"Freud decía que las coincidencias no existen; que cuando nos topamos con alguien de casualidad es porque ya lo habíamos visto antes con el rabillo del ojo y lo dejamos pasar, pero se quedó ahí, en nuestro subconsciente y no paramos hasta conseguirlo.
Quizás eso es lo que me pasa contigo, tal vez en algún momento me topé contigo sin darme cuenta, quizás en otra vida o en un tiempo que no logro recordar.
El hecho es que quiero intentarte hasta que me salgas bien; y no sé si llamarte coincidencia, casualidad o destino, lo que sé es que quiero seguir topándome contigo en el camino hasta poder un día terminarlo contigo."
No puedo. Te juro que lo intenté, pero no puedo.
Te veo y caigo en la cuenta de que no quiero a nadie más.
Estoy con vos, y sé que no quiero conocer a nadie más en mi vida. Sé que no quiero a nadie más.
Solo quiero tu numero de celular llamandome, y tus besos llenandome.
No sé, capaz exagero, pero sos el amor más lindo que tuve en mi vida. Y eso no lo voy a cambiar por cualquier otro romance barato de oferta.
lunes, 27 de febrero de 2017
sábado, 25 de febrero de 2017
Es posible: yo me equivoqué. Pero tu mano no soltaría al vacío ni en el desierto cruel. Nunca
((Me fui tras de tí persiguiendo mi instinto. Si quieres cambio verdadero, pues ¡camina distinto!))
Capaz es solo eso. Hay que caminar distinto. Hacer cosas que antes no. Probar. Seguir. Cambiar. Volver a empezar. Y ver si caminando distinto probamos seguir cambiando, volviendo a empezar.
((Me fui tras de tí persiguiendo mi instinto. Si quieres cambio verdadero, pues ¡camina distinto!))
Capaz es solo eso. Hay que caminar distinto. Hacer cosas que antes no. Probar. Seguir. Cambiar. Volver a empezar. Y ver si caminando distinto probamos seguir cambiando, volviendo a empezar.
martes, 21 de febrero de 2017
No entiendo porqué, no me preguntes porque no sé.
Pero la trastornada que aún existe en mi me pide a gritos que me aleje de todo.
Que suelte todo. Que me aleje.
Me pide a gritos que me dé bola.
Que me mime y me cuide.
Y yo por fín entendí que no es que te dejé de amar a vos,
sino que necesito amarme a mí.
lunes, 20 de febrero de 2017
Say you'll remember me
"No te castigues"
"No tenes nada que demostrar, hacés más de lo que podés"
"Tenes que pensar un poco en vos"
Estoy tan cansada que ni siquiera puedo dormir. Es irónico, no? Pasarse de rosca, le dicen. No poder descansar porque todo adentro va a mil km por hs.
Eso siento hace más de un año y medio. Que me pasé de rosca, que no doy más pero tampoco sé como frenar. Y me duele el cuerpo, el corazón, el alma, la vida. Me duele todo.
Ni por un solo momento me frené a analizar consecuencias. Ni por un solo momento me senté a pensar en cuan doloroso podría ser que esto durara demasiado tiempo. Un año y medio.
Me gustaría despertar en ese maldito domingo una vez más, y cambiar todo. Me gustaría que todo doliera menos, sabes? Volver a conocerte una vez más, y sufrir todo lo que sufrí después, pero antes disfrutar más de lo que se me pasó volando sin que le prestara atención. Volver a esos dias que sostenias la puerta para que yo pasara y me abrazabas si hacia frio. Volver a los días que los pequeños detalles a los que no les daba mucho interés hacían que me enamore más y más de vos.
Hoy todo está tan sucio. Tan desordenado, tan hecho un desastre, tan roto. Todo parece estar roto. Y ya no sé que hacer, no sé de donde sacar fuerzas. No. Sé. Que. Mierda. Hacer.
Alejarme duele, quedarme me está matando. Y como hacer para sostenerte si yo soy la que se viene abajo cada vez más?
Extraño tanto las pequeñas cosas. Que me escuches, es lo que más extraño. Que me aconsejes. Que me digas que no sea exagerada, que voy a estar bien. Necesito que todo vuelva a ser como antes y me digas que solo estoy exagerando, que no es para tanto. Que un año y medio no es para tanto. Que vamos a ser felices mucho tiempo más que el que nos toca sufrir.
Y sino, si eso no se puede, necesito que me digas que igual me vas a recordar. Que me vas a recordar bien, feliz, acompañandote. Necesito que me digas que a pesar de haberme ido por no poder más, este año y medio no fue en vano.
Necesito irme, y ni siquiera sé si es lo que quiero. Necesito olvidarme de todo y volver cuando seas vos otra vez. Cuando todo sea una pesadilla del pasado. Porque no me la banco. No me estoy bancando lo duro que es este proceso.
Me está matando.
Te necesito.
Aparecé de la nada.
Tocame el timbre de casa.
Decime que no sabes cómo, pero que todo terminó.
Que la pesadilla terminó.
Que por fin nos toca la parte feliz.
Decime que fui una exagerada por llorar tanto.
Y abrazame.
Y prometeme un mundo feliz aunque sea mentira.
Prometeme que nunca más vamos a sufrir tanto.
Aparecé, por favor. Tocame el timbre de casa y decime que por fín todo va a dejar de doler.
"No te castigues"
"No tenes nada que demostrar, hacés más de lo que podés"
"Tenes que pensar un poco en vos"
Estoy tan cansada que ni siquiera puedo dormir. Es irónico, no? Pasarse de rosca, le dicen. No poder descansar porque todo adentro va a mil km por hs.
Eso siento hace más de un año y medio. Que me pasé de rosca, que no doy más pero tampoco sé como frenar. Y me duele el cuerpo, el corazón, el alma, la vida. Me duele todo.
Ni por un solo momento me frené a analizar consecuencias. Ni por un solo momento me senté a pensar en cuan doloroso podría ser que esto durara demasiado tiempo. Un año y medio.
Me gustaría despertar en ese maldito domingo una vez más, y cambiar todo. Me gustaría que todo doliera menos, sabes? Volver a conocerte una vez más, y sufrir todo lo que sufrí después, pero antes disfrutar más de lo que se me pasó volando sin que le prestara atención. Volver a esos dias que sostenias la puerta para que yo pasara y me abrazabas si hacia frio. Volver a los días que los pequeños detalles a los que no les daba mucho interés hacían que me enamore más y más de vos.
Hoy todo está tan sucio. Tan desordenado, tan hecho un desastre, tan roto. Todo parece estar roto. Y ya no sé que hacer, no sé de donde sacar fuerzas. No. Sé. Que. Mierda. Hacer.
Alejarme duele, quedarme me está matando. Y como hacer para sostenerte si yo soy la que se viene abajo cada vez más?
Extraño tanto las pequeñas cosas. Que me escuches, es lo que más extraño. Que me aconsejes. Que me digas que no sea exagerada, que voy a estar bien. Necesito que todo vuelva a ser como antes y me digas que solo estoy exagerando, que no es para tanto. Que un año y medio no es para tanto. Que vamos a ser felices mucho tiempo más que el que nos toca sufrir.
Y sino, si eso no se puede, necesito que me digas que igual me vas a recordar. Que me vas a recordar bien, feliz, acompañandote. Necesito que me digas que a pesar de haberme ido por no poder más, este año y medio no fue en vano.
Necesito irme, y ni siquiera sé si es lo que quiero. Necesito olvidarme de todo y volver cuando seas vos otra vez. Cuando todo sea una pesadilla del pasado. Porque no me la banco. No me estoy bancando lo duro que es este proceso.
Me está matando.
Te necesito.
Aparecé de la nada.
Tocame el timbre de casa.
Decime que no sabes cómo, pero que todo terminó.
Que la pesadilla terminó.
Que por fin nos toca la parte feliz.
Decime que fui una exagerada por llorar tanto.
Y abrazame.
Y prometeme un mundo feliz aunque sea mentira.
Prometeme que nunca más vamos a sufrir tanto.
Aparecé, por favor. Tocame el timbre de casa y decime que por fín todo va a dejar de doler.
viernes, 10 de febrero de 2017
jueves, 9 de febrero de 2017
domingo, 5 de febrero de 2017
pfc
Y lo irónico de la irónica ironía.
La vida cagándose de risa de nosotros. All the time.
La vida que espera paciente a que te hartes de repetir una y mil veces todas aquellas cosas que nunca harías. Las que ni loca, ni aunque te paguen, ni en pedo, ni drogada. Esas que juras que son de idiotas, las que solo hacen los idiotas, los flasheros, los que todavía no aprendieron nada. Pero ¿vos? Já, ¿justo vos? No, señor. Nunca en la vida actuarias así, porque sos re viva y la tenés re clara.
Y llega ese momento, ese en el que ya lo repetiste tanto, que todo el mundo te lo cree. Ese momento en el que todo aquel que te conoce sabe que vos jamás serías de otra manera. Ese momento en el que ya te hartaste de escupir para arriba.
En ese preciso momento, todo lo que escupiste, te cae justo en la cara.
Si tenés suerte, solo se trata de un gusto musical. O un cambio rotundo de apariencia. Al estilo "esta banda es una mierda" y terminas siendo fana, o también "nunca en la vida me podría calzas estampadas" y terminas por descubrír que son el must de esta temporada y no te queres quedar afuera.
Todos somos panqueques. TODOS. Lo digo en serio.
Todos alguna vez juramos y perjuramos que no haríamos algo de lo que después no podíamos despegarnos. Pero... ¿sabes cual es el peor caso? El peor caso es cuando se trata de lo que sos. De lo que realmente creíste toda tu vida que eras, y ahora... ya no.
Y eso solo sucede cuando... cuando te enamorás. Pero no me refiero a el estilo estoy tan emocionada que aunque siempre repetí que odiaba las flores si él me las regala las amo. No. Hablo de algo peor.
Es hasta patético descubrirte diferente. Saber que ya no sos lo que proclamabas a los cuatro vientos. Y que nunca más vas a serlo.
Es increíble como podes conocer millones de personas que no te muevan ni un centímetro de tu eje, y que al conocer solo a una, el mundo quede patas para arriba.
Es increíble que la que se proclamaba desapegada, fría, seca, poco demostrativa y cariñosa, anti noviazgos, huidora recurrente al compromiso, rara y un poco neurótica, hoy esté escribiendo esto. Que hoy esté tan pero tan... diferente. Tan sensible al dolor ajeno, tan necesitada de demostrar lo que le pasa adentro y se le sale por los poros, tan segura de permanecer al lado de una única persona que con un solo movimiento puede destruirla. Y es que creo que esa es la base de todo, el miedo.
Creo que por eso escupimos para arriba, y nos mofamos de aquellos que hacen esas cosas que llamamos idiotas. Porque nos da miedo ser de "esos". De esos que se juegan el corazón por lo que realmente quieren y les gusta. ¿Y qué si las calzas estampadas no son lo de esta temporada? ¿Y qué si para todos es una banda de mierda? ¿Y qué si no estás segura de cuanto pueda durar? La vida es muy corta como para seguir reglas, y escuchar música que no te gusta. La vida es muy corta como para no jugarse el corazón por alguien.
Porque lo que creo es que eso que proclamamos tan orgullosos por demasiado tiempo, es mentira. Es la mentira más grande que nos pudimos inventar de coraza, para que nadie entre, nadie se acerque demasiado, nadie nos lastime. Y que cuando el hermoso cambio llega, y nos convertimos en panqueques, en realidad, solo somos lo que siempre quisimos ser.
La vida cagándose de risa de nosotros. All the time.
La vida que espera paciente a que te hartes de repetir una y mil veces todas aquellas cosas que nunca harías. Las que ni loca, ni aunque te paguen, ni en pedo, ni drogada. Esas que juras que son de idiotas, las que solo hacen los idiotas, los flasheros, los que todavía no aprendieron nada. Pero ¿vos? Já, ¿justo vos? No, señor. Nunca en la vida actuarias así, porque sos re viva y la tenés re clara.
Y llega ese momento, ese en el que ya lo repetiste tanto, que todo el mundo te lo cree. Ese momento en el que todo aquel que te conoce sabe que vos jamás serías de otra manera. Ese momento en el que ya te hartaste de escupir para arriba.
En ese preciso momento, todo lo que escupiste, te cae justo en la cara.
Si tenés suerte, solo se trata de un gusto musical. O un cambio rotundo de apariencia. Al estilo "esta banda es una mierda" y terminas siendo fana, o también "nunca en la vida me podría calzas estampadas" y terminas por descubrír que son el must de esta temporada y no te queres quedar afuera.
Todos somos panqueques. TODOS. Lo digo en serio.
Todos alguna vez juramos y perjuramos que no haríamos algo de lo que después no podíamos despegarnos. Pero... ¿sabes cual es el peor caso? El peor caso es cuando se trata de lo que sos. De lo que realmente creíste toda tu vida que eras, y ahora... ya no.
Y eso solo sucede cuando... cuando te enamorás. Pero no me refiero a el estilo estoy tan emocionada que aunque siempre repetí que odiaba las flores si él me las regala las amo. No. Hablo de algo peor.
Es hasta patético descubrirte diferente. Saber que ya no sos lo que proclamabas a los cuatro vientos. Y que nunca más vas a serlo.
Es increíble como podes conocer millones de personas que no te muevan ni un centímetro de tu eje, y que al conocer solo a una, el mundo quede patas para arriba.
Es increíble que la que se proclamaba desapegada, fría, seca, poco demostrativa y cariñosa, anti noviazgos, huidora recurrente al compromiso, rara y un poco neurótica, hoy esté escribiendo esto. Que hoy esté tan pero tan... diferente. Tan sensible al dolor ajeno, tan necesitada de demostrar lo que le pasa adentro y se le sale por los poros, tan segura de permanecer al lado de una única persona que con un solo movimiento puede destruirla. Y es que creo que esa es la base de todo, el miedo.
Creo que por eso escupimos para arriba, y nos mofamos de aquellos que hacen esas cosas que llamamos idiotas. Porque nos da miedo ser de "esos". De esos que se juegan el corazón por lo que realmente quieren y les gusta. ¿Y qué si las calzas estampadas no son lo de esta temporada? ¿Y qué si para todos es una banda de mierda? ¿Y qué si no estás segura de cuanto pueda durar? La vida es muy corta como para seguir reglas, y escuchar música que no te gusta. La vida es muy corta como para no jugarse el corazón por alguien.
Porque lo que creo es que eso que proclamamos tan orgullosos por demasiado tiempo, es mentira. Es la mentira más grande que nos pudimos inventar de coraza, para que nadie entre, nadie se acerque demasiado, nadie nos lastime. Y que cuando el hermoso cambio llega, y nos convertimos en panqueques, en realidad, solo somos lo que siempre quisimos ser.
miércoles, 1 de febrero de 2017
Nos metimos al mar juntos (una de tantas veces), y una ola me revolcó por la arena haciendo que trague mucha agua salada. Tendrían que haberlo visto! Se asustó tanto cuando me vió toser, que cuando la próxima ola se acercaba a nosotros, se posicionó adelante mio intentado retener con sus brazos toda la fuerza arrolladora del mar. Intentaba frenar el mar con las manos.
En eso pienso cada vez que alguien intenta convencerme que estar cerca de él no me conviene. Pienso en que es capaz de frenar el mar con su propio cuerpo solo para que yo no me caiga, para que no tropiece, para que no me lastime.
¿Como no querer regalarle todo mi tiempo a alguien así?
Ni un momento ni la eternidad, esto va más allá: con vos mi alma se volvió a iluminar. Si no fuera porque vos estás, yo no estaría acá. Desde tus ojos se ve mucho más.
HermosoVeranoHermosaVida
Suscribirse a:
Entradas (Atom)