miércoles, 24 de junio de 2015

Edipo en Colono

No se porque estoy escribiendo esto (debería estar leyendo Edipo en Colono para la facultad, pero no logro concentrarme).
 Mi problema siempre es el mismo: pienso demasiado. Sin importar qué sea, yo le doy demasiadas vueltas, todas las necesarias para darme más tiempo a decidir, o simplemente para nunca hacerlo en realidad. Odio tener que decidir o elegir, odio tener que pensar que es bueno o malo, porque tengo la bendita (o detestable) capacidad de ver (SIEMPRE) las dos caras de una moneda. Soy capaz de ver lo bueno, y ver lo malo... y como todo en mi, lo malo siempre pesa más fuerte, por lo que termino negandolo. Y ahí mi segundo gran problema: pienso tanto que no arriesgo. No soy impulsiva, y cuando lo soy en realidad solo estoy mintiéndole a quien este a mi alrededor porque eso que hago "impulsivamente" en mi cabeza ya dio diez mil vueltas. 
  A veces agradezco mi condición de NO-impulsiva, y otras la aborrezco. Como todo en mi, soy contradicción. 
  El tema de hoy, y por el que no estoy leyendo Edipo en Colono es mi ex. (Que predecible y aburrida soy, si.) Y me refiero a mi ex REAL y no a esos que a los que yo les digo ex pero que en realidad estuvieron más lejos de ser mis novios que yo de salir a correr diariamente. 
  Mi ex el que yo deje, el que fue siempre bueno conmigo, el que mis papás querían, el que tenia una mamá que me odiaba y el mismo que siempre que puede es extremadamente buena persona conmigo recordándome lo mierda que soy yo con el siempre. (Si, este bendito chico me hace sentir que tengo una piedra justo en el lugar donde tendría que estar mi corazón.) 
  Y acá viene la parte más graciosa: (redoblante de tambores, y...) ¡LO EXTRAÑO! Yo les juro que no me drogo, y soy así de idiota la mayoría del tiempo. Hasta me siento más hija de puta que los que matan delfines para hacer atún porque estoy segura de no estar enamorada de este chico. 
  El tema siempre fue que el me quiso demasiado, tanto que ese amor a mi me hacia sentir segura. Y juro por mis viejos que para alguien que duda hasta de su propia sombra, no hay mejor sensación. Pero nunca me enganché con el, ni con su manera de ser, ni con su manera de pensar. Somos tan diferentes que da asco pensar en una relación a largo plazo porque ni pelear nos sale bien. Y así y todo, en el día de hoy puedo asegurar extrañarlo, y extrañar sus penosas manías. (Y las mías también.) 
  Nuestras meriendas en Frawens, las salidas al cine, las tardes de pileta, las charlas por teléfono, y drogarme a base de Kevin Rojo cada vez que lo abrazaba. Y si pienso solo en eso, si solo veo su parte buena, soy capaz de gritarle que quiero volver. 
  Pero al toque me acuerdo de nuestras charlas aburridas, la monotonía, mi queridisima suegra (estoy siendo irónica) y sus formas y estructuras tan irritantes. 
  
  Ni idea de a donde quiero llegar, solo tenia ganas de escribir sobre como me sentía. (Y perder el tiempo. Y no leer Edipo en Colono). Pero de algo sirve: ahora sé que no quiero volver. 
  Sus cosas buenas son totalmente extrañables, porque el es tan bueno que dá miedo. Pero las cosas malas (como siempre en mi vida) pesaron más, y eso es tal vez la respuesta a todo: por alguna razón estamos hoy donde estamos. El pasado, y los actos del pasado sobre todo, después de un tiempo se vuelven borrosos y confusos, y las razones por las que tomé ciertas decisiones en el pasado, hoy no son visibles a mi entendimiento. Pero por alguna razón las tomé. Supongo que es cuestión de confiar en mi antiguo yo y no martirizarme con etapas cerradas. 

martes, 16 de junio de 2015

A mi, el amor me dura menos que el esmalte.

  Una obsesionada, eso es lo que soy. Cuando algo es nuevo en mi vida, la emoción es tanta que lo arruino. Me la gasto rápido, y después de un rato pasa a ser un algo que ya no quiero.
  Soy así con gustos, ropa, pensamientos, y... personas. Ese es el problema: ¡las personas!
  Ayer era uno, la semana anterior, otro y esta semana y la que viene seguro que otros dos. (Y la peor parte que lejos de llamarme "zorra", soy solo una pelotuda). Porque es solo emoción, es querer que me hable, flashar secuencias que nunca van a suceder y suspirar con canciones que no dicen justo lo que me pasa, pero que me ocupo de ajustar a mi situación amorosa.

  Y siempre me pasa lo mismo: todo es perfecto e ideal con uno, hasta que conozco a otro. Al de ese nuevo mes (o par de semanas). Mágicamente siempre conozco a alguien nuevo, alguien del que seguro voy a casi enamorarme. Mi nuevo casi amor de mi vida.

  Me aburro rápido de todo. La emoción me dura un mes, a lo sumo dos, y lejos de ser divertido, para mi es algo horrible. ¿Como puede ser que todo lo lindo, dure tan poco? Para mi es asqueroso no poder ser constante, no poder estar bien con alguien. Porque es eso justamente lo que quiero desde hace tanto y nunca logré. (Aclaro: si, estuve enamorada, muy enamorada, pero en ningún caso fue sinónimo de tranquilidad y estabilidad, que es lo que yo busco. Sino que siempre se trata de dramas, celos, peleas, enojos y llanto. Siempre termina en llanto. Y siempre es mi llanto.)

  Pero al igual que querer que el esmalte dure más de dos días, para mi es imposible que algo estable me atrape por más de dos meses. Porque justamente eso que me atrapa por más tiempo, es eso que no puedo tener, eso que se me niega, lo que me obliga a salir corriendo en su búsqueda. (Y por eso me dura)
   Google: ¿Como hago para que el esmalte dure más?
-Ponete dos capas
-Usá calcio
-Protegelo con una capa de brillo especial
-Mantené las uñas cortas
 (o no hagas un carajo, ni siquiera te bañes, porque el agua caliente te las va a arruinar.)

  En mi particular caso: ¡no te emociones! Porque a la larga, o a la corta, eso lo va a arruinar. Tomatelo con calma, RELAX. No pienses tanto, dejate llevar sin sacar conclusiones apresuradas. Disfrutalo, sé autentica pero con cuidado: exponerse demás te puede lastimar. Y por sobre todo: no saques el vestido de novia antes de lo debido. (Y releé esto siempre que pienses que alguien es el amor de tu vida al segundo día de conocerlo.)

Como por ejemplo, justo ahora. ¡No es el amor de tu vida, estúpida! es solo tu nuevo casi amor de la vida de Junio. (Y lo conoces hace dos dias)
                                                                               

lunes, 8 de junio de 2015

Que ponga tachuelas en mis zapatos para que me acuerde que voy caminando, y que cuelgue mi mente de una soga hasta que se seque de problema. Y que esté en mi cama viernes y domingos para estar en su alma todos los demás días de mi vida. Y que me quiera cuando estoy, cuando me voy cuando me fui, y que sepa servir el té, besarme después y echarse a reir. Y que conozca las palabras que jamás le voy a decir y que no le importe mi ropa, si total me voy a desvestir para amarla, para amarla.
Necesito alg
uien que me emparche un poco y que limpie mi cabeza, que cocine guisos de madre, postres de abuela y torres de caramelo.

martes, 2 de junio de 2015

Mis fantasmas abzurdoh's

   Ya no me siento tan mal como ayer. No quiero morirme ni desaparecer, y por duro que suene, si: ayer quise morirme. Lo deseé con todas mis fuerzas, porque no tenia (gracias al cielo) la voluntad para hacerlo por mis propios medios.
  Es increíble como se subestima el poder de la palabra. Mi estado depresivo de ayer fue a causa de leer Abzurdah durante todo el día.
  Solo logre sentirme mejor hoy, cuando lo terminé. La gente no tiene ni idea del poder que tiene ese libro, y de lo feliz que puede ser alguien que no sabe de su existencia.
  Si, es un libro hermoso: pero que no le recomiendo a nadie. Leerlo me llevó a pensar que ya no quería vivir. Se entiende? ¡QUE NO QUERÍA VIVIR!

  Llegue a pensar que nada tenia sentido. ¿Como se llega a eso? Digo, no soy ni bulimica, ni anorexica y tampoco tengo trastornos de personalidad (o eso creo) y sin embargo, Cielo Latini me llevó a sentir su dolor en alma propia, tanto que al igual que ella sentí que morirme era la única solución. ¿Loco, no?
 

  Hoy ya tengo mis ganas de vivir otra vez en mi, y si, estoy segura de que mi vida tiene un sentido. También volví a aceptarme a pesar de todo: me sé especial sin creer que eso es necesariamente malo. Pero Abzurdah es en mi sin lugar a dudas un antes y un después, un quiebre. No soy la misma.
 Y no sé muy bien porqué, se que algo cambió aunque no pueda explicar que es.

  DEFINIRSE ES LIMITARSE, dice la descripcion de mi Twitter desde hace un año, y eso es lo que siempre fui, y en lo que ayer me perdi: soy todo. Y lejos de algo malo, tengo que reconocer que es algo bueno. Eso me permite ser la mas obsesiva y la más calmada, la más manipuladora, y tambien la más ingenua. Multifacetica como dice mi prima. "No se quien soy" dije yo ayer... Soy todo, y es virtud, y no defecto. Solo tengo que aprender a convivir con mis multiples Yo's.

lunes, 1 de junio de 2015

  "Especial" para algunos es bueno. "Especial" para mi es infierno.
  Escuche mil veces de mil personas esa maldita palabra. "Diferente" dicen otros. RARA me dice mi chico favorito en el mundo.
  Hoy no me siento de ninguna de todas esas palabras, y menos siento que sea algo positivo. Siempre quise ser la diferente, siempre quise brillar y sobresalir, y hoy solo quiero desaparecer. No quiero ser ni especial, ni diferente, ni rara. Porque la gente que es normal es más feliz. (o al menos eso me parece a mi).
  Estoy harta de mi. De mis miedos, mis dudas, mis obsesiones y contradicciones. Estoy deprimida, lloro sin razón y siento una tormenta constante adentro de mi. ¿Como hacer como si nada ante todo esto? Ante todo lo que me pasa, que inevitablemente quiere decirme algo: algo me esta pasando adentro. Y no sé que es. Y el no saber angustia.

  ¿Porque siempre me contradigo? ¿Porque me obsesiono? ¿Porque no logro enamorarme de alguien bueno? ¿Porque SIEMPRE me engancho con los que me lastiman? ¿Yo estoy buscando lastimarme?

  La psicología en el amor (o lo que aprendí en El lado B del amor) me diría que tengo una baja autoestima: no me quiero, por lo tanto deposito ese amor en un otro. Un otro que es el contrario a mi, se quiere demasiado por lo que no le queda amor para otro que nos sea el mismo.
  Irónico. Doy tanto amor, que no me queda nada para mi. Y se lo doy a alguien que ya tiene demasiado, por lo que no puede dar nada.

  Me siento en un pozo y no es de depresión. Porque probablemente estoy exagerando, pero es inútil no plantearme porque no logro tener relaciones sanas. Porque siempre lo arruino, porque yo siempre soy el problema.
  Porque a los malos los quiero demasiado, y a los buenos, no los quiero ni un poquito.
  Porque me aburro, y en mi aburrimiento, necesito sentarme a pensar. Pensar P E N S A R.

  Que palabra de mierda. Por eso me gusta escribir y leer, porque lo hago con la cabeza. Porque mi cabeza siempre va antes que todo y todos, antes que yo misma. Mi cabeza organiza, planea, manipula, controla y hace a su antojo todo. Y así controlo a todo y a todos, y eso que no logro controlar, me obsesiona.
  Hasta empiezo a pensar que estoy loca. Já! Loca, así me dice mi prima, y para ella eso también es positivo. "Sos especial", "Multifacética"y "Tenes la mejor máscara de todas". En este preciso momento de mi vida no logro verle lo positivo.

  Solo quiero irme, quiero dejar de existir. No quiero intentar más porque sé que no voy a ganar (si, soy demasiado pesimista) pero es una realidad. ¿Si no pude hasta ahora, porque podría después?

  No sirvo ni para ser una depresiva, porque al medio segundo ya me estoy contradiciendo y digo "¡Que lindo es vivir!"

  Me odio de tantas maneras que ya no sé si lo hago en realidad, o solo estoy aburrida y deprimirme es una manera de llamar la atención. ¿Atención de quien? Ni idea. Es como si necesitara amor, más amor del que (sé) tengo.

No se para donde disparar si hasta me replanteo el haber estado enamorada. Solo fueron obseciones. Tan intensas que me dejaron tirada. Lloré, me revolqué, grité y me quise morir por no tener a alguien, (cuando entiendo perfectamente que no se puede "tener" un alguien). Me obsesione, y me creí enamorada de chicos que no conozco, de los que nisiquiera sé el nombre de la Madre, o su comida favorita.
  Ni siquiera como reaccionarían si leyeran esto.
  En cambio si se como reccionaría ese que me conoce hasta el final. Ese al que yo corría cuando una de mis crisis me atemorizaba. Y aunque creo que esta es la peor de todas las que tuve, no puedo correr a buscarlo: porque me quiso demasiado, y yo no lo supe querer.


¡¿Que es lo que voy a hacer conmigo, la puta madre?!