otra perspectiva. Esta perspectiva que me permite estar en todos lados por un rato (y solo por un rato) porque enseguida necesito salir volando para otro lugar. Porque me gusta flotar. Y conocer. Y andar sin rumbo, adaptándome a la circunstancias, a los miedos, a la vida misma. 
  No encajo. ¿Y qué? creo que es mejor así. Sin estructuras. Sin casillas. 
  Que sabia mi mamá, siempre supo que no era de este mundo, y siempre me amó sin importarle lo diferentes que somos. Porque el amor debe ser eso. 
  Por eso la debo amar tanto a pesar de sus estructuras y casillas. 
  Por eso me deben gustar tanto las personas con estructuras y casillas. Me recuerdan que no pertenezco a este mundo, pero que hay personas en él que me aman a pesar de no ser como ellos. 

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