sábado, 18 de agosto de 2018

  Leer. Escribir. Tocar el ukelele.
  Casi las únicas cosas que me calman cuando el caos se hace presente. Eso, y mi sobrina que llega corriendo y a los gritos, que me abraza aunque tenga la clavícula quebrada, y sonríe aunque no haya dicho nada gracioso.
  Que me dice te amo, hasta el cielo, hasta el infinito, hasta el universo.
   Hace bastante siento un quilombo de proporciones monumentales adentro. No estoy segura de que pueda ser, pero es la sensación de que no estoy cómoda en ningún lugar. Como si algo no estuviera encajando, como si mi interior gritara ¡algo está mal! pero sin saber qué es ese algo. Es molesto, difícil de llevar y sólo logro olvidarlo de a ratos cuando personas especiales como Cata llegan y me iluminan.
  Hace bastante siento es también: que ya me olvidé de cómo brillar sola. Ya no sé, creo que si me largaran al mundo sin nadie en quien apoyarme sería una constante gris ofuscada, porque me ilumino cuando otro con brillo propio llega.
  Y me siento tan desordenada, tan confusa, tan distante que adjudico esas características a quienes me rodean, echo culpas, veo en los demás lo que está adentro mío. Y lucho conmigo, contra mí, en un esfuerzo descomunal por no pelear con esos otros que nada me hicieron. Intento hacerme cargo que el desastre lo tengo yo, soy yo. No sé para donde disparar.
  Hace bastante que me siento incomprendida, por eso casi nunca hablo de lo que me pasa. ¿Para qué? si siento que nadie va a lograr entenderlo. O un poco también yo no voy a saber explicarlo. Me olvidé de como se hablaba de los temas difíciles. Me olvidé de como hacer para expresar lo que me pasa, de la manera en que me pasa y en el momento en el que me pasa. Las palabras no quieren ser pronunciadas. Nunca quisieron. Y ahora parece que tampoco quieren ser escritas, porque cada vez me cuesta más.
  Hace bastante siento que estoy en un círculo que me encierra y me asfixia, un círculo en el que hacer como si no existiera es el primer componente y no decirme ni a mi misma es el segundo. Siempre me sentí un poco fuera del mundo pero ahora parezco estarlo completamente. No me siento a mi misma. No sé como relacionarme, como comunicarme, ni como actuar sin montar un personaje.   Hace bastante siento que soy un personaje. El que creé el día que estaba tan destruida que ya no quedaba ni un gramo de mí, pero igual había que seguir.
  Hace bastante que me extraño. A mi, a mi sonrisa, a mi espontanea forma de ser. Ya no existe. Ya no existo. ¿Que me queda si no me queda ni un gramo de lo que fui? ¿Quién quedó si yo ya no estoy?
  Hace bastante que me siento perdida. Pero perdida de verdad. Tanto que ya no sé como avanzar, ni cómo volver a empezar.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario