Y lo irónico de la irónica ironía.
La vida cagándose de risa de nosotros. All the time.
La vida que espera paciente a que te hartes de repetir una y mil veces todas aquellas cosas que nunca harías. Las que ni loca, ni aunque te paguen, ni en pedo, ni drogada. Esas que juras que son de idiotas, las que solo hacen los idiotas, los flasheros, los que todavía no aprendieron nada. Pero ¿vos? Já, ¿justo vos? No, señor. Nunca en la vida actuarias así, porque sos re viva y la tenés re clara.
Y llega ese momento, ese en el que ya lo repetiste tanto, que todo el mundo te lo cree. Ese momento en el que todo aquel que te conoce sabe que vos jamás serías de otra manera. Ese momento en el que ya te hartaste de escupir para arriba.
En ese preciso momento, todo lo que escupiste, te cae justo en la cara.
Si tenés suerte, solo se trata de un gusto musical. O un cambio rotundo de apariencia. Al estilo "esta banda es una mierda" y terminas siendo fana, o también "nunca en la vida me podría calzas estampadas" y terminas por descubrír que son el must de esta temporada y no te queres quedar afuera.
Todos somos panqueques. TODOS. Lo digo en serio.
Todos alguna vez juramos y perjuramos que no haríamos algo de lo que después no podíamos despegarnos. Pero... ¿sabes cual es el peor caso? El peor caso es cuando se trata de lo que sos. De lo que realmente creíste toda tu vida que eras, y ahora... ya no.
Y eso solo sucede cuando... cuando te enamorás. Pero no me refiero a el estilo estoy tan emocionada que aunque siempre repetí que odiaba las flores si él me las regala las amo. No. Hablo de algo peor.
Es hasta patético descubrirte diferente. Saber que ya no sos lo que proclamabas a los cuatro vientos. Y que nunca más vas a serlo.
Es increíble como podes conocer millones de personas que no te muevan ni un centímetro de tu eje, y que al conocer solo a una, el mundo quede patas para arriba.
Es increíble que la que se proclamaba desapegada, fría, seca, poco demostrativa y cariñosa, anti noviazgos, huidora recurrente al compromiso, rara y un poco neurótica, hoy esté escribiendo esto. Que hoy esté tan pero tan... diferente. Tan sensible al dolor ajeno, tan necesitada de demostrar lo que le pasa adentro y se le sale por los poros, tan segura de permanecer al lado de una única persona que con un solo movimiento puede destruirla. Y es que creo que esa es la base de todo, el miedo.
Creo que por eso escupimos para arriba, y nos mofamos de aquellos que hacen esas cosas que llamamos idiotas. Porque nos da miedo ser de "esos". De esos que se juegan el corazón por lo que realmente quieren y les gusta. ¿Y qué si las calzas estampadas no son lo de esta temporada? ¿Y qué si para todos es una banda de mierda? ¿Y qué si no estás segura de cuanto pueda durar? La vida es muy corta como para seguir reglas, y escuchar música que no te gusta. La vida es muy corta como para no jugarse el corazón por alguien.
Porque lo que creo es que eso que proclamamos tan orgullosos por demasiado tiempo, es mentira. Es la mentira más grande que nos pudimos inventar de coraza, para que nadie entre, nadie se acerque demasiado, nadie nos lastime. Y que cuando el hermoso cambio llega, y nos convertimos en panqueques, en realidad, solo somos lo que siempre quisimos ser.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario