domingo, 17 de julio de 2016

aparecé decidí ayudame

El amor y el sexo nunca son como los ves en las películas. (puede que mejores o peores, pero nunca como te lo pintan). Pero eso es algo que aprendes con el tiempo, con las experiencias. Te la das contra la pared una o dos veces y aprendes que no todo es tan lindo ni tan ideal. Y entendes que estar con alguien no implica solo quererlo, porque con amor no alcanza. Y te lastiman, una, dos, mil veces. Y empezas a desarrollar en vos patrones, muros, formas de evitar (aunque sea inevitable) que eso te vuelva a pasar.
  Así fue como yo empecé a generar una tendencia a la huida. Salir corriendo, escaparse. Dejar todo sin mirar atrás. Cuando se me acercaban demasiado, cuando algo no me gustaba, cuando todo pintaba para mal. Hacia el bolso y me las tomaba. Empezaba de vuelta, de cero en un nuevo lugar.
  Por eso me gustan tanto los amores intensos, verdaderos, fuertes. Porque haces sin dudar eso que toda tu vida dijiste que no harías. Todo eso que nunca hiciste.
  Yo tendría que haber salido corriendo, pero por alguna extraña razón no pude. No pude hacer eso que era lo más sencillo del mundo para mi. ¿Porque no pude? Rompí con mi patrón, con eso que yo usaba de coraza de protección. No me escapé. Y al no hacerlo me encontré con todo un mundo nuevo que no tenía idea de que existía. Aprendí mucho. (Sufrí también) pero lo más importante es que cambié, pudiendo hoy asegurar que la que se escapaba... ya no existe.
  Por eso ahora me cuesta tanto decir ya fue. Porque antes era la frase que me decía, la que me repetía para no sentirme mal. Ya fue, esta mejor sin mi. Si soy un desastre, ¿para que me voy a quedar?. Le estoy haciendo un favor.
  Justo ahora simplemente no puedo salir corriendo. No puedo decir ya fue. No me sale. Por primera vez en mi vida, quiero quedarme aunque siento que me tengo que ir. Y, ¿como hago? Siento adentro que es el momento de pegar la retirada, y mis pies no se quieren mover de donde están. {a contra mano como de costumbre}
  "Ya no puedo ser fuerte por los dos" le dije. Y lloramos. Ya no puedo sostener yo sola todo lo que se derrumba. Y aunque quisiera, ya no es parte de lo que tenga que hacer.
  Es devastador sentir adentro que todo lo que tenías para dar, ya está sobre la mesa, y que ahora (nada de lo que hagas) es necesario. Siento adentro que ya no me necesita, ni yo a él. Y eso da margen de maniobra para solo dos cosas: elegir quedarse o salir corriendo.
  Y la que yo fuí ya estaría cerca de Ushuaia, pero la que soy no está segura de poder dejar todo atrás.
  Decime que hago porfavor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario