viernes, 14 de febrero de 2020

San Valentín

  Es muy loco lo que estoy por escribir, porque si me lo hubieran dicho hace un par de meses simplemente no lo hubiera creído. Estaba demasiado sumergida en hacer que las cosas funcionen, en esforzarme por tener todo controlado y perfecto, y no era capaz de ver que quizá "que las cosas funcionen" no debería requerir ningún tipo de esfuerzo. Hace bastante tiempo leí una frase que decía "El amor no se trata de hacer que funcione, sino de disfrutarlo mientras funciona" y creo que en todo este tiempo yo me perdí en mi misma y me olvidé de disfrutar. Algo tan sencillo como disfrutar.
  Si tengo que ser sincera a mi nunca me resultó sencillo, soy un tanto (bastante) controladora, y por momentos necesito tener todo perfectamente arreglado para no desesperar. En el fondo es sólo miedo a que algo pueda salir mal, como si pudiera encargarme de hacer todo yo misma para que no hubiera margen de error. Y así después termino agotada emocional y mentalmente, contracturada, débil y triste porque caigo en la cuenta de que el control no existe y por más de que me esfuerce nunca pero nunca voy a poder evitar que algo salga "mal". Y lo pongo así, entre comillas, porque quizá no es que salió mal, sino que era lo que necesitaba para cambiar, aprender y ser mejor.
  Ya aprendí hace rato que la gota que rebalsó el vaso nada tiene que ver con algo aislado, sino más bien es la semilla del cambio que tanto pedía a gritos. Necesitaba cambiar, me sentía tan mal conmigo misma que en realidad no puedo creer que aguanté tanto tiempo en ese estado. Ni siquiera me dedicaba tiempo a sentir, a vivir realmente lo que me estaba pasando. Creo que en el fondo yo sé hace rato que este era el desenlace y me negaba a afrontarlo. Sé desde hace tanto que necesito estar sola que creo que solo estaba estirando el tiempo hasta que ya no diera para más.
   Y aunque el panorama parece horrible, en realidad no lo es. Hace un mes y un poquito que estoy sola. Bueno, "sola" entre comillas porque en realidad nunca me sentí tan acompañada como ahora. Todos me vieron tan triste que se pusieron al hombro mi persona y me cargaron un ratito en el camino hasta que tuve fuerza para mantenerme en pie. Y no hablo solo de mis amigos (que son un montón, y los amo todavía más) sino también de mis papás llevándome de vacaciones y mimandome, de mi hermana mandandome por instagram todos los días vídeos graciosos, de mi abuela cocinandome cosas ricas y mis primas contandome anécdotas viejas que compartimos y nos hacen reír. Todos absolutamente todos colaboraron en sostener el peso de mi cuerpo cuando creía que no podía ni respirar. Ni hablar de mis dos grandes amores amigas que se bancaron unas vacaciones conmigo llorando mares y teniendo menos energía que nunca. Que me abrazaron cuando fue necesario, y me aconsejaron de la forma más sincera y pura, siempre desde un amor inmenso.
 Y un día mejoré, un día me di cuenta de lo mucho que había perdido por sostener cosas que no me hacían bien. Y me reencontré con todos mis vínculos desde un nuevo lugar. Hoy tengo una mejor relación con mis papás, y con mi hermana. Porque ya no estoy tan irritada como para pelear a cada rato, porque ahora puedo manejar mis emociones de forma más sana y entender que somos distintos. Hoy veo a mis amigos todos los días (literalmente) y me río a carcajadas porque estoy con ellos disfrutando ese momento y con ellos pero pensando en todas esas cosas que antes me preocupaban. Vivo más relajada, mas tranquila, más feliz. Vivo un montón. Y estoy amando con todas mis fuerzas este verano intenso en el que duermo 3 hs por día pero no me importa porque ahora estoy viva y cuando esté muerta seguro voy a dormir mucho más. No, pero hablando en serio, no me importa porque lo único que quiero llevarme de esta vida son anécdotas, momentos felices, a la gente que amo en el corazón y todos los aprendizajes que pueda.
  Hoy no entiendo muy bien que está pasando, pero no me importa y no quiero controlarlo. Porque las cosas parecen ir mejor cuando las dejo suceder. Porque me di cuenta que yo parezco mejor cuando me dejo ser. Y agradezco y sólo pido eso: poder ser. Mostrarme auténtica como me estoy sintiendo en este tiempo, mostrarme en todas mis facetas y en mi propia confusión que lejos de ser algo malo es lo que me ayuda a avanzar.
  Hoy en el día del amor, sólo quiero repartir eso: amor. Todo el que tengo adentro que es un montón y siento como me quema. Amor por mi vida, por mi carrera, por mi trabajo, por mis amigos, mi familia y sobre todo por mí. Hoy después de muchísimo tiempo siento otra vez amor por mí misma. Por todo lo que soy, por expresarme auténtica y transparente, por permitirme todas las emociones y sensaciones que quiera, por aceptarme con mis errores de humana y proponerme siempre ser mejor.
  Hoy en el día del amor sólo puedo sentirme llena de paz, porque gracias al cielo amor es lo que me sobra.

miércoles, 12 de febrero de 2020

BUT THEN SOMETHING HAPPENED ONE MAGICAL NIGHT
I FORGOT THAT YOU EXISTED
AND I THOUGHT THAT IT WOULD KILL ME, BUT IT DIDN'T
AND IT WAS SO NICE
SO PEACEFULL AND QUIET
I FORGOT THAT YOU EXISTED
IT ISN'T LOVE, IT ISN'T HATE
IT'S JUST INDIFFERENCE

sábado, 8 de febrero de 2020

Viene siendo un día... complejo. No triste, no feliz, no frustrado, complejo. Como mis emociones que son tantas, tan diferentes y contradictorias, tan pero tan difíciles de entender.
  Intento ser mejor cada día. Hago un esfuerzo increíble por sentirme mejor conmigo misma, pero hace bastante que me vengo sintiendo la peor persona del mundo. Mala. Me siento mala persona, porque? Es normal? A todos nos pasa? Me siento la causante de bastante sufrimiento hasta sin querer causarlo, y eso me hace sentir horrible conmigo misma. Hasta cuando me esfuerzo por ahorrarle tristezas a alguien termino enredandome en mi, en las circunstancias y arruinandolo todo.
  Aunque eso no es nada nuevo, siempre arruino todo. En que momento de mi vida sentí lo contrario? Creo que nunca. Rompo lo que todo. Tengo mala fama, desde que tengo memoria. Caigo a un lugar nuevo y soy odiada. Y pensé que ya me había acostumbrado pero en realidad no, me sigue haciendo sufrir.
  No importa cuantas cosas buenas haga, siempre termino mandándome alguna mala y siempre termino condenandome a pensar que aunque quiera nunca voy a lograr ser buena.
  Me duelen mis sentimientos, me molestan. Me enferma la cabeza no poder descifrar del todo lo que me pasa, no ser clara, estar tan ofuscada y confusa. Estoy triste por una pérdida, pero no quiero volver atrás. Estoy tranquila con mi vida, disfruto de mis amigues, me gusta alguien. ¿Me gusta alguien? Sigo confusa, ofuscada y molesta.
  Siento que no puedo ni conmigo misma.
  Que triste es no poder ni conmigo misma. 





lunes, 3 de febrero de 2020

  Hoy estoy teniendo uno de esos días tristes. Bah, el día recién empieza pero desde que me desperté me está costando bastante dejar de lado todos esos pensamientos que me llenan de mierda y me hacen querer hundirme en el pozo más profundo.
  Ayer no tuve tiempo para que sea un domingo triste, así que quizá eso me toca hoy. Soñé que iba a su casa y me regalaba una cajita de madera llena de porros. Pero lo más loco del sueño no era eso, sino que iba a buscar la cajita pensando en que cuando se la devolviera iba a tener otra vez una excusa para verlo. Verlo de lejos, claro. Porque en el sueño estábamos como ahora, lejos.
  Si me concentro en pensar solo en lo bueno puedo llorar mares y rogar al cielo que el tiempo vuelva atrás. Y hasta ahí llego: querer repetir todo lo vivido, pero querer volver... simplemente no lo imagino. Si los recuerdos lindos llegan a mí solo siento esa tristeza mezclada con nostalgia por lo lindo que era, pero lejos de querer que el vuelva y estemos juntos otra vez, solo siento ganas de volver el tiempo atrás y vivir esos recuerdos, porque en el fondo creo que siempre supe que esa felicidad estaba teñida de todo lo demás que tan mal estuvo. Cometimos muchos errores. Muchísimos. Y si solo me concentro en eso, en los errores, creo que hubiera preferido no haberlo conocido. Hoy me siento desecha pero porque esta relación me dejó agotada mentalmente. Mi cabeza ya no lo podía procesar, ya no encontraba salida y ya no me sentía a gusto ni conmigo misma.
  Antes de ayer en una charla con mis amigas les dije llorando que era terrible la tristeza que me provocaba mirar para atrás y no poder reconocerme plena en ningún momento de todo el 2019. No reconocerme en lo absoluto y sentir que fue todo un año en el que no estuve, no viví y nada me pasó. Y que ahora es como si hubiera recuperado mi cuerpo otra vez y me sintiera en mí. Y eso fue mi culpa, lo asumo. Yo me dejé ir por no dejarlo ir a él. Yo renuncié a cada parte de mí por no renunciar a él. Encontré en wsp conversaciones con mis amigos de mayo del 2019 en las que decía que sentía que ya no daba para más la relación. Mayo. Hoy sé y estoy segura de que tendríamos que habernos separado con el incidente de Enero en Mar del Plata, que tendría que haberme hecho caso a mi misma y haberme ido con mis valijas. Vuelvo a ese momento, y a como solté los bolsos sólo porque él estaba sufriendo y me arrepiento. Fue la primera vez que me dejé de lado, que dejé de lado lo que yo sentía por sostenerlo. Y sé que el lo hizo por mí también muchas veces también, y es por eso que nuestra relación estaba tan pero tan mal. Ninguno de los dos tendría que haberlo hecho, ninguno de los dos tendría que haber perdido su esencia. Tuvimos una relación tan infantil disfrazada de madurez que hasta el resto del mundo se lo creía y todavía hoy preguntan: "pero, ¿como? si se los veía re bien"
  Todos nos veían bien y yo no puedo recordar ni un solo momento bueno del 2019 que no estuviera manchado por algo malo. Todos los momentos lindos eran antecedidos o terminaban en algo malo. Y la verdad es que si miro aún más atrás, a cuando lo conocí, al primer año juntos, y a todo lo que realmente sí fue hermoso digo: ¿como fue que pasó? ¿como algo tan hermoso y puro pudo acabar convertido en esto? ¿Como pasamos de reírnos a carcajadas a no poder estar en una misma habitación por más de 2 hs sin que alguien ponga mala cara?
  Me duele, me duele muchísimo no reconocer que fue lo que nos hizo cambiar. Me duele no haberlo reconocido y frenado a tiempo. Aunque no pudiera arreglarlo, frenar antes para no estar hoy mirando hacia y atrás y llorando porque durante todo un año me sentí tan mal sin verlo. Lloraba a cada rato, casi todos los días. Estaba molesta, sensible, irritada. Me sentía realmente mal conmigo misma y no entendía por qué. Le echaba la culpa a la facultad porque me estresaba, pero nunca antes me había estresado, así que le echaba la culpa a trabajar, porque nunca había trabajado y estudiado al mismo tiempo, pero renuncié y el mal estar seguía existiendo. Le eché la culpa a mi cabeza, llena de mierda que me boicoteaba y no me dejaba ser feliz, que no dejaba estar tranquila, que no se bancaba verme bien entonces me metía esas ideas... pero aunque hubiera podido apagar mi cabeza, y los pensamientos de mierda se hubieran ido... ¿qué hubiera quedado? ¿que felicidad era la que estaba boicoteando? porque los pensamientos de mierda creo que solo estaban intentando abrirme los ojos, que me diera cuenta lo perdida y confusa que estaba, y como aferrarme nunca iba a ser la respuesta.

  Estoy triste porque lo amo muchísimo y se convirtió en eso que no quiero para mi vida nunca más. Porque es demasiado bueno, pero aún así fue totalmente malo para mí. Y porque todo fue casi sin querer. Sin querer hacerme daño terminó siendo de las personas más dolorosas para mí.
  Me llené de inseguridades que nunca antes me había si quiera planteado. Me llené de miedos y de mierda. Y lejos de creer que lo hizo a propósito, solo creo que cuando alguien no resuelve en sí mismo sus bardos, termina repartiéndolos.
  Estoy triste porque creí realmente que él era quien nunca iba a lastimarme, creía realmente que me había sacado la lotería y que nunca más iba a tener que preocuparme por esas cosas chotas del amor. Y me equivoqué. Hubiera preferido creer desde el comienzo que iba a romperme el corazón, porque al menos de esa manera hoy no dolería tanto.
  Ojalá todo sea aprendizaje. Y ojalá lo aprenda rápido, porque no quiero perderme nunca más.
  Me extrañé demasiado.