martes, 29 de noviembre de 2016

MORIR DE AMOR. 

  El amor a primera vista no funciona en mi, de otra manera no puedo explicar como fue que no lo supe cuando lo ví. ((y me cuesta un poco aceptarlo)) Porque, ¿a quien engaño? Decirlo que lo supe cuando lo vi no solo sería muy romántico, sino que me daría esa cuota de saber algo que todavía no había sucedido.
  Lo loco es que teniendo en cuenta todo lo que pasó después, podría asegurar que él si lo sabía. (O por lo menos lo sospechaba). Juntos parecía que llevábamos toda la vida, desde la confianza, hasta lo simple de funcionar justo como el otro lo necesitaba. Con esa magia de ser tan opuestos, que completábamos alguna parte del otro sin querer. Esa parte que siempre estuvo incompleta por una mágica razón.
  Morimos de amor. Los dos. No el día que nos conocimos, pero sin un poco después. Y nunca algo se sintió tan bien. Abrazarlo fue siempre y desde que lo conocí la mejor sensación de este mundo. ¿Porqué? Si se supone que no lo supe, que no fue amor cuando lo conocí, que alguien me explique porqué se sentía tan bien estar abrazada al que hasta el momento era un completo extraño.
  Salgamos de todas las tormentas abrazados, amor.

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