jueves, 23 de febrero de 2023

Exactamente eso

     Que dificil es ver la hoja en blanco y empezar, eh? Y por donde arranco? Exactamente eso mismo, pero en realidad no estoy hablando de la escritura, o tal vez sí, o quizá un poco de cada tema. Me cuesta empezar a escribir, claro. Pero también me cuesta empezar en general. A veces me abatato. (jaja que palabra divertida, cómo hicimos un verbo de una verdura? Abatatarse. Bueno, me distraje) Exactamente eso mismo, pero no estoy hablando de batatas. 

    Tengo un negocio propio. Es duro tenerlo in this economy pero ahí va, haciendo camino al andar. Me di cuenta hace poco que a veces voy hacia las cosas antes de estar preparada, y termino teniendo un negocio a cargo cuando en realidad la idea era tener una changa con las uñas. Lo que hizo que cometa muchos errores que podrían haberse evitado si hubiera tenido las herramientas que hice a los golpes. Pero la cosa es que ya no quiero que eso me pase porque es duro descubrir que la respuesta estaba escrita en ese libro que leíste cuando el error ya estaba cometido. Me gustaría poder anticiparme a todo porque no soporto equivocarme. Asi que tengo ansiedad y otros trastornos sin diagnosticar (o eso dice tiktok, jajan't).

    Pero la cosa también es que cada día me hago más amiga mía, y me perdono por cometer errores haciendo mi mayor esfuerzo, por que lo que importa en realidad es que al final aprendí, no? No puedo distrerme mucho con mirada juzgadora de que mi proceso no haya sido perfecto, porque eso me distrae del objetivo final. Y cuando me voy por las ramas, la raíz pierde fuerza. Ah re. Pero si. 

    Me di cuenta también que tener una vida rutinaría, haciendo lo mismo cada día con horarios determinados hace que me sienta mejor. Yo, la que decía que la rutina la aburría. Creo que en realidad lo que pasaba en ese momento es que lo que me aburría era mi vida. Mi novio. Mi trabajo. Mis vínculos. Hoy todo tiene tanto brillo en sí mismo que no necesito mirar hacía el costado para ver que los demás tienen mejores vidas que la mía. Siento que por demasiado tiempo relegé mi felicidad en lo que a los demás los hacía felices. Porque yo los veía desde afuera y eso parecían, felices. Entonces creía que eso mismo haría que yo me sintiera igual. Pero no. Quizá desde afuera me veía feliz como esos que observaba pero en realidad carecía de sentir. Hasta que conocí a alguien que me hizo sentir hasta los huesos. A mí. Porque cuando decidí que no me importaba quien estuviera viendo, me permití conocerme. Tenía todo el día para llenar con algo que me gustara, porque estabamos en cuarentena. (jaja o sea WHATS viví una pandemia). Una que me permitió desechar lo que veía que les servía a los demás para hacer lugar a lo que yo tenía ganas de probar. Fuí tan profundo que me avergoncé, esa oscuridad era parte de mí. dseeeeeeeeeeeeeeewwwwwwwwwwwwfg (palabras del Doby que acaba de pasar por arriba de la compu jaja) Fui tan profundo que me gusté. Y comprendí que soy ambas partes por igual, que todo lo puedo pero también todo lo destruyo, y que solo depende de mí hacía donde dirijo la gran energía que cargo. 

    Asi que ahora que me escucho, me digo tantas cosas que a veces me aturdo. Pero también después de un rato, cuando el griterío se calma, la respuesta se vuelve tan genuina que es difícil no prestarle atención. Exactamente eso, con cada pequeña parte que constituye mi vida. 

    Me gustaría poder anticiparme a todo, pero eso sería cruel conmigo, que no tendría espacio para experimentar lo rico de los procesos. Con la gracia de sortear todo el sentir que eso pueda traer. Me gusta sentir. Es lo único que sé que voy a llevarme de este plano. Como esos recuerdos que se te graban a fuego en la memoría porque fuiste muy feliz. O muy triste. O porque te dió mucho miedo. O rabia. O emoción hasta las lágrimas. 


    Agradezco la abundancia que disfruto. La que yo misma creo con mis pensamientos y acciones. 


(era tan simple, y yo me la compliqué tanto, jaja)

viernes, 3 de febrero de 2023

Dos besitos porque tres es mucha plata

         Toda la bronca que siento es el equivalente al dolor que me causó descubrir que me equivoqué. Quizá pensé que estas cosas fuera de la secundaria ya no sucedían, o que en el peor de los casos no iba a venir de alguien a quien senté a mi mesa, le presenté a mi familia y le confié mis secretos. ¿Cómo se puede ser tan conchuda? Si, no voy a cuidarme con las palabras. Estoy enojada. 

    Claro que podría haberlo dicho y conservar mi amistad al mismo tiempo que lo tenía a él, pero ¿de que me hubiera servido? Es lo que me digo de consuelo, porque en realidad creo que nunca quiso ser mi amiga ni mucho menos me quiso a mí. Y aunque lo intento no logro convencerme de que todo haya sido una vil mentira. ¿Lo fue? ¿Todo lo que me dijiste tantas veces sobre lo que sentías por mí era mentira? ¿Cómo puede alguien ser tan fría y calculadora? 

    Siento que nuestra pelea la inventaste, que un día yo me enojé por algo y fue la excusa perfecta para deshacerte de mi sin hacerte cargo de las verdaderas razones por las que me querías lejos. ¿Por qué no fuiste sincera? La verdad es que eso es lo que más me duele siempre: la mentira. Es tremendo lo que causa en mi que alguien me mienta o me engañe, logra que no quiera volver a brindarle la oportunidad de defraudarme a nadie más y esta vez siento que me gané un buen sacudón para no querer hacer amigas nuevas nunca más. Lo lograste, ya no confío. 

    Te detesto por lo que pasó. Me da tanta rabia haber creído en vos que no puedo verte con otros ojos que no sean los del odio total, pero por detrás eso solo esconde la tristeza que siento por la caída de la venda, por descubrir realmente lo que sos y que tan alejado esté de lo que yo creí. 

    ¿Valió la pena? ¿Perderme a mí por tenerlo a él realmente valió la pena? 

    No necesito desearte el mal porque eso ya lo hiciste solita. Porque aunque no se mire atrás, al que sembró viento le espera una tempestad, y yo solo puedo pensar en el karma. El mismo que me sacó a las malas personas de mi vida y me abrió los ojos sobre en quienes realmente puedo confiar. Karma. No te olvides de esa palabra. Step by step from town to town. Eso y que ser sofisticada no se trata de como vistas ni a quien conoces, ni siquiera a la gente que pisas para llegar a donde querés. Por que ninguna cantidad de vestidos vintage puede darte dignidad.