¿Alguna vez les rompieron el corazón? - yo lo sufrí dos veces -
En ambos casos, no fue mi culpa. (o eso creo) Porque la verdad es que estoy bastante segura de que no fue mi culpa que mi novio estuviera con cualquier chica que se le atravesara. Mucho menos que años más tarde, otro idiota simplemente no quisiera ni siquiera llegar a ser mi novio (pero igual quisiera estar conmigo como si lo fuéramos).
No era mi culpa, pero igual pagaba los platos (por no decir corazón) rotos. Ellos salían lo más campantes de nuestra ruptura y yo... yo solo procuraba no pensar demasiado en eso para no llorar demás.
[Digo la palabra llorar como si en algún momento de mi vida eso hubiera sido algo que me resultara fácil. Que idiota. Llorar me cuesta mucho, porque tengo que llegar a estar totalmente desbordada y vacía. Totalmente rota. Mientras no lo esté, mientras tenga aunque sea alguna parte medianamente sana... mientras tanto lo oculto lo mejor que puedo y sigo adelante hasta llegar a la destrucción completa]
Pero eso poco importa.
La cosa es que cuando estos dos idiotas me rompieron cada parte de mi ser, la única salida que encontré fue dejarlos (porque siempre fui de las que corta por lo sano). Dejarlos en buenos términos, pero convenciéndome de odiarlos. Odiarlos a muerte. Odiarlos y enojarme por haberme hecho sentir tan mal sin ningún derecho. Odiarlos en secreto, hasta que la tristeza disfrazada de enojo, por fin desapareciera de mi, liberándome de una vez por todas de la asquerosa cárcel que es tener que fingir que no me duele todo adentro todo el tiempo.
El problema es que eso solo sucede cuando quien tengo en frente, es culpable de mi corazón roto. Odiar tiene sentido cuando podés encontrar un culpable.
¿Alguna vez escucharon la estúpida frase de "Lo quiero - no me quiere // Me quiere - no lo quiero // Nos queremos - no se puede"? Bueno, a mi me pareció bastante idiota y falta de sentido hasta ayer. Porque siempre creí que no había absolutamente nada en el mundo que pudiera detener a dos personas que se quieren. (Porque aunque no parezca siempre fui la romántica de mi grupo de amigas). Y porque creer eso era el consuelo para esos días en los que lloraba por alguien que no me quería. Consuelo de que algún día iba a llegar alguien que me iba a amar tanto como yo a él, y nada iba a poder interponerse entre nosotros y la ansiada felicidad. La idiota felicidad. La injusta felicidad. La inestable y poco probable felicidad.
No se puede. A veces, simplemente, no se puede. No se llega, no se logra. (Y puede que sea un poco rendirse, o puede ser también cortar por lo sano con el dolor) Es bastante difícil encontrar la diferencia cuando hace tanto que lo único que existe es amargura.
Ojalá no se malinterprete, lo amo tanto que... que tuve que romper mi corazón para que me entrara más amor. Más del que nunca pensé sentir, pero el que no me produce ninguna felicidad.
Y ni se les ocurra pensar mal de él, no. Porque sé que con solo mirarlo es posible darse cuenta que parte de su mundo gira gracias a que estamos juntos. Pero... pero es complicado.
Eso le repito al mundo cuando me preguntan
- ¿Quien es Pablo?
- ¿Pablo? - si claro, como si no hubiera escuchado ni entendido de que me hablan - Es complicado.
escomplicado. Es complicado. EsCoMpLiCaDo. COMPLICADISIMO. No pregunté más, por favor. Hagame el favor de hacer como si esa pregunta no me provocara una mueca de dolor que no me deja sonreír. Haga de cuenta que la realidad no duele. Porque eso es lo que hago yo. Es la forma que encuentro de mentirme. Es ese cachito de mí que todavía me queda entero y me permite no romper en llanto cada vez que lo veo. Cada vez que me abraza. Cada vez que estamos juntos pero no es él.
Es cachito se rompió ayer. Se rompió hace un mes. Se rompió hace mucho. Muchísimo. Pero, cuando no tenes a quien culpar el método del enojo disfrazado de tristeza no funciona. Y cuando dejarlo no es porque el sea una mala persona... se vuelve una tarea imposible.
Pero a veces simplemente no se puede. No se llega. No se logra.
Y no es rendirse. Es soltar el dolor. El dolor que significa darme cuenta que todo este tiempo soporté todo solo porque seguía muy aferrada a ese chico que desapareció de mi vida hace dos años. El dolor que conlleva darme cuenta que sigo esperando a alguien que ya no existe.
El dolor que es dejarlo, amándolo como lo amo, solo porque las circunstancias no nos quisieron apoyar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario