martes, 4 de agosto de 2015

Se abre la noche, y es para mí. Subo a tu coche (¡vamos a donde quieras ir!)

  No se ni donde empezar, ni porqué escribo. Pero estoy teniendo una de esas noches en las que el insomnio y las ganas de escribir algo te sacan de la cama. 
  Y todo parece llevarme a escribir sobre lo mismo: LO BIEN QUE ME SIENTO HOY. Conmigo, con el, con todos. Siento que brillo, que me sale luz por cada uno de mis poros. Estoy descubriendo un nuevo mundo con cada paso que doy, un mundo que no es el mismo en el que vivía antes de renacer. 
  
  Estoy bien con cada cosa que me propongo hacer, y creo que todo es parte de una misma rueda. Porque a partir de ese día en el que me dijeron que tal vez todo vaya a cambiar en unos 15 años, empecé a valorar mi pequeña existencia de manera diferente. Porque me dijeron "tenes que vivir intensamente". Y aunque todavía no logro acomodar la idea del todo en mi cerebro, es increíble la cantidad de cosas increíblemente locas y lindas que te pueden pasar cuando respondes SI y solo esperas lo mejor de los demás. Pero de verdad, sin miedos ni desconfianzas. Cuando elegís darte y brindarte, sin importar que pretenda ese otro que tenes en frente. (Y hablo de un otro en todo sentido.)
  
  Porque si al chofer del micro le decís "3,50" pensando en que es un forro que te va a preguntar hasta donde vas para cobrarte más, seguro eso sea lo que suceda. Pero si le decís, "buen día" y no te preocupas por lo que el pueda o no responder, todo parece acomodarse. Porque somos energía. Y la energía se atrae a si misma. 
  Mi vida era negativa, y con mala suerte. Y yo repetía que era yeta. (todavía lo hago ocasionalmente) y convencí a tantos de que lo era que hasta me lo terminé creyendo yo también. Pero no lo soy, solo atraía a todas esas cosas malas, porque yo creía que eso era lo único que podía pasarme. Y me di cuenta de que, la puta madre, no! Cosas buenas pueden pasarme, y me están pasando, y van a pasarme todavía mejores. 
Porque todo es cuestión de estar dispuesto a recibir. 
 La suerte está de mi lado, y aunque odio ponerme tan positivista y espiritual, es la posta y lo que realmente creo. Y me la banco

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