domingo, 23 de diciembre de 2018

  Era el verano del 2014. Enero supongo, yo tenia 18 años.
  Todavía me cuesta ponerle palabras, porque lo hablé con una sola persona aunque ni siquiera pude contarle todo. Solo pude decir "fui abusada". Lo dije en voz alta, y fue demasiado, no pude seguir. Y creo que solo alguien que pasó o está pasando por lo mismo puede llegar a entender lo difícil que es, lo mucho que cuesta aceptarlo, el acero que se siente cortándote la garganta cada vez que lo querés sacar afuera. Quiero hablar hace meses, quise decirlo ni bien me di cuenta de lo que había pasado, pero desde ese momento hasta hoy no pude. ¿Hoy? No sé tampoco si será el día, si me voy a atrever a que alguien lea esto, a que sea público.
  Ver que son muchas las que se animan a hablar me da una cierta fuerza que nunca tuve. Cuando me dí cuenta de lo que me había pasado también me di cuenta de que por mucho tiempo quise alejar ese recuerdo de mi cabeza. Me acostaba a dormir y apretaba fuerte los ojos, pensaba en otra cosa, intentaba hacer que desapareciera. Me decía a mi misma cosas como "no fue para tanto" o "ya va a pasar". Realmente creía que algún día me iba a olvidar, pero la realidad de otras miles como yo me dió un cachetazo en la cara. Leer cada uno de sus testimonios fue remover todo adentro.
  Hace tres noches atrás, estando de viaje con mi novio (la única persona que sabe hace algún tiempo esto) tuve un ataque de llanto muy fuerte. El me abrazaba y me decía "tenés que hablar, tenés que sacarlo" y después me preguntaba ¿que fue lo que pasó? ¿a que le tenés tanto miedo?
  Supongo que a ser juzgada como primera cosa, que me echen la culpa a mi también, que me critiquen por tardar tanto en hablar, que me digan mentirosa o exagerada. Por mucho tiempo yo me juzgué de esa manera, así que sé lo que es de buena fuente. Me recriminaba a mi misma haberme quedado paralizada, haberme hecho la dormida, no haberme quejado, enojado o reaccionado. Me culpé por no haberlo frenado a él ni haber hablado de lo que pasó los días que siguieron. Hoy aprendo a quererme y perdonarme, y entiendo que en aquel momento hice lo que pude, lo que me salió.
   Tenía 18 años. Con mi familia habíamos ido de vacaciones a Viedma, una ciudad en el sur donde vive una de mis tías y mis primos. Se fueron a vivir allá cuando yo era muy chica, por lo que empecé a tener relación con ellos cuando yo tenía cerca de 12 años, y en intervalos de a veces 1 año a veces más, porque solo nos veíamos para las vacaciones.
  Él creo que tenía 20 años, la verdad es que no estoy segura. Desde que lo conozco siempre fue muy cariñoso conmigo, y con todos. Pero a mí a demás me hacía escenas de celos por mi ahora exnovio constantemente.
  La noche anterior a volverme a La Plata con mis papás, me tocó dormir en el living. Había una cama armada ahí, y creo que dos colchones en el piso. Los recuerdos son confusos pero creo que ambos dormíamos en los colchones en el piso, uno al lado del otro.
  Al principio todo fue normal, pero en cierto momento de la noche me desperté de un sobresalto y me dí cuenta que mi mano estaba puesta en su erección. Y él la estaba sosteniendo ahí. Me quedé tan paralizada que no atiné a otra cosa que hacerme la dormida y sacar la mano de ahí cambiando de posición mi cuerpo. Pero no pude volver a dormirme, estaba muy impactada y asqueada a la vez. Y parece no haberle bastando, porque en donde saqué la mano y me di vuelta alejándome, empezó a tocarme. Primero el culo, después la concha, mientras me apoyaba. A mi se me caían las lágrimas, pero estaba muda. Totalmente paralizada, sin poder hablar, ni moverme. Tenía 18 años y por mucho tiempo me reproché no haber reaccionado,  no era una nena tonta, yo sabía que estaba pasando. Podría haber gritado, podría haberlo empujado. Hoy entiendo que en ese entonces no tenía las herramientas, ni la fuerza que tengo hoy. En aquel entonces me culpaba de esas cosas a mi, y no era capaz de ver que yo en realidad era la víctima. 
  Era mi primo, era mi familia, ¿que iban a pensar todos?
   Ya me había pasado antes. Cuando tenía entre 8 y 10 años, aunque claro en ese momento yo ni siquiera era capaz de reconocer lo que estaba pasando. Otro de mis primos, 5 años mayor, me manoseaba siempre que podía. Venía a mi casa a "cuidarme" y "jugar" conmigo. La verdad es que yo era tan chica que (gracias al cielo) son pocos los recuerdos que tengo, pero si estoy segura de que fue reiteradas veces y en diferentes ocasiones. Frente a mis papás él se escondía en el papel de primo mayor y protector. Hasta hubo un tiempo en que mi mamá sólo me dejaba salir a bailar si él iba conmigo, porque confiaba en que yo de esa manera iba a estar segura. Para mi era un infierno. Siendo adolescente aprendí a evadirlo, y fingir frente a todos que teníamos una buena relación. Que nos llevábamos bien y yo confiaba en él. Con el tiempo y otras excusas, cerca de los 15, me alejé.
   Por eso me culpé cuando volvió a pasarme con otra pasarme años después. Era mi culpa, ¿no? Eran mi familia, eran personas en las que yo confiaba. Son personas en las que mis papás todavía hoy confían. Porque no lo saben, porque nadie lo sabe, porque nunca me animé a sacar de mí lo que acabo de escribir.
   Lloro mientras escribo deseando haber sido la única. Esperando que no le hayan hecho lo mismo a ninguna de mis demás primas o a mi hermana. Deseando que por fin este tipo de historias se terminen.
  El nudo de la garganta ya no va a vencerme jamás. Puede que no pueda decirlo en voz alta todavía, pero las palabras escritas van a ser por siempre y refugio y mi salvación.
  Quiero sanar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario