CUARENTENA DÍA 1538
En febrero agarré un cuadernito que me habían regalado y que no usaba, y me hice con él un mood tracker. Dibujé cada día de cada mes, y le puse un color a cada estado de ánimo. Y así voy rellenando los días buenos, los meh, los geniales, los malos, los confusos, los horribles y los perfectos. Hoy voy a rellenarlo con rojo, porque fue perfecto. Quizá no tanto por las cosas que sucedieron, sino por como me sentí yo.
Hace meses que renegamos con un cobro por tarjeta de crédito en dólares, hace meses que mi mamá me grita como si fuera mi culpa y hace meses que odio el asunto. Pero en esta cuarentena me sirvió de excusa, porque tuve que ir hasta el banco para recibir alguna ayuda, y alguien usó eso también como excusa para acompañarme. Y pude disfrutar aunque sea por un rato de su compañía, su risa y su abrazo que tanto me gustan y tanto extrañaba. Y cuando llegué a casa mamá ya no tenía ganas de gritarme y había hecho comida rica, y mientras comíamos me reí a carcajadas porque mi hermana y su novio son muy graciosos. Y cuando quise darme cuenta los cuatro reíamos sin poder parar, haciendo que nos duela la panza y se nos llenen los ojos con lágrimas. Llorando de risa.
Después vi Friends, y me seguí riendo. Dormí siesta, merendé y me senté a escribir sobre lo bien que me siento este día. Sabiendo que a la noche vamos a comer una rica picadita, que seguramente vuelva a reirme mucho y deseando que el sentirme tan bien me dure por mucho tiempo más.
Me gusta mucho mi vida justo como está ahora pese a tener que estar encerrada. Creo que nunca me sentí tan bien, y tan libre. Que ironía.
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