sábado, 26 de noviembre de 2016

 De vez en cuando me encuentro a mi misma hablando de eso que extraño. Y me siento una estúpida. "Si, si. Ya me habias contado", me responden mis interlocutores con una media sonrisa haciendo que yo me quiera morir de la vergüenza que me dá descubrir que no sé hablar de nada más. Que no sé pensar en otra persona. A veces me encuentro a mi misma repitiendo esa anécdota que ya conté mil veces y me pregunto ¿hasta cuando? Hasta cuando los recuerdos van a existir. Hasta cuando van a ser solo eso: recuerdos.
  Duelen más tus cosas buenas cuando estás ausente dice la canción. Duele recordar lo que ya se fue solo porque no encuentro partes malas. Y lo digo en serio, por más de que quiera, no existen partes malas. No hubo palabra, ni acción que el haya hecho mal. Y entonces otra vez me derrumbo. ¿Como puede ser que alguien haga todo bien? ¿Como pudo haber hecho todo tan pero tan bien?
  Supongo que esa fue su estrategia desde el principio, no podía cometer ni un solo error. Hizo todo como lo tenía que hacer, para que a mi no me quedara más opción que rendirme a su amor. Necesitaba alguien que lo banque, y se encargó de hacer todo para que yo no pudiera resistirme a tal trabajo.
  Hoy se cumple un año de mi tatuaje. (De mis tatuajes, porque son dos). Uno, el que usé para tapar otro que ya no me gustaba, es un sol. Un sol con el que yo soñaba, pero no tenia idea de lo que significaba. Fiel a mi locura, lo dibujé, lo llevé a una tatuadora que es una grosa, y lo enmarqué en mi piel. No entiendo como, pero yo siempre supe que ese sol era para mi, que era especial, que necesitaba llevarlo puesto. Y meses (muchos meses más tarde) descubrí su significado como un sol celta de regeneración de energía. Já, eso significaba. Un espiral. Todo lo que nace, nace para morir. Y todo lo que muere, muere para nacer. Energía en un espiral que se regenera contanstemente. Un espiral que nunca termina. Que siempre renace.
  Como yo. Como mi otro tatuaje, ese que envuelve mi muñeca como una pulcera. El que puse ahí para nunca olvidarme, el que odio cuando me vuelvo una desmoralizada. Lo odio por lo que me recuerda. El que dice TODO VA A ESTAR BIEN. A veces sigo sin poder creer que lo tengo entre tinta y sangre en la piel, solo porque es tan simple pero a la vez tan profundo.
  Hoy hace un año el mundo era una porquería. Me levantaba todos los días queriendome morir. Me levantaba sin ganas, para ir a un trabajo que me mantenia toda la tarde ocupada. El trabajo que me mantenia con vida. Hace un año, yo hubiera querido con todas mis fuerzas morirme, dejar de respirar. Que la mierda que tenia adentro desapareciera junto conmigo. Pero no lo logré. Y a cambio, con mucho amor y fuerza de voluntad, si logré salir. Hace un año, con la locura de mis tatuajes nacía en mi la fuerza que hoy me mantiene en pie. Aparecían las ganas de seguir, aunque fueran chiquitas y débiles. Hace un año, yo renacía en mi con la fuerza de un huracán para hacerle fuck you al mundo y decirle que no había nada que pudiera conmigo. Nada. Nunca. Nada puede detenerme.
  Por eso hoy, después de tanto, sigo en el camino. Porque todo va a estar bien, perfectamente bien. Porque confío en mi, en lo que soy capaz de lograr. Y en todo lo que me falta por andar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario