En algún lugar de mi habitación existe una cajita que guarda
lo que queda de nuestra relación.
“En algún lugar” es bastante relativo, porque
sé exactamente donde está. Y para mi desgracia sé exactamente que hay dentro,
porque hoy se me dio por abrirla otra vez. Me dolió el pecho en cuento el olor
de tu perfume se desprendió junto con los miles de papelitos, fotos y cintas.
Desde el escudo de Slytherin hasta un dado, unas tarjetas de Sacoa, un par de
monedas Uruguayas, y muchas entradas de cine porque amábamos ver pelis juntos,
¿te acordás?
Se me llenaron de
lágrimas los ojos, justo como ahora en cuanto vi el dibujo que me regalaste
para uno de mis cumpleaños. “Supe que te había dibujado a vos, no por el cuerpo
de mujer, te reconocí por las alas” seguido de un hermoso “te quiero siempre
libre”. No escribiste te amo, ni siempre juntos. Siempre libre. Quizá de eso se
trata.
Me sentí tan pero
tan mal en cuanto vi cada parte de nuestra relación plasmada en papelitos
amarillentos. Me dolió en lo más profundo ver que éramos felices y en algún
momento eso se nos escapó. Sentí nostalgia, muchísima. Te extrañé como nunca
desde que nos separamos, y me odié por haber abierto esa caja en primer lugar.
¿Para qué? ¿Por qué lo hice? ¿Por qué no me puse a entrenar, leer un libro, ver
la serie o cualquier otra actividad? ¿Por qué no hice alguna de las miles de
cosas que hago siempre que me siento un poco mal? Superarte es un poco eso,
mantenerme ocupada.
Cerré la cajita y me
fui afuera. Respiré profundo y me di cuenta que no te extraño a vos, sino a lo
que supimos ser juntos y ya no existe. Caí en la cuenta que todos esos
papelitos y recuerdos son del 2018, un año hoy tan lejano que sería imposible
volver. Ya no somos esas personas. Me acordé de por qué tomamos esta
decisión en primer lugar, y entonces ya no tuve ganas de salir corriendo a
abrazarte como cuando tu perfume invadió la habitación.
Quizá de eso se
trate. De abrir la cajita las veces que sea necesaria para terminar de entender
que lo que está ahí guardado, es un pasado irrecuperable. Es algo que ya nunca
más podemos ser. Es un recuerdo en el que no puedo quedarme a vivir. No te
extraño a vos, sino a lo que sentía en aquel tiempo. Extraño la felicidad que me
invadía cuando te veía, que muy lejana está de ser lo que siento hoy al verte.
No sé bien cuando fue que te convertiste para mis ojos en alguien diferente,
pero eso sos hoy, alguien que no tengo idea quien es. Es verte y no poder
reconocerte. Es verte y no poder creer que sos el mismo que hace algún tiempo
me hacía sentir paz con sólo abrazarme.
Lo que me queda de
lo andado es el saber que por más de que voy a llorar seguramente muchas veces
más, algún día voy a sentirme sana otra vez. Y que para entonces la cajita y
todo lo que lleva dentro quedarán en un olvido irrecuperable. Hacia ese lugar
me dirijo todos los días, ese lugar en el que voy a sentirme tan plena conmigo
misma que no va a quedarme espacio ni ganas de anhelar lo que fuimos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario