miércoles, 30 de septiembre de 2020

 "Hay un cierto grado de satisfacción en tener el valor de admitir los errores propios. No solo limpia el aire de culpa y actitud defensiva, sino que a menudo ayuda a resolver el problema creado por el error" - Dale Carnegie

lunes, 21 de septiembre de 2020

     ¿Qué loco, no? Que el único chico en la faz de la tierra que me interesa es ese que no puedo tener. Debo tener algún tipo de problema innato que me impide ir tras lo que sí sería sano y adecuado para mí. Digo a cada instante que odio el drama y los enredos pero me encuentro siempre en el ojo de la tormenta viendo como a mi alrededor todo es un caos. Me veo envuelta a cada momento en situaciones que intento evitar. Como si esta angustia y enojo fueran provocadas por mí de alguna manera que no comprendo, de alguna manera inconsciente que se esfuerza por no permanecer tranquila y estable, por ir detrás de eso que me alborota e incomoda, por estar siempre en el ojo de la tormenta. 

    ¿Se trata de mí o se trata del exterior? 

    Ahora ir tras lo que deseo me parece un querer manipulado en el que no distingo del todo si se trata de algo inevitable o algo que estoy inconscientemente autogenerando. ¿Ir tras lo que deseo a pesar del caos que eso generaría o es que lo deseo porque generaría ese caos?

    ¿Se trata de un deseo real o de no poder soportar la tranquilidad? 

    ¿Qué tan amigos tuyos son si nunca te incluyen? 

     Porque ahora lo entiendo bien: no pertenezco. Si debes esforzarte por pertenecer, si te encontrás a vos misma haciendo esfuerzos por pertenecer es porque no es natural. 

    Me siento agotada mentalmente. Me siento cansada, usada, ignorada. Me siento en el papel de víctima entonces no digo ni hago por que ¿tengo derecho a sentirme así? ¿se necesita derecho para sentir? 

    Angustia, enojo, rabia, dolor, decepción, abandono, soledad. 

    Justo ahora sólo quiero recluirme en mi casa, mi pieza, mi cama. En ese lugar seguro que es mi soledad, donde nadie hace preguntas incómodas que tienen respuestas dolorosas. Donde no debo hacerme cargo de nada más que del propio peso de mi cuerpo. Donde puedo reposar en mis propios fantasmas sin sentirme juzgada por un dedo acusador que sin importar siempre me encuentra culpable. 

    Cuando todo lo que haces es tomado como incorrecto, dejás de sentir ganas de hacer. Me encuentro en este oscuro espacio queriendo desaparecer. Quizá algún día tenga el valor de hacerlo. 

    Apretar el gatillo, y que todo deje de pesar.