"No te destruyas para intentar mantener completo a alguien más"
Hoy otra vez estoy enfrente de una pantalla escribiendo sobre ese que pensé que no iba a escribir nunca más. Pero cuando algo te marca tanto, cuando deja tanta huella, es difícil no recordarlo con cada paso que das.
Lo lindo (y lo diferente) es desde que lugar escribo en esta oportunidad. Hubo tantas veces de tristeza, enojo, decepción y dolor, que hacerlo hoy desde esta ¿plenitud? ¿superación? es algo hermoso.
Hace un tiempo que una de mis amigas sufre por un imbécil al que no puede (o no quiere) dejar. Hace un tiempo también que me encuentro dando consejos a quien sé no está preparada para escucharlos. No por que no quiera, o capaz sí, pero también porque no está lista para entenderlos. Porque las frases hechas suenan lindo, y son ciertas, pero cuesta mucho MUCHO comprenderlas, verlas, aplicarlas. Sobre todo aplicarlas.
Porque a veces para terminar con eso que te hace mal necesitas tocar fondo, darte cuenta que después de eso ya no hay nada más.
Me acordé de él porque yo necesité tocar fondo, desgarrarme y perderme a mi misma para entender que no me merecía. Sufrí tanto por culpa de un idiota que nunca me valoró que hoy lo único que tengo para decir es gracias. Gracias, eternas gracias.
Me enseñaste todo lo que no tengo que permitirle a alguien que me haga. Me mostraste todas las cosas malas que pueden pasar cuando no te pones primero, cuando no te queres, cuando no te valoras. Me humillaste tanto, que me quedé sin dignidad alguna, teniendo que reconstruirla de cero. Me pisoteaste tanto que tuve que volver mis pisadas mucho más firmes de lo que eran. Me destruí tanto, y te dí tantas de mis partes que tuve que crearme otra vez.
Y no debes tener ni idea, pero cuesta muchísimo armarse después de que alguien se lleva todas tus ganas de vivir. Pero gracias, porque tener que encontrarme otra vez en medio de la oscuridad total me enseñó a no perderme nunca más. Ahora conozco los caminos de dolor (porque ya los anduve), y sé por donde nadie nunca va a volverme a llevar.
Me hiciste dudar tanto de mí, que hoy estoy muy segura de lo que soy, de lo que merezco, de lo que no voy a aceptar.
Me perdí por vos, pero eso me enseño a encontrarme. Y hoy cuando me acordé de todo el dolor, lloré otra vez. Lloré, con esa mezcla rara de tristeza y felicidad. Porque esa que fui por vos, hoy está muy lejos. Porque hoy tengo alguien al lado que me cuida tanto que a veces me siento de frágil cristal. Porque hoy soy muy feliz. Y esa felicidad la construí yo solita, y estoy tan orgullosa de mí.
Gracias Matias, por que si no me hubiera perdido por vos, si no me hubiera desgarrado, si no hubiera tocado fondo, nunca me hubiera convertido en esta que soy hoy. Fuerte, segura y feliz.