martes, 26 de abril de 2016

EL MUNDO PATAS PARA ARRIBA.   

 Domingo. Siempre odie los domingos. Soy muy de salir a bailar los sábados, por lo que las mañanas siguientes fueron siempre bastante complicadas. El domingo fue desde siempre día de malestar. Y no solo por la resaca, sino porque también es el dia en que caigo en la cuenta de que nada es tan lindo ni tan bueno. Siempre me sentí mal los domingos. Tengo tanto sueño que solo me quedo adentro de la cama pensando en la noche anterior, pensando en todo lo que no me gusta de mi vida. El domingo es un día de reflexión, es el final del camino. Como la nostalgia de eso que inevitablemente se termina. Y los mios siempre fueron tristes domingos. Asquerosos domingos. Suicidas domingos.
  Por eso no me sorprende. Tenia que ser un domingo.
  A veces me gusta flashar que en realidad estoy dormida. Que esto es una pesadilla en la que estoy atrapada y que cuando logre despertarme voy a seguir estando en la cama de mi tia favorita, voy a buscar el celular entre las almohadas y cuando lo desbloquee si voy a encontrar un mensaje suyo. Que cuando me despierte el todavia va a estar del otro lado esperando mi contestación. Me gusta (y hasta necesito) pensar que sigo dormida y en realidad estos ocho meses fueron solo un par de horas de mi siesta de domingo.

  Hace rato que me quiero despertar. Y que otra vez sea 16 de agosto, y que todo sea sencillamente distinto. Flasho mil veces con volver el tiempo atrás y llamarlo el mediodia de ese maldito domingo solo para decirle que use el casco. Que no sea idiota, que use ese maldito casco. Que no desaparezca por tanto tiempo, que yo lo voy a necesitar conmigo, que los siguientes meses van a ser demasiado duros si no usa ese puto casco.
  Y aunque estoy en un pesadilla desde ese asqueroso domingo, no hay forma de que pueda despertar. Y solo me queda esperar, y sufrir un poco mas. Uno, dos, mil domingos más. Mil 16 de todos los meses habidos y por haber. Cada tarde. Cada moto. Cada momento. Cada llanto.
  Domingo. Siempre odie los domingos.


viernes, 22 de abril de 2016

amigo

1 año y 10 meses.

  Hace mucho tiempo que quiero decirle esto a alguien, y aunque suena cobarde, nunca me animé a hacerlo. Y no, no es el chico que me gusta. Mucho menos alguien a quien tengo en enfrentar. Es mi mejor amigo. Já. No, que sea mi mejor amigo no hace esto más sencillo.
  La verdad es que a me costó mucho comprender mucho de lo que sucedió hace tanto ya, por lo que soy capaz de ver con total claridad que el todavía no pueda comprender. Y entonces, acá viene lo que le quiero decir hace tanto: no hay nada que entender.
  Desde que todo pasó muchas veces quise abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien. Pero nunca lo hice. Quizá por mis miedos, quizá por que él nunca habló conmigo sobre el tema, tal vez solo por la imagen de piedra dura y sin sentimientos que quiere darle al resto del mundo... No lo es, sé perfectamente que no lo es. Sé que si fuera una piedra ya hubiera desaparecido erosionado totalmente por el dolor. Y esa es la segunda cosa que quiero decirle hace tanto: no te aferres al dolor.
   Es un mundo difícil, dice Manu Chao. Es todo una mierda, digo casi siempre yo. Y más en estos casos, mucho más cuando la vida te golpea tanto y tan duro. Pero, ¿sabes que, corazón? Todo esto es solamente para enseñarnos algo, para que aprendamos la lección y dejemos ir el resto. Y eso también te lo quiero decir: si te aferras al dolor, no estas aprendiendo nada.
  Gritá. Llorá. Pataleá. Sufrí también, viví tu dolor. Vaciate por completo, y volvé a empezar. Eso es la vida, levantarse y dar pelea. Cueste lo que cueste, y pase lo que pase. El mundo sigue girando, y que vos te obligues a sufrir cada 22 de cada mes, no va a hacer que las cosas sean diferentes. A veces, hay que elegir soltar lo que nos hace mal. A veces, hay que dejar ir el dolor, para poder vivir lo que nos pase desde el lado menos traumatico.
  Y no te voy a mentir, lo que te pasó es una mierda. Lo que nos pasó fue una mierda. (Porque yo también sufrí, aunque no parezca) Y sé que sabes que lucho todos los días contra los golpes que la vida me sigue dando, con las perdidas y victorias que me tocó vivir. Y como una autentica luchadora también te digo: por favor, por lo que más quieras, no te rindas al sufrimiento. La culpa es quizá el más pesado de todos los sentimientos, nos hace agachar la cabeza y carcomer el cerebro. También te digo esto, y creeme que viene desde lo más profundo del corazón: no fue tu culpa. Aunque te cueste creerlo, aunque creas que lo digo por ser tu amiga. Las cosas sucedieron de esta manera por una razón, Todo en este universo es perfecto y sucede por una razón. Sucede para algo. Y por decisión de los involucrados. Dejá de pedir perdón. Pedir perdón no saca la culpa. Solo vos podés dejar ir la culpa, y proponerte vivir el dolor (que nunca se vá a ir) desde un lugar distinto. Desde un lugar de amor. Desde tu lugar, el que te toca en esta historia. Tenes la fuerza y el empuje necesario, yo creo en vos. Yo se que vos podés. No cargues más con el peso de la mirada ajena, porque la única mirada que te tiene que importar es la tuya. Dejá de juzgarte. Te amo, eso también te lo queria decir. Dale, que yo sigo con vos. No te rindas.

martes, 12 de abril de 2016

(Será como tú quieras, pero así será. Si tengo que esperarte siete vidas más me quedaré colgada de este sentimiento. Por amarte así, es esa mi fortuna, es ese mi castigo. ¿Será que tanto amor acaso está prohibido? Sigo aquí muriendo por estar contigo)

   Soltar. Que karma. Es algo que detesto, es una palabra que detesto. Porque sé que tiene su razón de ser, y eso me pone peor. No me gusta, me cuesta. Porque soy una luchadora incansable, y porque no soy capaz de dejar ir algo porque simplemente no funciona. Yo soy de las que hace que funcione, porque no me sale rendirme. Saco fuerzas de donde no las hay, y sigo. Agacho la cabeza y sigo. Voy. Avanzo y lucho. 
  Pero solo soy capaz de ser así de tenaz cuando lo siento en el fondo de mi corazón. Yo puedo luchar por el amor de alguien toda una vida entera, sufriendo y padeciendo, pero lo tengo que amar con locura. ¿Para que luchar por algo que me genera medias tintas? No. O es exagerado, o no es nada. Y la verdad es que una vez más me encuentro muy confundida. ¿Para donde voy? 
  Hasta hace muy poco realmente creía que tenia un rumbo y una razón de ser, que estaba centrada, equilibrada y sabia lo que quería. Que nada podía sacarme de eje por demasiado tiempo, solo porque estaba en camino a mi verdadera esencia. Pero en algún momento el camino se enredó y desemboqué justo en un laberinto que no se muy bien como superar. Otra vez me siento perdida. 
  Y lo loco, es que me siento justo como hace un año. Desorientada. Sin pasarla mal, pero tampoco bien. Ida, confundida, atormentada. Me siento justo como hace un año. Como antes de conocerlo y que todo cambiara. Otra vez estoy en el punto cero del recorrido, y esta vez no se para donde arrancar. Hace un año, a diferencia de ahora, no sabia donde me encontraba. Ni siquiera sabia que para donde me dirigía no era hacia donde quería ir. (y aunque en ese punto estoy mejor) siento que en vez de avanzar, retrocedí veinte casilleros y perdí un turno. Estoy otra vez atrapada. Y aunque me proponga salir, en realidad no estoy segura de si todavía quiero hacerlo, porque siendo completamente sincera: estoy a la espera de algo. Y no se de que, y no se cuando, pero sigo esperando que "eso" suceda. Algo que no se que es. Estoy a la espera de que suceda algo que no tengo ni idea de como va a ser. Pero de lo que estoy segura es de que va a sacudir mi vida justo como hace un año. 
  Cambios. Con esta palabra ya me amigué. Y ahora los espero ansiosa. Quiero cambios para mi vida. Quiero empezar a fluir y conectar con eso que hace tanto estoy esperando. Quiero que todo esté bien otra vez. 

lunes, 11 de abril de 2016

Quien dice lo que esta bien y lo que se debe
si lo que vale es lo que uno puede y lo que mas nos haga feliz


COMO UN SIMPLE BESO TUYO EN MI NARIZ.

lunes, 4 de abril de 2016

DARIA LA VUELTA AL MUNDO SOLO PARA ABRAZARTE POR LA ESPALDA.

Cuantas veces en la vida tenemos la posibilidad de cruzarnos con alguien realmente ESPECIAL?
Yo antes creia que cualquier persona podia ocupar ese lugar. Que cualquier persona que conociera podia llegar a ser un gran amor, por mas de que en un principio no fuera tan significativo. Pero como me era imposible de imaginar un amor sutil, delicado y que se fuera dando poco a poco, empecé a buscarle a todos los idiotas que conocia su parte especial. La señal, la razón que me diria (aunque recien lo conociera) que él era el indicado. Y tristemente siempre me equivocaba, porque las señales eran forzadas y medio inventadas por mi. Intentaba ver en simples cuerpos huecos, con mirada vacia y alma ausente, al indicado. Y cada vez me desepcionaba un poco más. Hasta casi perder las esperanzas y rendirme a creer que el amor en esta vida, no era algo que yo mereciera. Y casi tuve que perderme a mi misma al borde del abismo para entender que si queria amor en mi vida, tenia que empezar a amarme y aceptarme. Y todo empezó a suceder, casi sin que yo me diera cuenta en realidad. Sin quererlo, un dia en el que no lo esperaba, me crucé con una mirada que no estaba vacia. Me crucé y me perdi en un par de ojos tan transparentes que si te lo proponias, te permitian ver el alma. Sin querer tampoco, vi esa alma. Y eso que hacia tanto me empecinaba en ver en otros, apareció sin que lo forzara. Lo sentí, y no puedo explicar demasiado porque solo fue eso: sentir. Saber que estaba en el momento y lugar correctos, y por sobre todo con quien debia estar. Sentí amor puro a nuestro alrededor. Magia, paz, confianza. Al mismo tiempo que el miedo y la necesidad de encontrar explicaciones se desvanecian. Por primera vez en la vida podia, queria y me salia ser yo misma en toda esencia. Y solo con el tiempo lo entendí: los grandes amores no son para cualquiera, porque hay que estar desintoxicados de todos los males del mundo para poder sentirlos a todo pulmón. Lo que vi en sus ojos la primer noche que compartimos fue un alma. La invitacion a disfrutar de sentir lo que nos estaba sucediendo sin hacer demasiadas preguntas. Y sabes qué? Lo bueno de los grandes amores es que nos obligan a sentir sin escuchar a los miedos.
Nos invitan a ir por más, siempre. Si me preguntan, eso fue lo que vi la primera vez que lo miré a los ojos: UN GRAN AMOR. Y ahora volviendo a la primer pregunta y con la que empecé a escribir esto: cuantas veces en la vida tenemos la posibilidad de ver un gran amor en los ojos de alguien? Con mucha suerte, y viendo a favor... Una sola. Esto es cuestión de una vez en la vida. Cuantas posibilidsdes de poder volver a sentir por otra persona lo que siento por él? NINGUNA. Y eso nos dá inmortalidad, pase lo que pase. Porque al menos sé que lo que nunca va a terminar es este sentimiento.
Por eso, si alguna vez les sucede, no lo dejen pasar. Porque las posibilidades son de una en un millón. Porque quizá algun dia puedan cruzarce (aunque parezca imposible) con un par de ojos que no se parecen a ninguno antes visto. Porque en una mirada se puede encontrar todo el universo, y que a la vez solo te este mirando a vos. ����